Senpai

—Dime senpai.

—¿Ah?

—¡Que me digas senpai, idiota!

Hinata aún no podía creer lo que estaba escuchando.

—¡N-no puedo!

—¡Claro que puedes, llamas senpai a Tanaka todo el tiempo!

—¡Pero es porque es mi senpai!

Kageyama se indignó.

—¿Y yo no?

—¡Claro que no, ambos estamos en primero!

—¿Y a quien le importa eso? Solo llámame senpai.

Hinata negó con la cabeza y se cruzó de brazos mirando hacia otro lado.

—¿¡Y por qué sí a Tanaka!?

El mencionado apareció detrás de ellos y tomó a ambos por los hombros.

—Es porque estoy en segundo año. Tú también deberías llamarme senpai, Kageyama— dijo Tanaka con una sonrisa orgullosa en el rostro.— ¡Nos vemos mañana!

El pelado les dedicó la mejor sonrisa que pudo y comenzó a correr en dirección al otro lado de la acera mientras se despedía con las manos.

—¡Nos vemos, Tanaka-senpai!

—¿¡E-es enserio!?

Kageyama, ya sin paciencia, decidió tomar medidas más extremas.

Hinata y él tenían un pequeño "hijo" que en realidad era un balón de volley. El menor, precisamente en ese instante, tenía al pequeño en brazos.

Lo siguiente pasó demasiado rápido. Sin previo aviso, el armador arranchó el balón de las manos de Hinata sin ninguna pizca de compasión ni de delicadeza y lo apuntó formando una pistola con sus propias manos.

—¡Llámame senpai o lo mato!— El pelinaranjo abrió los ojos lo más que pudo bastante sorprendido.

—¡No serias capaz Tobio!¡Estás enloqueciendo!

—¡No estoy loco, todo el tiempo llamas a Tanaka-senpai senpai!¡Yo también seré tu senpai, así que de ahora en adelante llámame Kageyama-senpai!

El de menor estatura entró en pánico.

—¡Está bien, lo haré!— con lágrimas en los ojos, el pelinaranjo exclamó— ¡Kageyama-senpai!¡Ahora por favor suéltalo!

Kageyama devolvió el balón a Hinata satisfecho.

Tanaka veía aún la escena de lejos mientras soltaba una risa nerviosa, nunca se hubiera esperado esos de sus Kohais.