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Miraculous, les aventures de Ladybug et Chat Noir y sus personajes son propiedad de Thomas Astruc y Zag Entertainment.

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Penny usó su llave magnética para entrar en la suite, Jagged la miró sin dejar de tocar, sus ojos castaños permanecían fijos en el suelo y sus mejillas estaban tan rojas que debían arder al tacto, deseaba tocarlas y comprobarlo, pero no lo hizo. Sintió de nuevo remordimientos por haberle gastado aquella broma estúpida, era el momento de confesarle que no iba en serio.

—Penny...

—Hagámoslo —soltó sin dejarle continuar.

—¿Qué?

No podía haberla oído bien. Penny alzó la mirada, en sus ojos brillaba la determinación más firme que había visto jamás.

—Que estoy de acuerdo —declaró con voz segura—. Hagamos ese trío.

—Penny, era una broma, no tienes que hacer eso por mí. Unos bombones me bastan, incluso un simple felicidades —musitó Jagged, soltó la guitarra e hizo un gesto invitándola a sentarse—. Lo que sea que venga de ti será perfecto, aunque sólo estés ahí sentada a mi lado.

Ella se sentó aniquilando aquella distancia que guardaba con él desde que lo habían hecho en el sofá, estaba tan cerca que podía sentir el calor que emanaba de su piel y su olor natural, porque Penny rara vez usaba perfumes.

—Quiero hacerlo, está bien, no me siento obligada.

Lo había meditado mucho, lo único que se le podía regalar a alguien que lo tenía literalmente todo, eran experiencias. Penny sabía que Jagged había estado con todo tipo de personas, que había participado en tríos antes e incluso en un par de orgías, para él el sexo era algo de lo que disfrutar sin reparos.

—Penny, de verdad, te lo dije porque estabas muy seria y...

—Jagged, digo que quiero hacerlo. Da igual si no iba en serio.

Deseó que no volviera a intentar sacárselo de la cabeza, porque acabaría deshinchándose como un globo.

—De acuerdo, si tan segura estás no insistiré, pero si al final no quieres no pasa nada.

»¿Eres hetero?

—¿Qué?

Jagged soltó una risita.

—Orientación sexual, Penny.

—¿Qué más te da?

—Se supone que la tercera persona tiene que atraerte, no te voy a plantar delante a una mujer si no te interesa.

Estaba tan avergonzada que no lo había pensado y ahora se sentía estúpida por ello.

—Ah, sí. Hetero.

—¿Te interesa alguien en concreto? —Jagged lo preguntó, aunque sabía de, al menos, un hombre que atraía sexualmente a Penny—. Ya sabes, alguien con quien hayas fantaseado alguna vez.

—Bueno... no sé. ¿No deberías de elegir tú? Es tu regalo de cumpleaños, no el mío.

—Cariño, tiene que ponerte —le susurró—, si no te pone, si no te atrae, si no quieres que te toque ni tocarle ¿qué sentido tiene?

Penny se tapó la cara con las manos, que idiota era.

—Alec.

—Hablaré con él —murmuró. Era justo el nombre que esperaba que pronunciase.

º º º

La entrada de Jagged en los estudios de televisión causó el habitual revuelo, ignoró los cuchicheos, firmó algunos autógrafos y se dirigió a la sala de espera del plató en el que Alec grababa su programa. Esperaría allí hasta que hiciera una pausa y después le encararía para proponerle aquella locura. Dudaba que se negase, aunque albergaba una leve esperanza porque así Penny tendría que aceptar que el plan se viniera abajo y él no tendría que volver a decirle que no iba en serio.

Empujó la puerta y se detuvo cuando estaba a punto de entrar. No esperaba pillarle en plena pausa, pero no iba a quejarse por haber tenido tanta suerte.

—Alec.

El presentador se dio la vuelta y le sonrió, removió con un palito de madera el contenido de su vaso de cartón y dio un largo sorbo.

—¿Es mi cumpleaños?

Jagged meneó la cabeza, últimamente no hablaba mucho con Alec, no le sorprendía que se sintiera un poco así.

—No, enero ya pasó —replicó el guitarrista—. Hay algo que querría...

—¡Aaah! El interés, mi viejo amigo.

—Que no —bufó Jagged—. Escúchame. —Alec asintió, sonriendo con cierta sorna—. ¿Te gustaría acostarte con Penny?

—¿Perdón? —Alec soltó el vaso en la mesa junto a la máquina de café y cruzó los brazos sobre el pecho—. ¿Me estás vendido a tu mánager?

Jagged dio un paso atrás dándose cuenta de cómo había sonado aquello y de lo lejos que estaba de lo que pretendía.

—¡No! Nunca haría eso con Penny —murmuró azorado, disintió—, ni con ella ni con nadie.

»Ella quiere...

—Mira, sabes más que de sobras lo que pienso de ella —murmuró encogiéndose de hombros—. Me gusta mucho, pero no tengo ningunas ganas de competir contigo.

—No es una competición —continuó Jagged—. Se le ha metido en la cabeza que quiere regalarme un trío para mi cumpleaños y hemos pensado en ti si es que te interesa.

Alec rió, recuperó su vaso de la mesa y bajó, definitivamente, la guardia.

—Penny no me parece el tipo de persona que propone algo así de la nada.

—Se lo dije de broma, pero se lo ha tomado en serio. No hay quien le saque la idea de la cabeza. Si no te interesa buscaré a otro.

—No. Contad conmigo, pero no quiero oírte protestar cuando la toque.

—¿Por qué iba a hacerlo?

—Porque se te nota a kilómetros que estás enamorado de ella.

—Eso es problema mío, no voy a quejarme mientras ella se lo pase bien.

—Acuérdate de lo que acabas de decir cuando estemos con ello, porque no voy a reprimirme por ti.

—Te repito que ese es mi problema.

—Sabes que no vas morirte por decir en voz alta que estás enamorado de ella, ¿verdad?

Jagged soltó un bufido, empezaba a arrepentirse de no haber sugerido cualquier otro nombre.

—Alec, es su primera vez, no la presiones.

—¿Insinúas que es virgen? —preguntó riendo.

—No seas gilipollas, ya me has entendido.

—Tranquilo, trataré a tu mujercita con cariño.

Era una mala idea, ojalá Alec hubiera dicho que no.

º º º

Jagged no estaba en su suite. Si Fang no hubiese estado allí habría sabido que estaba paseándolo, pero el cocodrilo se acercó a ella con parsimonia en busca de mimos. Era un cocodrilo, pero parecía un perro, Penny se preguntaba qué clase de brujería había transformado a un reptil enorme en un dócil y amoroso cachorrito.

Quería saber si había hablado con Alec y qué le había dicho, tal vez esperaba que se negase y que aquello se cancelase, aunque quería hacerlo de verdad.

Esperó un rato, acariciando a Fang y al final regresó a su suite.

Se tiró en la cama, desde que Jagged lo había propuesto que se había estado preguntando si ella funcionaría en un trío, si no la vencería la timidez. Su encuentro en el sofá con Jagged aún la hacía estremecerse seis meses después. Estaba tan cansada que había permitido que Jagged se diera cuenta de que sentía algo por él, le había dicho que la quería y cuando la había besado cualquier ápice de autocontrol que pudiera quedarle se esfumó. No había sido Jagged quien inició la labor de quitar molestas prendas de ropa de entre sus pieles, había sido ella, tampoco había sido él quien suplicó que le hiciera el amor, Jagged se había limitado a obedecerla y complacerla. Le había regalado un primer orgasmo torpe y apresurado; y tres más, largos y gloriosos que aún la hacían temblar.

El móvil tintineó a su lado, Penny, miró la pantalla en la que acababa de aparecer una nueva sala de chat que rezaba "fiesta para tres 💖🦄🍆🍑" y un mensaje que declaraba "Jagged te ha hecho administradora del grupo".

—Ay, Dios.

"Jagged está escribiendo" avisó la parte superior de la sala de chat. Penny se sentó en la cama y cruzó las piernas nerviosa mientras esperaba.

Ahora que estamos los tres por aquí vamos a hablar un poco.
Sé que tenéis más que claro que esto sólo va de un poco de diversión, sin ataduras, sin compromisos, nadie tiene que sentir nada por nadie, ni está obligado a hacer cosas que no quiera. Sólo diversión. Sexo entre ¿amigos? ¿Compañeros? ¿Personas? ¿Mánager/presentador/idiota con guitarra? Ponedle la etiqueta que prefiráis.
He pensado que en vez de un polvo rápido e insulso podemos dedicarnos un tiempo, así que os propongo lo siguiente: quedamos el viernes por la tarde a eso de las cuatro y seguimos hasta el martes a mediodía. Unos pocos días para dedicarnos a nosotros, no tiene que ser sólo sexo, podemos hablar y mimarnos un poco.
Hay algo más, como todo el mundo sabe que las reuniones de negocios las hacemos en la suite de Penny, creo que deberíamos hacerlo ahí para evitar las preguntas incómodas. Además, también está insonorizada, así que no tendríamos qué preocuparnos de ruidos.
Ya diréis lo que sea, incluso si, al final, preferís no hacerlo.

Penny suspiró, entendió que el hecho de alargarlo a más que un revolcón era un nuevo intento de que se echase atrás, pero estaba segura de que quería hacerlo. No se lo pensó dos veces y escribió:

No tengo inconveniente en que lo hagamos en mi suite, aunque no es tan grande como la tuya. Como la agenda está vacía durante los próximos quince días me parece bien.

Deseó haber sonado segura y despreocupada y que con eso Jagged dejase de intentar que cambiase de idea.

Alec envió un mensaje:

¡Vaya! Así que iba en serio. Creía que Jagged me estaba tomando el pelo.
Yo estoy de vacaciones, así que tres días, diez o veinte me parecen perfectos.
¿Hay algo que se deba tener en cuenta?

Penny se preguntó de qué demonios estaba hablando, esperó mientras veía parpadear el aviso de que Jagged estaba escribiendo.

Lo de siempre, ninguna alergia nueva. Nada de cámaras.
Lo de siempre.

Supuso que tenía sentido, escribió:

No tengo ninguna alergia extraña. Nada de cámaras.

Un nuevo mensaje de Alec saltó a la pantalla:

Oye, Penny ¿tienes algún fetiche especial? La verdad es que ya que se me presenta la oportunidad de hacerlo contigo quiero estar seguro de qué cosas te gustan.

—¿Qué se supone que voy a contestar a eso?

Deseó tener a Fang por allí dispuesto a lanzarle un gruñido que la sacase de aquel atontamiento que sentía por la vergüenza.

Jagged mandó un nuevo mensaje ahorrándole el tener que contestar:

Oye, deja eso para el viernes, no quieras jugar con ventaja. Penny ya te dirá lo que quiere y lo que no cuando toque.

Alec volvió a escribir:

No me jodas, Jagged, tú la conoces bien. Juegas con ventaja, dame un poco de cancha. Venga Penny, sé buena y dame alguna pistita.
¿Te gusta suave?
¿Duro?
¿Posición favorita?
¿BDSM?

—Ay mierda —susurró nerviosa.

Jagged intervino de nuevo:

Corta el rollo, Alec y déjala tranquila.
¿Quieres hablar de posiciones y sexo duro? Pues hazlo conmigo.

Se mantuvo conectada, leyendo como se hacían insinuaciones cada vez más subidas de tono. ¿Dónde demonios se estaba metiendo? El miedo a quedarse petrificada nada más empezar se anudo en su pecho.

Continuará

Notas de la autora:
¡Hola! Aquí se acaba la parte inocente, en el próximo empieza el contenido +18.

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