💳Epílogo💳
Vince retiró su mano vendada del asistente que le estaba ayudando y se colocó la bata, su humor era de perros, salió y esperó a que anunciaran su nombre, Vince trotó hacia la plataforma y pasó las cuerdas. Se fue a su esquina esperando que su entrenador le pusiera los guantes, pero se detuvo abruptamente al notar que el nombre de su contrincante no era anunciado. Vince caminó al medio del ring y miró hacia el pasillo contrario, nada, el público empezó a desesperarse y hablar entre ellos, algunos ayudantes corrían desesperados.
Luego de unos cinco minutos el bullicio se detuvo abruptamente cuando apareció alguien del otro lado, traía puesto un short azul y una bata del mismo color, pero también la capucha evitando que se viera su rostro. El chico trotó, el silencio era extremo, todos lo miraban con atención, incluso el mismo Vince se negaba a perderlo de vista sin saber la razón, traspasó las cuerdas y se detuvo frente a él. Vince perdió el aliento, sus piernas casi se doblan por la expectativa, el hombre frente a él bajó la capucha y le dejó ver el pelo negro medio largo, un mechón se había doblado dejándose caer por el lateral de su frente.
El chico de ojos verdes lo miró, Vince retrocedió un paso recordando la última vez que lo había visto, definitivamente no habían terminado en buenos términos. Se mordió el labio inferior, el público estaba un poco conmocionado, pero no tanto como el mismo Vince, el último recuerdo sobre este hombre era un tanto amargo y a la vez lo mejor de su vida. Cole había estado dispuesto para él en esa cocina, pero Vince no quería tomarlo así, esa no era la forma en la que había imaginado esa escena, hubiese preferido hacerlo en una cama, mirando cada una de sus reacciones, pero el miedo pudo más que él.
Vince no podría aguantarlo.
¿Cómo podía ver cada una de sus reacciones a él cuando sabía perfectamente que solo sería un trato de una vez? Estos últimos días había estado recreándolo todo en su mente una y otra vez y ni siquiera lo había follado de frente. Vince se odiaba así mismo por hacerlo, pero no creía que Cole le odiase tanto como para venir aquí y golpearlo.
— Ha pasado un tiempo — dijo con una sonrisa, Vince asintió receloso.
— Una semana en realidad ¿Qué haces aquí Cole?
— No me dejaste mucho para encontrarte — murmuró, Vince miró a un lado, el público parecía revuelto y en gran medida querían saber lo que estaban hablando.
— No se suponía que lo hicieras.
— Aun tengo algo que decir — Vince lo miró y se peinó hacia atrás, era ridículo que se pusiera tan nervioso delante de este chico.
— Ya nos dijimos todo lo que teníamos que decirnos.
— No, no lo hicimos, estuvimos todo el tiempo escondiéndonos detrás de un trato — Vince gruñó.
— No sé de qué hablas.
Cole sonrió.
— Lo diré yo primero — Vince arqueó una ceja — Te amo — Cole nunca sabría lo feliz que lo había hecho esa confesión, Vince negó.
— Eres un chico de veintitrés, Cole, yo tengo más de treinta, pronto te cansarás de mi — Cole resopló cruzando los brazos.
— Entonces ¿Qué sugieres, que busque a alguien de mi edad?
— Sería lo mejor — murmuró.
— Pero me gustas tú Vince y te quiero a ti.
— Los chicos cambian de opinión con regularidad, tu eres joven — Cole se carcajeó ligeramente.
— ¿Desde cuando tienes problemas con tu edad?
— No tengo problemas, estoy siendo realista.
— Hay muchas diferencias entre nosotros Vince, no tengo nada que ofrecerte y aun así estoy aquí pidiéndote que me ames — Vince se acercó y colocó una mano en su mejilla, Cole cerró los ojos por un momento y se rozó contra ella.
— ¿Por qué estás tan seguro de que no tienes nada que ofrecerme?
— A penas puedo cuidar de mí mismo o alimentar a un gato, soy una carga.
— No lo eres, eres lo mejor que ha pasado en mi vida — Cole dejó salir un susurro.
— ¿Me amas? — Vince abrió la boca dispuesto a contestar.
— ¡Ahí está!
Al instante cerró la boca y miró al pasillo por el que Cole había entrado hace un tiempo, dos guardias de seguridad venían corriendo hacia ellos.
— Cole ¿Dónde está el boxeador que debía estar aquí? — Cole se encogió de hombros.
— Lo he dejado encerrado en el baño, quizás le haya puesto algo a su bebida, nada fatal por supuesto, solo fue laxante — Vince achicó los ojos, Cole hizo una mueca — La otra opción era golpearlo, pero como es un luchador profesional y todo eso elegí esta.
— Te has colado aquí ¿no?
Cole miró a su derecha con nerviosismo.
— Pues…
— Joder, corre — gruñó tomándolo de la muñeca, con trabajo lograron pasar las cuerdas y bajar de la plataforma más rápido que los guardias, Vince lo llevó a través del pasillo y corrió al estacionamiento, su BMW estaba ahí, pero Vince recién recordó que sus llaves no estaban con él.
— Hey! — Vince agarró las llaves que le arrojó Javier y las miró, eran las suyas — Me debes una, ahora váyanse.
— Gracias.
Vince subió junto a Cole y luego de agradecerle una vez más a Javier pisó el acelerador a fondo.
……
Cole se carcajeó cuando ya estaban lejos del centro de la ciudad, la autopista estaba oscura y demasiado transitada, Vince lo miró de reojo.
— ¿De qué se supone que te ríes?
— Nunca pensé que saldrías corriendo conmigo ¿sabes lo que acabas de hacer? Tenías que competir — Vince negó.
— ¿Querías que dejara que te llevasen y después continuara con la pelea?
— Esa era mi idea, sólo quería verte y aclarar todo esto — el boxeador se encogió de hombros.
— Bueno, supongo que esto se acaba de convertir en algo más grande.
Cole miró al frente y frunció el ceño.
— No pensaran que te secuestré ¿verdad?
— Esperemos que no — Vince sonrió. Cole vio el paisaje conocido, pero de todas formas se obligó a preguntar.
— ¿A dónde vamos?
— A casa — dijo como si nada, Cole mordió su labio inferior.
— ¿No te habías mudado?
— No, estoy viviendo en un hotel, no quería seguir donde había tantos recuerdos tuyos.
— Pero Yuki…
— Dejaron que se quedara conmigo.
— Pensé que estarías lo suficientemente desesperado como para querer hacerlo en el auto.
— La idea es tentadora, créeme, ya lo pensé, pero quiero verte completamente, necesito ver cada una de tus reacciones, me perdí todo eso.
— ¿No puedo ver yo tu reacción? — preguntó cómo broma, Cole realmente no pensaba en que Vince aceptara ser el receptor en su relación, aparentemente Cole no lo conocía lo suficiente.
— Quizás en la segunda ronda — dijo, luego pisó el freno y lo miró con una sonrisa — Ahora mismo eres mío, sube y espérame en la cama.
— ¿Con ropa o sin ropa? — aunque la verdad no tenía demasiada gracias al atuendo.
— Con, ahora ve.
— Eres tan mandón.
Murmuró torciendo los ojos, Cole tomó la llave de repuesto debajo de una figura en forma de conejo y abrió, a pesar de no estar habitada no había ni una mota de polvo en el lugar. Vince posiblemente le había pagado a alguien para mantenerla limpia, Cole encendió la luz, dejó sus zapatos en la entrada y quitó algunas sábanas, no se entretuvo demasiado y subió directamente a la habitación. Arriba no había nada cubierto y Cole miró a la cama, no pudo evitar ponerse nervioso, Vince lo abrazó por la espalda y deslizó la bata que cubría sus hombros, dejó un pequeño beso cerca de su clavícula.
— ¿Por qué tan nervioso? Ya lo hicimos antes.
— Fue distinto — murmuró girándose, Cole tomó las manos de Vince y comenzó a desenrollar las vendas, Vince lo miró por un tiempo antes de hablar.
— ¿Por qué había un acuerdo por en medio? — Cole dejó caer las tiras al suelo y lo miró.
— ¿De verdad me…? — Vince sonrió y dejó un beso en sus labios.
— ¿Te amo? Por supuesto que te amo.
— ¿No será un inconveniente que sea un hombre? — Vince lo hizo retroceder hasta que la parte trasera de sus rodillas chocó con la cama, Vince lo dejó caer y se deshizo de su propia bata antes de subir.
— Lo único que podía ser un inconveniente es que no pudiésemos follar y está comprobado que si podemos — murmuró besando su ombligo, Cole se acomodó tratando de quedar completamente sobre el colchón.
— No seas tan descarado, me refiero a tu carrera.
Vince le quitó lo que quedaba de ropa, era el short azul junto con un bóxer, Cole se sonrojó bajo su mirada.
— No lo sé, si no les gusta pueden joderse, yo estaré lo suficientemente ocupado follándote — gruñó despojándose él mismo de su ropa.
Cole no se quejó de la vista, deslizó su mano por los abdominales y terminó en su polla, Vince siseó y bajó para besarlo. Los besos fueron lentos y profundos, no había apuro por terminar o llegar a algún lado, Cole hizo todo lo que no había podido hacer la primera vez, lo tocó y acarició casi hasta el cansancio. Vince lo dejó ir sólo cuando estuvieron lo suficientemente agotados como para una próxima ronda, Cole se cubrió hasta la cintura y descansó su cabeza sobre una almohada mirando a su amante, Vince también se acomodó y acarició su mejilla.
— ¿Qué es lo que ves en mí? — Cole hizo como si realmente lo estuviera pensando.
— ¿Quieres decir a parte de tus millones? — Vince se carcajeó, Cole achicó los ojos — ¿Cómo sabes que no es realmente por tus millones?
— Lo sé, no eres un interesado, no quisiste que pagara tu matrícula, eres demasiado orgulloso como para eso.
— No me gusta aprovecharme de ti, puedo pagar perfectamente mi matrícula trabajando como camarero.
— ¿No stripper? — murmuró acariciando sus labios.
— No, estoy oficialmente fuera del mercado.
— Aun así, puedo tener mis bailes privados ¿no?
— Por supuesto — Cole sonrió y se apoyó en el hombro para besarle la mejilla — Me gusta bailar para ti y contestando a tu pregunta…
— ¿Si?
— Te amo porque eres Vince — toda la curiosidad de Vince se fue a pique.
— ¿Qué tipo de respuesta es esa? Fue decepcionante.
— Me gusta todo de ti, la forma en que me tratas, me apoyas, me miras como si fuese preciado y eso… no sabes cuánto me enciende.
— ¡Cole! Luego hablas de mi — Cole se rió y le dio un beso profundo, Vince mordió su labio inferior y luego de separarse Cole volvió a hablar.
— Dímelo otra vez.
Vince sonrió y dejó un pico sobre la comisura de su boca.
— Te amo Cole.
Cole hizo lo mismo antes de contestarle.
— También te amo Vince McCarthy.
Los ruidos en la puerta hicieron que ambos saltaran asustados, aparentemente había personas muy apuradas, se vistieron rápidamente cuando vocearon que era la policía, Vince lo miró preocupado, Cole solo se carcajeó y abrió la puerta. Sus derechos fueron leídos y los oficiales de policía lo arrestaron alegando violencia, violación a la propiedad privada y algo de secuestro se mencionó también.
— Vince, tendré que pedir prestado tu dinero después de todo — bromeó Cole, Vince suspiró.
— Lo arreglaré todo, llamaré a mi abogado, solo habrá que pagar una fianza.
— Vale, esto es tan anticlimático.
Vince lo besó y luego sonrió.
— Volverás en un momento, luego me tendrás todo el tiempo que quiera — Cole lo miró con intensidad, los policías no se atrevieron a apurarlos.
— Toda la vida es un buen comienzo.
Vince lo besó profundamente.
— Me parece bien.
Cole por fin fue escoltado hacia la patrulla, por suerte serían solo unas pocas horas y podría hartarse de Vince, aunque no veía que eso ocurriese en algún momento.
Vince McCarthy finalmente era suyo.
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