Tienda de café [Oneiros&Shion]

La primera vez no le presta atención, ni siquiera lo nota, simplemente siente la comodidad que es dormir un poco más sin sentir como alguien llega repentinamente y se acomoda a su lado, acurrucándose a mas no poder para disfrutar del poco tiempo que le queda en cama antes de tener que levantarse para empezar su propio día. En realidad, tarda mucho en notar que esa rutina desaparece, y aunque al principio no la echa en falta, si le comienza a parecer extraño.

Así que empieza a observar, a poner atención. Oneiros parece demasiado normal como para indicarle que algo está mal, lo único extraño es que ha empezado a llegar más tarde de lo normal, perdiendo sus preciados minutos para acurrucarse a su lado en la cama antes de volver a levantarse por el simple deseo de tomarse un café con él, recibiendo la bebida con una sonrisa a la que se ya se acostumbró, pero que justamente esa y otras mañanas, no le deja tomar su propio café en paz, porque además de la hora, él no logra captar que algo está pasando.

Y así es, hasta que escucha a dos de sus sirvientas hablando en la cocina.

—¿No te parece raro?

—¿De qué hablas?

—Al señor, últimamente ha estado llegando muy tarde por las mañanas.

Se mantiene afuera, pegado a la pared mientras escucha, intentando pasar desapercibido por su buena servidumbre en la cual confiaba y justamente ahora le acababa de parecer el mejor lugar de donde obtener información, ¿Por qué no lo había pensado antes? Si hasta en las novelas esas raras, estaba más que señalado que siempre los sirvientes eran los que se enteraban de todo y razón no parecía faltarles.

—Por favor, ¿Solo te has fijado en eso?

—¡Y...! No me digas...

—Así es, aparte de llegar tarde, llega oliendo a café. ¿No te has dado cuenta? El aroma se siente fácilmente, me sorprende que nadie lo haya notado.

Se cubre la boca cuando escucha aquella observación, intentando hacer memoria sobre ese hecho, dando cuenta de que, en efecto, él no había notado que Oneiros llegaba oliendo ya a café antes de tomarse otra taza de café, aunque probablemente era porque ya no se acostaba a su lado por las mañanas y sus trajes él ni siquiera los tocaba a menos de que estuvieran colgados y limpios en el closet.

De repente, un sentimiento amargo se instaló en su corazón, antes de seguir escuchando.

—Realmente no me eh fijado, entonces, ¿aparte de llegar tarde, llega oliendo a café?

—Así es, a mi algo me dice que tiene otra familia de seguro, bueno, es un dios, no podíamos esperar mucho de él.

—Oh, pero el señor realmente se ve apegado a su hijo y al patriarca.

—Buen, uno nunca sabe, tal vez este por tener un hijo con la otra familia.

Bien, hasta aquí ya había escuchado demasiado.

—¿No estas llegando más tarde de lo usual? —esta más que despierto cuando Oneiros llega a las ocho con veinte de la mañana, asustándolo en el proceso y obviamente sorprendido por verlo sentado en el sofá.

—¿Me estabas esperando? —cuestiona el dios menor, con la chaqueta en un brazo mientras entraba y cerraba la puerta tras de sí, obviamente sorprendido.

—No realmente —responde con seguridad, aun cruzado de brazos mientras se mantiene firme en su lugar, esperando—¿Entonces? No me has respondido.

—Bueno, sí, eh estado llegando más tarde.

Hace un esfuerzo por no morderse los labios, consciente de que Oneiros había respondido pero que eso no era exactamente lo que deseaba escuchar y lo peor del momento, es que no sabía cómo seguir indagando sin que sonara demasiado... Extraño a sus oídos. Aunque igualmente, sabe que no es como si tuviera muchas opciones.

—¿Dónde estabas?

—¿Qué?

—Te estoy preguntando, ¿Qué en dónde estabas? Para haber llegado tan tarde, supongo que algo te retrasa, ¿no?

—Ah, eso...

Respira profundo, intentando mantener a raya su imaginación después de lo que había escuchado, esperando lo más pacientemente posible a que Oneiros finalmente decidiera decir algo. Aunque por supuesto y como la primera vez, no fue realmente lo creía que iba a escuchar.

—¿Quiere ir a tomar un café?

—¿Disculpa?

Una hora después, se encontraban los dos de pie, frente a una bonita y bien arreglada tienda de Café que recientemente acababa de abrir, encontrada por Oneiros de casualidad y el lugar donde terminaba comprándose una bebida en lo que regresaba tan temprano en la mañana, atraído por el aroma de los granos de café que, recientemente, le había dicho que le gustaba.

—Entonces, ¿vienes aquí por las mañanas?

—Madrugada en realidad, cuando paso están prendiendo todo y huele delicioso... Y solo me siento hasta que abren.

Siente sus mejillas colorearse cuando escucha aquello, paseando su mirada por los diversos productos que estaban exhibidos por vitrina, sin necesidad de entrar a la tienda para saber que adentro había una innumerable cantidad de productos de café, ya sea para prepararlo o derivados, sintiéndose abochornado cuando la chica del mostrador saludo a Oneiros desde el interior, antes de seguir con su trabajo de acomodar algunos postres que, para variar, se notaba que llevaban café.

—Oneiros, abren a las ocho de la mañana.

—Lo sé, antes me tenía que esperar hasta esa hora, pero ellos llegan una hora antes para tener todo listo antes de abrir y cuando paso aquí a las siete y media me dejan entrar por un café para que no espere a fuera.

Shion observa en silencio, antes de dejar de prestar atención a lo que la vitrina ofrecía para fijarse en el reflejo de su compañero, tan tranquilo como siempre, acompañado de una pequeña sonrisa que le hace girarse para verlo de frente, seguro de que solo estaba esperando un momento para decirle algo.

—¿Pasamos por un café?

—Oneiros, acabamos de tomar café en casa antes de venir.

—No importa, yo sé que aguantas otra taza.

Lo ve avanzar hacia la puerta de vidrio, la cual abrió hacia fuera, haciendo un gesto con su mano libre para señalarle que entraba primero, así simplemente sonrió antes de avanzar para entrar a la tienda, siendo recibido amablemente por los trabajadores cuando se acercó a mostrador.

Ya mañana hablaría con los sirvientes para poder desmentir el rumor, mientras tanto, solo le quedaba descubrir porque Oneiros había quedado encantado con esa tienda de café.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top