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Cole estaba avergonzado, luego de desearle suerte salió del cuarto lo más rápido que lo dejaron sus piernas, no podía quedarse ni un segundo más, sus mejillas estaban calientes y Javier lo miró en cuanto salió. El rubio estaba verdaderamente intrigado de lo que había sucedido ahí dentro, para su salud mental no preguntó y los llevó otra vez a sus puestos. Cole respiró e intentó relajarse, si seguía pensando en la tontería que había hecho tendría una hemorragia nasal, además esto bien podía justificarse por una repentina subida de su temperatura, para aclarar se refería a su fiebre. 

— Está a punto de empezar — dijo Javier apuntando a su lado, Vince fue presentado de una forma que lo hizo irritar, se refirieron a él como el campeón en desgracia, Cole hizo una mueca cuando lo vio trotar hasta la plataforma y pasar por entre las cuerdas, su bata quedó descartada en alguna parte de su camino dejando ver cada músculo intrincado y resplandeciente — No lo tomes a pecho, una vez vaya subiendo no se atreverán a llamarlo así de nuevo.

Cole se mordió el labio, había permitido que sus emociones se filtraran a su rostro y Javier lo había notado. El otro boxeador fue nombrado como Jim algo, Cole no podía estar menos interesado, el hombre trotó hacia el cuadrilátero y le dio una sonrisa arrogante. Cole esperaba que Vince borrara esa estúpida sonrisa de su cara con un buen golpe. Luego de que el árbitro fuera presentado ambos luchadores dieron sus respetos, Cole seguía sintiendo que el chiquillo se creía superior a Vince.

¡Hey! ¡Ese es un campeón mundial no alguien a quien puedes tratar así! Cole estaba hecho una furia, pero Vince sólo dio su saludo de forma normal y se retiró, en sus esquinas se colocaron la protección bucal y volvieron a ponerse frente a frente. La campana sonó y los luchadores se pusieron en guardia, el primero en atacar fue Jim o como quiera que se llamase, Vince lo esquivó casi de una forma artística y logró golpearlo, Jim reaccionó lo suficientemente rápido como para ser golpeado en un hombro y no en la cabeza.

— Vaya, está muy concentrado hoy, me pregunto porque será — murmuró Javier con una sonrisa de medio lado, a pesar de que no le estaba mirando cuando lo dijo Cole se sonrojó furiosamente.

Vince fue golpeado por un golpe extraño y Cole miró a Javier en busca de explicación.

— ¿Qué fue eso?

— Jab, aprovechó su posición de guardia para lanzar un golpe veloz y directo, el muchacho ha progresado desde la última vez que lo vi, su técnica es más fina.

A Cole no le importaba la técnica del contrario, sólo quería verlo en el suelo siendo el perdedor. Vince lanzó un puñetazo directo dándole un buen golpe en el mentón, Jim rebotó en las cuerdas y atacó a Vince logrando un golpe bajo, el árbitro lo amonestó. Vince volvió a lanzar su puño, Jim esta vez no fue agarrado con la guardia baja, al parecer se había dado cuenta de que subestimar a un excampeón mundial era demasiado. Jim lanzó, Vince lo evitó y volvió a lanzar un golpe, este dio de lleno entre el hombro y la clavícula, Jim se desesperó tratando de atacarlo, pero Vince aprovechó para golpearlo. Jim cayó al suelo, su entrenador gritaba desde una esquina y el árbitro se agachó empezando a contar, Cole se alegró de su infelicidad, pero Jim estuvo de pie antes de que terminaran los cinco segundos y su felicidad se desplomó.

— ¿Cuánto tiempo dura esto?

— Tres minutos cada uno — respondió Javier entrecerrando los ojos para ver el contador, Cole suspiró.

— Sólo queda medio minuto ¿Quién ganará este asalto?

— Si no hay sorpresas será Vince — Vince se protegió lo que quedaba de tiempo y la campana sonó, cada uno fue a su esquina.

Los deportistas fueron hidratados y luego de un minuto lleno de gritos de los entrenadores volvieron al centro. Jim amagó, Vince lo evitó como todo un experto, luego lanzó un puñetazo a su mandíbula, Jim trastabilló y se apoyó en las cuerdas, sus rodillas casi ceden e hizo que el árbitro empezara a contar. Cole no había visto venir este desenlace, fue en los primeros segundos del segundo round y era un poco anticlimático. Jim se puso de pie en el número ocho y el árbitro se alejó, el boxeador inexperto fue a golpearlo, pero sólo pudo golpear el aire, de hecho, ese puño había ido bastante lejos de Vince. Naturalmente el mediador detuvo la pelea. 

— ¿Qué carajo fue eso?

— Creo que será un nocaut técnico, evidentemente el golpe fue más fuerte de lo que pensó — Javier miró hacia el asistente que revisaba las pupilas de Jim en su esquina, Cole negó cuando Vince se despojó de sus guantes, el hombre estaba seguro de ser el vencedor.

— ¿Así de fácil?

— No creas que siempre es así, Vince tuvo la suerte de que en este campeonato lo subestimaron, eso hizo que su contrincante bajara la guardia.

Cole miró hacia los jueces, algunos negaban mientras veían a los deportistas. Tres minutos después Vince fue declarado el vencedor. En cuanto el árbitro dejó caer su brazo, Vince miró hacia él, Cole sintió que el ruido a su alrededor desapareció bajo la mirada de ese hombre imponente. Vince sonrió en su dirección, fue un pequeño gesto que probablemente nadie había notado, ni siquiera Cole estuvo seguro de que no lo estaba imaginando, luego le giñó un ojo.

Javier se carcajeó mirando la ridícula escena ¿Y quién podía culparlo?

……

Vince detuvo el auto donde mismo había dejado a Cole hacía sólo unas horas, Cole se arqueó y colocó los brazos cómodamente en la ventanilla de su auto, una pequeña sonrisa adornaba sus labios una vez lo miró. Vince se obligó a tragar.

— Creo que te he dado más suerte de la que necesitabas — murmuró Cole con diversión, Vince no pudo evitar sentir los pantalones incómodos al pensar en la escena antes de la pelea.

Los labios de Cole contra los suyos, casi inconscientemente lo había acorralado y exigido más, los labios del muchacho eran una medicina necesaria para alguien como él. Aparte de suerte le había dado un problema con el cual no podía salir a competir, Vince necesitó minutos extras para calmarse, Cole con toda su inexperiencia lo estaba matando con sus provocaciones. Más de sus provocaciones estaban en la postura actual, el chico estaba apoyando sus antebrazos lo que facilitaba el desplazamiento de su chaqueta, Vince podía ver su clavícula perfectamente.

— ¿Por qué estás tan seguro de que fue por ti? — Cole hizo un lindo puchero.

— ¿No fue por mí?

— Venga, sube de una vez — dijo irónico.

— Admítelo primero.

Vince se carcajeó con fuerza, pero finalmente lo admitió.

— Gracias por darme suerte — Cole arqueó los labios.

— Ya me has agradecido ganando la pelea.

— Descarado — refunfuñó, el chico se metió al auto y Vince recordó algo mientras conducía — Llamé a tus parientes ayer.

— ¿Qué? Yo debía hablar con ellos, no tienes derecho…

— Sé que no tengo derecho, simplemente lo hice porque pensé que sería mejor de esa forma, además no hay mucho tiempo.

— ¿Qué dijeron?

— Que vendrían lo más rápido posible, les expliqué que pueden donar desde allá, pero se negaron rotundamente — Cole masculló.

— Son unas personas egoístas.

— La persona con la que hablé sólo parecía un padre preocupado por su hija — Cole se burló.

— ¿De qué sirve su preocupación ahora?

— Cole, vas a conocerlos.

— Si estuviese en mis manos nunca los conocería, los odio — Cole salió una vez detuvo el auto y debido a su enojo tiró un poco la puerta, Vince lo siguió y el chico lo miró con el cejo fruncido — ¿Qué pasa contigo?

— ¿A qué te refieres?

— Hiciste un trato conmigo por sexo, pero no has querido hacerlo todavía — Vince buscó sus llaves y habló en un tono desinteresado.

— Tenemos cincuenta días para eso ¿no?

— Pensé que querrías hacerlo durante estos cincuenta días.

— ¿No es mejor así? — preguntó abriendo la puerta — No tienes que acostarte con un viejo como yo por dinero.

Cole hizo una mueca de desprecio.

— Eres tan desagradable.

— Miau — Cole tomó en brazos al pequeño gato y entró con él, se sentó en el sofá como si nada.

— Yuki, siento mucho no haber buscado un mejor dueño para ti, debe ser difícil vivir con él.

— Miau — y por supuesto el gato que era suyo le siguió la corriente, Vince empezaba a dudar de su favoritismo.

— Tu también estás viviendo conmigo — Cole se detuvo en seco y lo miró con sorpresa, Yuki en sus brazos comenzó a lamerse una pata.

— … uh, es cierto que no he vuelto a casa en estos días, además sigo usando tu ropa.

— Está bien, has lo que quieras, no me molesta.

— ¿Por qué haces esto por mí? Aun no lo entiendo.

— ¿Acaso nadie te ha dado algo sin pedir nada a cambio?

— No, siempre he tenido que trabajar duro — Vince se encogió de hombros.

— Pues yo quiero dártelo, simplemente acéptalo.

— Por eso pregunto el por qué.

— Porque quiero y punto, eres muy insistente — gruñó entre dientes, Cole se puso en pie.

— Iré a hablar con mamá.

— Está bien

Vince se sentó y suspiró luego de que Cole se fuera, ese chico estaba sacándolo de quicio, ¿Por qué no podía sólo aceptar lo que se le daba? Siempre ponía trabas a cada pequeña cosa. Yuki se restregó contra su pierna antes de bajar, si, definitivamente Cole era el favorito. Para ser sinceros Vince tampoco sabía porque lo hacía, bueno, eso era ir demasiado lejos, el chico le caía bien, también se sentía atraído, pero no necesitaba acostarse con él. No era que no quisiera, ¿Qué tipo de hombre no querría? Uno heterosexual, pero Vince ya había aclarado ese tema, definitivamente era bisexual o ya habría perdido la cabeza.

Cole volvió y se acomodó en el sofá con la cabeza en sus piernas, le dijo que todo estaba bien con su madre, Vince adoraba la confianza con la que invadía su espacio personal, aunque no era algo que solía hacer a menudo.  Lamió sus labios resecos, Cole no se perdió el movimiento y lo siguió con la mirada.

— Si eso es lo que quieres hacer hazlo — Vince lo miró y acarició sus labios.

— Quiero besarte todo lo que queda de día.

— Tenemos un trato ¿no?

— Dime sinceramente si lo quieres — pidió, las mejillas de Cole enrojecieron.

— ¿Por qué debería…?

— No quiero hacer algo que tu no quieras ¿Lo quieres?

Cole mordió su labio inferior y lo miró con los ojos brillosos, luego salió de su boca la palabra que había estado esperando.

— Si

¿Cómo podría Vince negarse si lo decía con tanta entrega? Pasó sus dedos por el cuantioso cabello negro y bajó la cabeza para tomarlo entre sus labios. Vince podría no cansarse nunca del sabor de su boca, los pequeños gemidos que dejaba salir y la intensidad con la que respondía. Sabiendo lo adicto que se estaba haciendo a este muchacho ¿Cómo podría acostarse con él?

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