Día 15. Corto y cursi.

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¿Qué tenían los corales que llamaban tanto su atención? Se preguntó Kanon, observando la pequeña comunidad que afianzada afueras de su pilar. Luego de pensarlo profundamente concluyó que no eran los corales, sino a quién le recordaban.

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Coral, es el lo que me rodea, coral, es el color que me quita el sueño, coral tus labios que me muero por probar y coral, lo que no me deja olvidar, recitó por enésima vez Aioros esa tarde y es que simplemente no podía evitarlo, desde que le llegara esa carta por la mañana, no había podido podido evitarlo.

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—Tus mejillas pueden competir con el los corales que abundan fuera de mi pilar —sonrió Kanon, haciendo más intenso el rubor de su compañero —, lo malo, es que opacan el coral de tus labios.

Aioros abrió la boca para rebatir esa sentencia, pero Kanon no se lo permitió con un fugaz beso, Aioros se volvió a ruborizar.

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