X. "Amaba todo de ella."


X.

Amaba todo de ella




Los gritos de agonía de Jacob era lo único que se escuchaba, había pasado una hora y Carlisle aún no aparecía, provocando que Jade comenzara a impacientarse. Su pierna saltaba de arriba a abajo, sentada entre las piernas de Paul, quien junto a los demás, excepto Billy y Sue, se encontraba afuera de la casa.

— Ya no lo aguanto más— murmuró Jade, para luego sacar una jeringa llena de líquido morado de su mochila y entrar a la casa.

Extrañados y asustados todos comenzaron a seguirla gritándole que no lo hiciera, pero ya era tarde, Jade ya había inyectado la jeringa en el cuello de Jake.

— ¡¿Qué diablos, Jade?!— le preguntó Sam sosteniendo su brazo fuertemente, casi lastimándola, haciendo que Paul lo empujara lejos de ella.

Los gritos de Jake comenzaron a disminuir hasta respirar pausadamente, sorprendiendo al resto de la manada.

— ¿Qué era eso?— susurró Embry.

— Acónito— respondió Jade—. En metamorfos es sólo un calmante, pero en hombres lobo, letal.

Por la mirada que le dió Sam, Jade sabía que se encontraba agradecido de dejar de escuchar esos gritos de agonía.

La puerta se abrió indicando la presencia del vampiro, Carlisle se acercó al cuerpo de Jacob mientras Jade se ocupaba de sacar a los chicos de allí.

Nada bueno saldría si se quedaban a ver aquello.

Cuando Carlisle terminó y Bella llegó, todos comenzaron a irse a sus casas. Paul se ofreció a acompañar a Jade, quien aceptó.

Un abrazo lleno de temor, agradecimiento, alivio y ternura, se convirtió en un beso lleno de pasión y locura, que los llevó adentro de la habitación de Jade.

Agradeciendo que ni Kat, ni Felix estaban en casa, la noche terminó siendo la única testigo de su amor.

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Isabella Marie Swan

y

Edward Anthony Masen Cullen

Requieren, junto a sus familias, el honor tu presencia en la celebración de su casamiento.

Sábado, trece de agosto del 2005

17:00 pm

420 Woodcroft Ave

Forks, WA




Habían llegado, el gran día había llegado: La boda de Bella y Edward. Las invitaciones fueron enviadas con un mes de anticipación, llenando a algunos corazones de alegría y otros con tristeza. En el caso de Jade, era una mezcla entre felicidad y enojo. La primera por Edward, su "hermano", se encontraba feliz de que él pudiera haber encontrado una chica con la cual pasar el resto de sus días y la última por Jacob, su amigo había sufrido mucho por Bella y esto solo empeoraría aún más las cosas.

A la semana de la llegada de la invitación, Jade y Kat ya tenían sus vestidos, al contrario de Felix quien esperó a último minuto para alquilar su traje.


El trece de agosto hizo presencia, como era de esperarse, Jade invitó a Paul, quien al verla salir quedó embobado.

No es que en sus otras facetas no quedara embobado con ella, sino todo lo contrario. Amaba cuando recién se despertaba, toda somnolienta y con los labios hinchados por el sueño. Amaba cuando practicaba su defensa personal, demostrando lo ruda que su chica podía ser. Amaba cuando sólo estaba en el sillón viendo alguna película, sin importarle como estuviera vestida.

Amaba todo de ella.

Al llegar a la residencia, quedaron sorprendidos con la decoración que Alice realizó, flores blancas caían de los árboles dándoles un toque mágico, los asientos hechos de madera recién fabricados, los manteles con encaje, los centros de mesa, todo era perfecto y pulcro.

Jade pudo visualizar a Alice, Jasper, Emmett y Rosalie a lo lejos, por lo que agarró la mano de Paul y lo guío hasta allí para saludar.

— ¡Pequeña Jadey!— exclamó Rosalie al verlos llegar para luego bajar el tono de voz—. Pulgoso.

Paul gruñó, pero igualmente asintió como saludo, no quería que Jade se enojara con él por ser grosero. Desde que comenzó a salir con Jade quería comenzar a controlar su temperamento, dejar de ser el chico agresivo e impulsivo de siempre, ya que si deseaba una vida con ella no quería lastimarla de ninguna forma.

— ¿Acaso intentaron beberte la sangre?— preguntó Emmett con burla al ver el cuello de Jade, donde se encontraban los chupones que Paul le había hecho la noche anterior, provocando que las mejillas de Jade se volvieran carmesí—. Creí que habías escogido al lobo, no al vampiro— terminó riendo.

— Idiota— murmuró Jade—. Todo te quedó hermoso, Alice.

— Si quieres ver una obra de arte espera ver a Bella.

Como si de una señal se tratase, la música comenzó a sonar, los invitados comenzaron a acomodarse en los asientos y Bella hizo su aparición. Jade debía admitir que Bella estaba hermosa, con su vestido de encaje completamente blanco.

La pareja dijo sus votos y las celebraciones se hicieron escuchar ante el ansiado beso que los uniría por siempre, y algunas lágrimas se escapaban. Todos saludaron a la pareja, felicitándolos por su compromiso deseándoles suerte en la vida.

Jade se encontraba abrazada por Paul mientras entablaban conversación con Seth, quien fue el único quileute, además de Paul, Billy y Sue, en ir a la boda.

El brazo de Paul al rededor de su chica se hizo aún más fuerte y protector al sentir la mirada de cierto vampiro, Jade siguió su mirada y se encontró con Irina Denali, quien miraba a Paul y Seth como si quisiera matarlos lenta y dolorosamente. Por suerte, Emmett se acercó al micrófono cortando esa situación incómoda.

— ¿Disculpen, me escuchan?— comenzó—. Quiero proponer un brindis, a mi nueva hermana. Bella, espero que hayas dormido bien estos dieciocho años, porque no dormirás por un rato.

Las risas de Jade, Kat y Felix no se hicieron esperar al ver como Charlie se bebía su champaña de un sorbo, pensando que el comentario de Emmett iba en otra dirección de la verdadera.

El último en hablar fue Edward, con quien en su discurso, las lágrimas de Jade no se hicieron esperar.

— Es algo extraordinario conocer a alguien con quien compartir todo— comenzó Edward—. Que te acepta tal como eres, he estado esperando por mucho tiempo a sobreponerme a lo que soy. Y con Bella siento que por fin puedo hacerlo. Así que propongo un brindis por mi hermosa esposa, ninguna medida de tiempo contigo será suficiente. Empecemos con un "siempre".

— Te amo— susurró Paul en su oído luego de besarle detrás de la oreja.

— Te amo más— respondió igualmente, para luego darse un corto beso.

Al terminar, la pista de baile fue abierta por la pareja para luego irse sumando las demás, Paul no se quedó atrás y sacó a bailar a Jade, quien gustosa acepto.

El metamorfo no podía esperar a que aquella fuera su boda, verla llegar al altar como un ángel, darle su primer beso como esposos, enamorarse cada día aún más. Pero todavía era muy pronto, Paul no le había contado que ella era su impronta y tan solo llevaban meses de novios. Y aunque Paul no lo crea, Jade deseaba exactamente lo mismo.


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Jade se encontraba junto a Jake, Embry, Leah y Seth, sentados en la arena viendo como el resto de la manada jugaba al futbol, excepto Quil quien se encontraba con Clarie.

— Quizás digan que fue un accidente de auto o que se cayó de un arrecife—hablaba Jacob acerca de cómo le dirían a Charlie sobre la supuesta muerte de Bella—. Al menos sacaré algo bueno de esto.

— No lo harás— respondió Sam autoritario—. Los Cullen no son un riesgo para el pueblo o la tribu.

— Pues la matará o la cambiará y el tratado dice...

— Yo digo, Jacob— terminó para luego volver a jugar.

Embry se giró hacia él.

— Si quieres cambiar las cosas debiste hacerte Alfa.

— Rehusarme parecía una buena idea.

— Jake, ¿crees que podrías matar a Bella si regresa como vampiro?— le preguntó Seth.

— No podría hacerlo— comenzó Jade—. Y aunque Bella no me caiga bien, esa no es la solución. Es su vida y ella decidió su camino, no puedes obligarla a nada.

A pesar del silencio de Jacob, ella notaba que el resto estaba de acuerdo con ella.

Amar a alguien que no te corresponde es difícil, pero dejarlo ir, lo es aún más.

Las semanas pasaron y con ellas la noticia de la llegada de Bella, pero no como todos esperaban. Los Argent fueron los primeros en enterarse del embarazo de Bella y fueron de los primeros en visitarla. Kat, al contrario de Jade y Felix, creía que el niño o niña era una abominación que debía ser extirpada de su cuerpo, al igual que Alice y Edward, pero sobretodo protegerían a Bella. Lo peor fue cuando se enteró no sólo Jake, sino toda la manada.

Sam creía que el feto destruiría a los humanos con su incontrolable sed y no permitiría que este saliera con vida, aunque debiera matar a Bella. Como era de esperarse, Jake se resistió y dejo la manada junto a Seth y Leah, quienes lo siguieron hasta la casa de los Cullen.

Cuando Jade se enteró de que Paul se había quedado del lado de Sam, algo se oscureció y no pudo resistirse a ir a buscarlo.

Jade golpeó fuertemente la puerta de la casa, provocando que Paul saliera sonriente, pero al ver la cara de molestia de Jade, notó que nada iba bien.

— ¿Qué ocurre, princesa?

— ¿Es cierto que estás de acuerdo con matar al bebé?

Paul se quedó sin respirar, él creía y esperaba que los Argent no estuvieran fuera del conflicto, pero al parecer era todo lo contrario.

— Mi deber es proteger a los humanos, protegerte a ti. Y con esa abominación en camino, nos hará el trabajo aún más difícil, Sam es mi Alfa y debo respetarlo como tal.

— Esa no fue mi pregunta, Paul— lo interrumpió—. ¿ estás de acuerdo con matar al bebé?

Pareció que pasaron horas antes de que Paul respondiera.

— Sí.

Jade asintió decepcionada y volvió a subirse a Atenea, a quien le dió la orden de alejarse lo más rápido posible de allí. Mientras Paul trataba de alejar de su cabeza la imagen de los ojos de Jade completamente llorosos.

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