Día 7: Posible paz

¡Hola, segundo escrito del día de maratón para ponernos al corriente!

En esta ocasión tuve muchas ganas de escribir sobre este par de rubios que amé desde el inicio ❤️✨ así que les he dedicado este prompt precioso.

🍁✨🍂🍁✨🍂🍁✨🍂
Tabla: Lenguaje de las flores
Prompt: Violeta - Delicadeza
Fandom: Shingeki no Kyojin
Shipp: AruAnnie (Armin x Annie)
🍁✨🍂🍁✨🍂🍁✨🍂

⚠️ Advertencias:
🍂 CONTIENE SPOILERS del manga y su final, por lo que no se recomienda leer si no se ha leído.
🍂 Esta historia es una adaptación del posible futuro de la pareja con lo visto al final.
🍂 Esta historia está centrada en la perspectiva de Annie y sus pensamientos.
🍂 Se hace mención entre la relación de las violetas y su alegoría con mencionarlas al momento de querer formar una familia 🤭 (pequeño spoiler).

~~~~~~~~~

Había un término claro que aplicaba en su relación, y ese era la delicadeza.

Había delicadeza en los llamados que se hacían mutuamente. El enunciamiento de sus voces, en boca del otro, era como un atrayente imán que enfocaba su atención y corrían a su encuentro.

Tenían delicadeza con el saludo de los buenos días y noches. Un gesto de levantamiento de palmas, apenas a la altura de sus pechos, meneando los dedos y soltando una sonrisa con las mejillas sonrojadas, diciendo las famosas palabras.

Sentían la delicadeza en sus encuentros furtivos, donde el mundo les permitía compartir momentos donde fueran capaces de rozar la piel de sus manos y entrelazar sus manos con desesperación y suavidad.

Un sentimiento de alivio se asentaba cada que entralazaban sus manos y caminaban en dirección a la proa del barco, a mirar el atardecer.

Armin emitía delicadeza y amor cuando se miraban. Sus preciosos ojos azules, como el mar donde navegaban, eran el perfecto espejo sincrónico de pureza y paz. El reflejo de la mínima violencia posible, y el derroche de justicia en sus venas.

Annie emitía delicadeza y ternura cuando se abrazaban. La calidez de su cuerpo era el emisor perfecto de protección al máximo nivel, un escudo que brindaba seguridad a cualquier batalla, incluso a la peor pesadilla. Su cuerpo era el reflejo de una guerrera forzada al mundo violento, cuando solo quería paz.

Armin y Annie podían ser guerra y generar violencia. Pero su destino era evitarla, corregirla con paz y justicia.

Y supieron que solo lograrían aquello quedándose juntos.

El ruido de los papeles, desfasándose uno con otro, era el segundo ruido audible en la habitación del camarote; siendo el primero el molesto pitído de la cafetera anunciando la salida de café caliente, recién preparado.

La rubia manejó con cuidado la máquina, tomando la cafetera y sirviendo con profesional ángulo el caliente líquido. La fumarola no tardó en avivarse, derritiendo ferozmente los cubitos de azúcar que caían antes de derretirse.

Caminando en dirección a la mesada del centro del camarote, extendió la taza de café preparada, llamando la atención del rubio, quien se había quedado encismado en las miles de letras por leer de dichosas cartas. Sonrió por inercia y agradeció con un asentamiento de cabeza, recorriéndose un poco para permitirle el paso a la chica.

—¿Algo nuevo? —cuestionó interesada, el desorden de papeles parecían emitir grandes noticias.

Viajaban en barco desde hace un tiempo, desde que la guerra había terminado.

Su luto tardó un mes aproximadamente. Después de ello, todo ocurrió tan rápido, que eran anécdotas que debían asegurarse de anotar para el recuerdo. Su importante trabajo, y nueva vida, era algo que Annie agradecía con el tiempo; sin embargo, tenerlo a él a su lado, era un logro.

—Más países se unieron a la tregua, —comentó sin tanto ánimo, cosa que la discolocó —incluso se unieron al luto.

Claro, el luto creaba dos grandes vertientes. El luto de los eldianos y su salvador, y el luto del mundo entero y su horrible extinción racial.

La carga en los hombros del chico era algo que la rubia podía mirar como gigantes entes malignas aprisionándolo. Se suponía que la paz finalmente había arribado, pero todos, incluyéndolos a ellos, sabían que sería algo temporal. Si bien les iba, sería hasta que la muerte se los llevara.

Los zafiros de Annie dejaron entrever ese brillo de preocupación por Armin, el chico que la acompañó todo el tiempo, incluso en su desfase temporal, su desfase de mentiras, su desfase de réplicas y quejas de guerrera a simple humana.

Alejó la mano que descansaba sobre su rodilla y la colocó por encima de la mano empuñada de Armin, quien pestañeó sorprendido antes de girar para verla.

Ella era delicada a su manera, hermosa sin igual, y una extraordinaria mujer.

Se le viera por sobre las mentiras de sus encuentros con el tiempo, el destino finalmente les permitió unirse, como tanto deseaban en secreto.

Armin le sonrió en respuesta, emitiendo el suspiro que le recuperó la paz que solo ella podía brindarle; y, girando su mano sin dejar de soltar la de ella, entrelazó sus manos como tanto les gustaba.

Este toque eléctrico y mágico que la primera vez los obligó a apartarse nerviosos, ahora era un ritual inicial de confianza, a veces de seducción, otras de simple compañía.

—Hitch también nos mandó una carta. —comentó risueño, pintando sus mejillas como una pista del contenido de esta.

Annie no podía imaginarse la barbaridad con la que saldría esta vez. Entre burlas y aceptación, la castaña daba sus informes mensuales de la situación en la isla, así como su aburrimiento con los Jaegueristas, y culminaba con comentarios incómodos y atrevidos sobre la relación entre ambos.

La última vez les preguntó si ya se habían revolcado en la cama juntos, pero sin cobijas, y sin ropa.

—¿La quemo? —insinuó antes de leerla, el rostro incómodo de su pareja era una señal de alarma.

—¡No, no, sabes que no sería lo ideal por la información sobre la Isla! —negó precipitadamente, rascándose la nuca —solo que... —miró hacia el techo del camarote, después suspiró intranquilo —léelo por ti misma...

A diferencia de otras veces, donde el color rojo poseía el rostro del chico, esta vez, solo el carmín coloreó sus mejillas. Lo que signficaba que lo vergonzoso persistía, pero esta vez no era de gran intensidad para la pobre inocencia del chico, tal vez.

Annie manejó con eficacia la carta, desdoblándola con una sola mano para no perder el contacto con el chico. Las primeras líneas no eran más que una recapitulación de las nuevas políticas implementadas en la Isla. Los jaegueristas ganaron, de alguna forma, pero afortunadamente la políticas impuestas por la reina Historia seguían manteniendo el orden en ella.

Hitch no dejaba de rezongar que los pays de arándanos eran mejor que los de manzana o calabaza, según lo que Nicolo preparó para la fiesta de Kaya. Después rememoró, paso a paso, la persecución de unos caballos, asustados por la aparición repentina de unos lobos.

Annie no podía evitar emitir una risa de solo imaginar dicho escenario, y lo eufórica que estaría la chica castaña de que no se le acercasen los lobos y le arruinaron su ropa, más que arrancarle una pierna.

Armin la miró de reojo, sin duda, Annie tenía cierta delicadeza en su forma de reírse, secreta y diminuta, pero sincera y melodiosa.

"¡Hey Annie, ¿no has pensando en ya ir más allá de su relación?..."

La mencionada frunció las cejas por inercia, estaba segura de que las risas se habían acabado, y ahora debía lidiar con los mensajes atrevidos de su amiga sobre su relación con el inocente chico. Por no decir que a ella también le incomodaban a veces, pero sabía ocultarlo mejor.

"... Esta vez no seré atrevida, lo prometo. Solo que hay algo que no me deja dormir..."

La rubia pudo imaginar lo testaruda de su respuesta al tener que aguantar sus vulgaridades. Agradeció de forma interna su serenidad en el asunto, y por eso mismo, estaba nerviosa de lo que seguiría leyendo. Lo aceptara o no, Hitch la conocía bien.

"Hace poco recordé aquella misión en donde, durante nuestra guardia, rescatamos a una niña perdida en el mercado, ¿la recuerdas?. Hoy me la encontré, tiene la edad que teníamos en aquél entonces y, lleva en su mano un anillo de plata y un bulto en el vientre, ¿no es gracioso?, ella formará una familia antes que nosotras..."

Familia, sin duda era un término con el que tenía mucho conflicto.

Armin miraba por la ventana, y eso lo agradeció, porque le avivarían los nervios si chocaban miradas en ese momento. Las mariposas revolotearon en su interior, y supo entonces, que Hitch había dado en uno de sus blancos de debilidad extrema.

La chica anhelaba tener una familia, un padre que la amase sin forzarla a nada, y haber conocido a una mujer que la peinara y le cantara canciones. Pero no pudo ser, y tuvo que crecer sola y a su manera, en plena guerra.

Pero Armin, como el brillante sol de esperanza que era, le demostró que podía tener esa familia a donde quiera que fuera.

Pero, tal vez, ahora era diferente si él formaba parte de la suya ¿no? No con cualquiera entrelazaba sus manos así.

"No me lo tomes a mal, pero me encantaría que en su próxima visita a la Isla, pudiera cargar a un bebé rubio y de ojos azules..."

Ahora entendía todo.

Tal vez era un tema común entre chicas, tal vez no. Lo cierto es que las intenciones de Hitch, comentando esas palabras, eran el motivo del incómodo pensar del chico a su lado, pero eran la razón de revoloteo en su interior para ella.

Annie no negaría jamás haber imaginado al chico a su lado, como un posible postulante para ser padre. ¿Porque? Era sencillo de responder cuando se despertaban al amanecer, balbuceando como un niño, Armin restregaba su cabeza con cariño con la de ella y emitía el «buenos días», después le sonreía, la abrazaba y el amor comenzaba a recargarse del día.

¿Cómo sería el chico tratando de despertar a un ser pequeño y frágil como un bebe?

La docilidad y dulzura de Armin era algo de lo que ella, secretamente, siempre se había enamorado. Pero el afecto de amor y comprensión era algo que le sobraba al rubio por mucho, y compartirlo con cualquiera la era sencillo.

La delicadeza en el joven, era idéntica a las bonitas violetas de primavera, aquellas que Annie recordaba verlas crecer en la ventana de su habitación en su estadía con la Policía Militar.

Sus lagunas azules podían ser el reflejo de la belleza del pétalo violeta de la flor, ambos bailando con el viento, la flor emitiendo su delicioso aroma floral, y Armin emitiría paz y amor, además de olor a canela.

La espera de Armin se agotó tan pronto direccionó su mirada en ella nuevamente. Sus ojos la miraron con atención, expectantes a juzgarla ante cualquier palabras dicha, eso Annie lo sabía.

El tema es que no era idear una propuesta de régimen, tampoco era practicar para dar un discurso como embajadores. Era darle una respuesta, una opinión respecto a lo planteado por otra persona.

Y tenía la cabeza llena de ideas, pero ninguna respuesta clara.

Así que votó por hacer lo que mejor sabía hacer, expresarle su inseguridad a través de la unión de sus manos.

Los dedos de ambos se entrelazaron, acariciando la piel del otro con suaves toques que los forzaban a sonreír.

—No me importaría... —comentó el rubio en un susurro, con las mejillas pintándose del bonito carmín, Annie sonrió.

—¿Que las violetas nazcan sin ser primavera? —cuestionó, un juego metafórico que estaba segura el chico entendería.

En algún punto, ambos se contaron no solo sus experiencias de vida, sino hasta lo más grandes y ocultos secretos, miedos, temores y sueños. Desde los imposibles hasta los burdos y divertidos. Por ello, jugar con alegorías metafóricas era una forma, entre ellos, de comunicar aquello que no deseaban exponer tan evidentemente.

—Sí, en cualquier estación.

Realizar una conexión entre su labor de embajadores con el término de «familia» se mezclaron perfectamente en la flor morada que podía crecer en cualquier época, y lucir igual de hermosa.

Tenían tareas por cumplir, el peso en los hombros del rubio era algo que Annie estuvo dispuesta a acompañarlo, y si tras sus constantes travesías por el mar se daba, posiblemente la primavera arribaría en pleno invierno.

Annie tendría, entonces, que comenzar a leer sobre como cuidar violetas, y la delicadeza en su cuidado; tanto para ellas, como para su relación con el chico.

Sus manos entrelazadas, por el resto del día, era la prueba de su inocente delicadeza de amor, pues seguía avergonzándolos hacerlo en público, pero sin sentirse juzgados realmente.

~~~~~~~~~~

Escribir sobre ellos es mucho fluff, pero de ese inocente y avergonzado 🤭❤️, realmente me gusta pensar que en algún punto ellos serán padres!!!

En fin, este es mi primer fic AruAnnie y me encantó el resultado, siento que puedo pulirlo mejor pero me conformo con esto.

Mi vida preciosa 🥹💕 GabyJaeger , hay que e imaginarnos un escenario en donde ellos pueden formar su familia tanto como el SasuSaku lo hizo ❤️.

Mi amada esposa 🤩🛐 temari05nara_ , creo que es la primera vez que escribo de ellos y ahhh!!! Es bonito dedicarte algo respecto a estos dos tórtolos 😍❤️.

Nos vemos pronto con el siguiente y último capítulo del día, muchas gracias.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top