Declaración de guerra

Escuchó el sonido del timbre. Su hermano se estaba duchando así que se apresuró en ver quién era.
Kageyama Tobio, la persona que estaba saliendo con su hermano estaba parado delante de su casa.

La cuestión era... ¿Abrir la puerta o no?

—¿Natsu? ¿Tocaron el timbre?— escuchó decir a Shōyō desde la segunda planta.

Soltó un suspiro y se resignó a abrir la puerta con pesadez.

—Hola Natsu— le saludó el gigante desde afuera— ¿Puedo pasar?

"No, por favor, no vuelvas a mi casa ni a hablar con mi hermano. Gracias" fueron los pensamientos de la pequeña Natsu y lo que en realidad quería decirle, pero no podía. Hinata se molestaría con ella si lo hacía.

—Claro...—. La pequeña se hizo a un lado para que pasara— Pero antes, necesito que me respondas algo.

Aún así no se quedaría callada.

—...¿Qué es lo que quieres saber?— preguntó algo desconfiado.

Kageyama era consiente de que ella era una niña, pero no cualquier niña.

La hermana de Hinata era muy tierna desde un punto de vista ajeno, pero a Kageyama le parecía algo más como... satanás bañado en azúcar.

Cerró la puerta con fuerza, haciendo que el otro se sobresaltara un poco. Levantó la mirada con el ceño fruncido y las manos en la cintura.

— ¿Desde hace cuánto conoces a mi hermano y desde hace cuanto tiempo sales con él?

—Lo conozco desde un partido de volley, el año pasado— dijo el pelinegro— Y salgo con él desde hace exactamente 1 mes, 3 semanas, 5 días, 19 horas y 23 minutos.

—"Que miedo" —Pensó la pequeña. Demasiada exactitud, pero no iba a perder.

—Bueno, déjame decirte que yo lo conozco desde que nací, así que he pasado más tiempo con él—.El pelinegro la miró algo sorprendido y con el ceño fruncido— Así que no me vas a robar el puesto de "Su persona favorita".

—Lo lamento, pero es algo inevitable.— respondió el pelinegro con una extraña aura sombría al rededor.

—¿Perdón?— volvió a hablar Natsu, ahora con algo de indignación en su voz.

—Soy su persona favorita— dijo Kageyama, ahora con determinación— Y si no lo soy, lo seré en un futuro muy cercano.

Antes de que pudiera responderle algo, su hermano llegó bajando las escaleras estrepitosamente.

—¡Kageyama! —gritó para después dar un "súper-salto" lanzándose hasta el pelinegro.

Kageyama lo atrapó en el aire. Cualquier persona normal hubiera visto esta escena como algo romántica, pero a Natsu le molestó y le molestó mucho.

—¡Hinata idiota, eso es peligroso!— regañó Kageyama— Pude no haberte atrapado.

El pelinaranja hizo un puchero muy infantil y desvío la mirada hacia otro lado. Algo muy tierno para la vista de los otros dos presentes.

Natsu levantó la mirada y se encontró con la del pelinegro. Este sonrió de forma maligna y aprovechó el tener a Hinata en sus brazos para darle un pequeño beso en los labios, al que el menor respondió con un fuerte sonrojó.

En ese preciso instante Kageyama Tobio le declaró la guerra directamente a la pequeña Hinata Natsu.