Epílogo



Epílogo



Un año después.



Nadie diría que la vida de Jade y Paul fue sencilla, nadie se atrevería siquiera a pensarlo. Pero finalmente, luego de tantas batallas ambos pudieron conseguir ser feliz, sin interrupciones de neófitos, vampiros de la realeza o ex novios obsesivos.

Ambos podían amarse sin obstáculos, al fin y al cabo.

— Voy a vomitar— dijo Jade caminando de un lado al otro en la habitación que compartía con Paul, en aquella casa tan hermosa que le regaló en Navidad.

— Tranquilízate, Jade— la agarró por los hombros Emily intentado que se mantuviera quieta—. Paul está en camino.

— ¡Pues dile a ese idiota que venga más deprisa! — exclamó cansada del dolor que sentía, cuando al terminar la frase comenzó a sentir como un líquido caía por sus piernas. Su fuente se había roto—. Ya viene, el bebé ya viene, ¡maldita sea, Emily, el bebé ya viene!

Emily comenzó a llevarla hacia la cama, sabiendo que, si Paul no llegaba en ese momento, Jade tendría que tener al bebé en casa.

— Te traje agua— le informó Kat entrando a la habitación temblando del miedo y de la emoción, de que por fin sería tía. Al ver la situación se espantó—. ¡OH, POR DIOS! ¡LLAMARÉ A CARLISLE!

— ¡NO, PAUL TIENE QUE ESTAR AQUÍ!

— Llámalo— le ordenó Emily, sabiendo que Jade no estaba en sus cabales por el intenso dolor que sentía, y ella lo sabía muy bien, después de todo, no hacía menos de unos meses luego de la batalla que había tenido a su pequeño. Y el dolor de expulsar a un niño de tu vagina era agonizante, y mejor no hablar si tenía genes lobunos.

Aullidos comenzaron a escucharse luego de unos minutos, calmando a la castaña, pero cuando Paul entró a la habitación exaltado, su odio volvió.

— ¡¿DÓNDE MIERDA ESTABAS?! ¡ESTOY AQUÍ TENIENDO A TU HIJO, IDIOTA!

— Lo siento, lo siento, lo siento, amor— comenzó a disculparse arrodillándose a su lado intentando acariciar su mejilla.

— ¡NO ME TOQUES! — gritó sacando su mano de un golpe, comenzando a llorar—. ¡ESTOY ASÍ POR TU CULPA!

— Bueno, tú también lo quisiste— dijo el chico, ganándose miradas de odio de las tres mujeres en la habitación que hacía una hora estaban tratando de calmar a la cazadora.

— Paul.

— ¿Sí, mi amor?

— ¡CÁLLATE Y PONTE PANTALONES DE UNA VEZ!

El chico al notar la brisa finalmente lo notó corriendo hacia el closet a agarrar algo para cubrirse. Ahora, ya vestido volvió al lado de su chica.

— Vamos, te llevaré al hospital.

— No hay tiempo, Paul— lo detuvo Kat—. Jade lo tendrá ahora, ya llamamos a Carlisle.

— Oh no, no, no, no, no— comenzó a negar—. Un vampiro no asistirá el parto de mi hijo.

— O hija— lo corrigió Emily, poniéndole trapos frescos a Jade en la frente.

— ¡NO ME IMPORTA LO QUE QUIERAS! — gritó al embarazada sentándose—. ¡QUIERO A ESTE BEBÉ FUERA DE MÍ!

Pasos comenzaron a acercarse a la habitación a toda velocidad, con la esperanza de que sea Carlisle, Jade dejó salir todo el aire contenido, pero al contrario de lo que creía, fue Felix y la manada quienes entraron.

— ¿Está todo bien? ¿Cómo estás? ¿Y el bebé? — todos comenzaron a bombardearla con preguntas haciéndola enojar cada vez más.

— ¡LOS ODIO! — todos saltaron del miedo que le tenían en ese momento, excepto Emily y Sam, quienes ya tenían la experiencia de aquel momento—. ¿DÓNDE ESTÁ CARLISLE?

— Ya está llegando, tranquila— le murmuraba Kat, ayudando a Emily con su tarea de mantenerla fresca.

Minutos después el vampiro llegó, encontrándose con todas esas personas en una misma habitación haciéndolo fruncir el ceño.

— Muy bien, todos los que no sean el padre del bebé afuera de la habitación— les indicó acercándose a Jade quien dejó salir un suspiro de alivio—. Jade, todo va a estar bien, desvístete de la cintura para abajo, por favor.

Jade acató la orden con ayuda de Emily, a quién Carlisle le pidió que se quedara para ayudarlo.

— Oh Dios, ¿acaso eso es...? — comenzó a decir Felix, quien no había salido de la habitación aún, para luego caer al suelo inconsciente.

— ¡DESTRIPAS TODO TIPO DE CRIATURAS Y TE DESMAYAS POR UN BEBÉ, PEDAZO DE ESTÚPIDO!

— Yo me encargo— dijo Embry tapando su vista hacia la muchacha con una de sus manos, para luego agarrar el cuerpo de Felix y arrastrarlo por la pierna del cazador fuera de la habitación.

— Estás haciéndolo bien, Jadey. Faltan aún cuatro centímetros de dilatación— le informó el vampiro poniéndose los guantes desinfectados.

— Carlisle, mi segundo padre del alma, quiero a ese niño fuera de mí, ahora mismo— intentó decirle Jade calmadamente, fracasando al sonar amenazante.

— Eso no ocurrirá hasta que sean diez, pequeña.

El grito de enojo de Jade fue tan fuerte que el mundo entero podía jurar que la Tierra se quebrantó en mil pedazos.




──── • ✾ • ────



Horas habían pasado desde que Carlisle los había echado de la habitación, Felix ya había despertado ganándose burlas de todos, especialmente su prima, quien no paraba de comer por los nervios que la atormentaban.

Un llanto de bebé sonó finalmente haciéndolos a todos levantarse de sus asientos emocionados, un nuevo integrante se sumaba a su gran familia.

El llanto fue bajando su volumen hasta que Carlisle salió de la habitación llamandoles la atención.

— Todo salió a la perfección— les dijo tranquilizándolos saliendo de la casa, listo para decirle la gran noticia al resto de los Cullen—. Es realmente hermosa.

— ¿H-Hermosa? — murmuró Felix.

— Es una niña— suspiró Kat extremadamente feliz tratando de evitar que aún más lágrimas cayeran de sus ojos.

Emily salió de la habitación permitiendo que todos pasaran para conocer a la nueva integrante. Poco a poco e intentando no hacer ningún sonido, cada uno fue entrado al cuarto encontrándose con la pequeña bebé en brazos de Jade mientras Paul miraba a ambas con la ilusión más grande que alguna vez lo hayan visto.

Jade al verlos sonrió feliz, dándoles un alivio inmenso de que ya no se encontraba furiosa, y les dijo que se acercaran.

— Todos— comenzó llamando su atención—. Díganle "hola" a Emma.

— Emma Argent Lahote— dijo Paul sonriéndole a su chica a quien besó contento.

— Es tan hermosa...— murmuró Kat cuando Paul la puso en sus brazos.

— Vas a ser una gran cazadora algún día— dijo Felix acariciando su manito.

— O loba— lo corrigió Leah, sonriendo como nunca antes la habían visto, agarrando a Emma en sus brazos cuando Kat se la pasó.

Seth se acercó feliz a ver a la pequeña, admirando su belleza que lo hipnotizó completamente, acercó su mano a la mejilla de la bebé, y la acarició provocando que ésta abriera sus grandes ojos cafés mirándolo fijamente, una extraña sensación lo llenó, haciendo que sintiera ganas de protegerla de todo lo malo de este mundo. La habitación quedó en silencio sabiendo exactamente lo que había ocurrido.

El grito de Paul no se hizo esperar.

— ¡TÚ! ¡PEQUEÑO HIJO DE...!






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