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Tema no. 28
¡Crujiente!

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꒰ ͜͡➸ Palabras: 337
꒰ ͜͡➸ Shipp: UkIta
꒰ ͜͡➸ Personajes: Inglaterra e Italia
꒰ ͜͡➸ AU: Ninguno
꒰ ͜͡➸ Nota: me inspiré en la imagen de la galería, está bonita. La saqué de Twitter, aquí el link: https://twitter.com/spoon_B/status/1453668370771972100?t=ZeVNem5n01t70ARd9fY1PA&s=19

Inglaterra jamás imaginó que tendría un interés romántico por alguien como... bueno, Italia. Era muy guapo, claro que sí. Se vestía muy bien, era cálido, y sus ojos eran simplemente bellísimos. Para él, Italia no era un joven extraordinariamente inteligente, pero a final de cuentas, era un joven maravilloso, y le hacía sentir... muy feliz estar a su lado.

Sin embargo, fuera de todas las cosas que le gustaban de Italia, había una razón por la que siempre, sin importar cuánto empeño pusiera, peleaban fuertemente, y era que Italia tenía el mal hábito de desperdiciar la comida. Una vez, Inglaterra quiso sorprenderle y preparó pasta a la boloñesa. Pero el italiano no se comió ni un poco, alegó que la pasta estaba recocida, que la salsa tenía demasiado orégano, después tenía demasiado ajo, que estaba batida la carne y que podía ver un botón de ropa allí.

Es que Italia tenía un paladar tan refinado, que toda la comida que no fuera gourmet, no se la comía. E Inglaterra, malamente, era un desastre en la cocina.

Pero eso no era justificación para la grosería que hacía el italiano. Decirle que su pasta estaba batida, que la carne desabrida, que las salsas rancias, que abusó de los condimentos, que estaba salado, sin siquiera agradecerle el gesto de consideración que el inglés tenía con él.

Entonces, Italia propuso enseñarle a cocinar. Así, los dos podrían pasar más tiempo juntos. Inglaterra accedió.

—¡Bienvenido a nuestra primera clase, amore! —exclamó Italia aquella mañana en la que decidieron preparar el desayuno juntos.

—No es necesario que seas tan entusiasta... —respondió un poco cohibido, pues aunque sabía que sus intenciones no eran malas, le daba un poco de vergüenza.

—Claro que lo es, después de todo, me entusiasma estar contigo, ve~

—Como sea... —el inglés, sin querer demostrar muchos sentimientos, se giró a la barra de la cocina y miró una barra de pan—. ¿Qué vamos a preparar?

—Vamos a empezar con algo sencillo, hoy aprenderás a hacer una tostada.

—Are you serious? ¿Tan incompetente me crees?

—Scusa, scusa mio angelo! —pidió repetidas veces alzando las manos a modo de paz—. No te creo incompetente, solo pensé en empezar con algo fácil.

—Por supuesto que sé hacer una estúpida tostada.

—¿De verdad? ¡Eso es increíble? ¿Cuántas has hecho hasta ahora?

—...

No había hecho ninguna, pero Inglaterra no lo iba a admitir. En su lugar, demandó que comenzaran de una vez con la lección.

—¡Muy bien! Lo primero que hay que hacer es calentar la plancha. Que esté a una temperatura adecuada, y cuando la alcance, colocas el pan. ¡Así! —mientras iba dando la instrucciones, hacía las acciones para que el inglés viera claramente como era el proceso—. Después esperas un poco, ten cuidado con que no se caliente demasiado la plancha o se va a quemar. Vamos a esperar a que el pan se ponga marrón, casi dorado, para que quede bien crujiente y finalmente la sacas. ¡Tarán!~ puedes añadir cajeta, mermelada, queso,chocolate o lo que quieras. ¿Qué te parece?

—Uhm, no es la gran cosa.

—¡Exacto! Ahora es tu turno, anda.

Pero no, evidentemente no era tan fácil. La primera tostada quedó demasiado blanca, después demasiado marrón, luego se le quemó después no era lo suficientemente crujiente, o estaba suave, etcétera. Continuaron practicando, pero pero no funcionaba. Tanto así que solo quedaban dos piezas de pan.

—Esto es horrible —declaró Inglaterra enojado por la situación.

—Creo que tengo una idea, amore.

Italia sacó una tostadora que no utilizaba a menudo. Pero situaciones extremas requieren medidas extremas.

—Todo lo que tienes que hacer, es colocar el pan aquí. Después bajas esta cosa, y esperas un rato. —Hubo una pausa, después la campana del tostador sonó, el pan salió automáticamente y estaba perfecto. Cocido, dorado, crujiente—. Anda, inténtalo.

Inglaterra hizo exactamente lo que su pareja había hecho, lo cual no era mucho. Pero cuando el pan salió, por azares del cruel destino, el pan estaba quemado.

No volvió a cocinar nunca en su vida.