XI. 

Hallelujah

Los días pasaban lentos, al contrario del embarazo de Bella, el cual avanzaba rápidamente sin detenerse llevándose su vida y vitalidad con él. Todo lo que ella comía, lo vomitaba, así consecutivamente todo el día, eso no ayudaba con la nutrición de Bella.

Por suerte, Jacob había tenido la grandiosa idea de alimentar a Bella con sangre, lo que funcionó sorprendentemente.

Jade no paraba de pensar en Paul, en su risa, el brillo de sus ojos, lo opaco de su cabello, no había minuto del día en que no lo hiciera, el caso de Paul era muy diferente: el pobre se doblegaba internamente por el dolor de no tenerla a su lado, día y noche. No la culpaba a ella, sólo se culpaba a él mismo. Si tan sólo Sam no le hubiera ordenado, o si esa abominación no existiera, Jade estaría con él.

Jade se dirigió afuera con seis sándwiches de carne, dos se los dio a su hermana y primo, quienes practicaban su puntería, otros tres para Leah, Seth y Jacob, quienes vigilaban el perímetro por si la manda de Sam se acercaba. Por lo que se sentó junto a ellos para devorar el último sándwich que era para ella.  

— ¿Cómo has estado?— le preguntó Seth acercándose aún más a ella, siempre le había caído bien la cazadora.

— Bien como se puede estar en esta situación— suspiró.

— Ya no puedo oír los pensamientos de Paul, pero sé que debe estar lamentándose todo el día.

— Él se lo ganó— respondió Leah, provocando la primera sonrisa verdadera de Jade desde que todo comenzó.

— Todo va a estar bien, Jadey— trató de animarla, Jake—. Además, podrás patearle el trasero a unos cuantos lobos, ¿no es genial?

Todos rieron imaginando la cara de Sam si viera que Jade vencía a uno de su manada. A lejos un aullido lastimero se escuchó, por lo que Jade rápidamente se giró hacia Jacob para saber qué significaba, él la miro a los ojos con lástima y supo lo que significaba.

Era Paul.

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Jade se encontraba junto a Bella, quien le había insistido que tocara el piano cuando se enteró de su capacidad segundos atrás, por lo que Jade no se pudo negar comenzando a tocar una suave melodía para relajarla luego de su charla con Charlie.

La melodía de Hallelujah comenzó sonar y sorprendiendo a Bella junto a Edward que había llegado al escuchar el piano, Jade comenzó a cantar pensando solamente en él.

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Cantaba con tanta emoción, que el don de Jasper parecía una maldición en ese momento. Todos en la casa podían escucharla cantar con tal sufrimiento y agonía, nadie hacía un sonido hasta parecía que ni respiraban.

La canción llegó a su fin y las abundantes lágrimas llenaban las mejillas de Jade, las cuales limpió rápidamente y se giró hacia la pareja. Bella la miraba con tristeza, mientras Edward la miraba comprensivo, lo cual cambió a felicidad cuando tocó el vientre de Bella.

— Jade, acércate— le indicó Ed, mientras se ubicaba frente al vientre de su esposa.

— ¿Qué?— preguntó sin entender.

— Ven.

Sin protestar, Jade se agachó junto a él y ubicó su mano en el vientre como le indicaba el vampiro. Lo que pasó a continuación los sorprendió a todos.

Una explosión de emociones surgió dentro de Jade, amor, protección y por un segundo juró escuchar una vocecita en su cabeza que decía "Jade...".

— E-edward, ¿qué fue eso?— preguntó Jade asustada a la vez que retiraba su mano.

— ¿Qué ocurre?— agrega Bella.

— No sé explicarlo, es una especie de conexión que se formó entre ellas, como un lazo. Nunca había visto algo así, además de las improntas, pero esto no es nada como eso.

— ¿Estás seguro?

— Sí, muy seguro.

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Jacob sacó a una dormida Jade de su cuerpo, mientras la acostaba completamente en el sofá, la cubrió con una manta y se dirigió a su encuentro con parte de la manada. Él debía distraerlos, mientras Carlisle, Esme y Emmett se alimentaban.

Al llegar al destino el resto no se encontraba allí, pero luego de unos segundos Seth le advirtió que estaban cerca.

— Debemos transformarnos, no podemos protegernos así— exclamó Leah.

— Lo verían como una amenaza— negó Jake, para luego dirigirse al frondoso bosque—. ¡Quiero hablar! Sería más fácil si pudiera oírlos.

El sonido de los arbustos siendo rozados los alertó para luego ver la figura de Paul salir de los matorrales, al sentir la esencia de Jade creyó que ella estaría allí, pero no lo estaba. Luego apareció Jared junto a Quil y Embry.

— Este ya no es tu territorio— dijo Paul con voz firme, aunque su exterior era todo lo contrario: se encontraba ojeroso y se notaba que no había comido en días—. ¿Cómo está tu nueva familia?

— ¿Ya acabaste?— preguntó Jake cansado de la actitud de Paul, aunque eso no era nada comparada con la furia que crecía dentro de Paul al notar que la esencia de Jade se encontraba esparcida completamente sobre Jacob.

— ¿Vendrás a casa, Jake?— le preguntó Quil esperanzado.

— No hasta que termine con esto.

— ¿De qué hablas?

— Quiero que Sam acepte a Leah y a Seth— al escucharlo ambos hermanos saltaron en desacuerdo, pero Jacob los mandó a callar—. Los quiero a salvo y quiero que esto acabe. Que Sam espere a que Bella se haya separado del problema.

— Cuando haya muerto— lo interrumpió Paul.

— Tranquilo, Paul— trató de calmarlo Embry, lo cual no funcionó para nada.

— Dile a Sam que cuando llegue el momento, seré yo el que lo destruya.

— ¡Jake!— exclamó Seth decepcionado.

— Sólo yo puedo hacerlo— continuó, ignorándolo—. Confían en mí. 

Paul estaba a punto de aceptar cuando los aullidos de Collin y Bradly, avisándoles que todo había sido una trampa y que los Cullen habían escapado.

— ¡Nos engañaste!— gritó Paul, para luego transformarse e internarse en el bosque, provocando lo mismo en los demás, los cuales lo siguieron.

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Bella les estaba contando los nombres que había elegido para su bebé, eran realmente hermosos y únicos, o al menos eso era lo que Jade creía. Todo era risas, hasta que la tragedia sucedió. El vaso de Bella cayó y cuando intentó agarrarlo su columna hizo un ruido espantoso provocando su caída rompiendo muchos más huesos en el camino.

El bebé debía nacer en ese mismo instante si querían salvar a Bella.

Con la ayuda de todos llevaron a Bella a la camilla y comenzaron a preparar todo, Carlisle no llegaría a tiempo, por lo que ellos deberían recibir al bebé. Rosalie iba a abrir a Bella, pero Kat la detuvo, no sería bueno que se acercaran a la sangre, por lo que ella se ocupó junto a Edward y Jacob.

Cuando la bebé estuvo fuera de ella, Rosalie se encargó de limpiarla y llevársela, mientras Edward, Kat y Jacob intentaban mantener viva a Bella. Jade iba a ayudar a Rosalie, pero cuando vio a Jacob correr fuera de la casa lo supo. 

Bella había muerto.

Corrió afuera y se encontró con la imagen más devastadora, Jacob abrazaba sus rodillas mientras lloraba desconsoladamente, Jade no pudo evitar hacerlo también, pero al ver al frente hacia el bosque la ira la lleno de pies a cabeza.

Allí estaba un lobo gris, quien pronto le avisaría a su Alfa los acontecimientos.

— ¿Ya estás feliz?— le preguntó Jade al vacío, ya que luego de pronunciar esas palabras el lobo desapareció.