Solo un anillo [Oneiros&Shion]
Brilla, literalmente resplandece en la pequeña caja negra en la cual ha sido entregado. El peso, en su mano derecha, es irreal, pesa demasiado, tanto que no cree que será capaz de seguir sosteniéndolo mientras lo sigue observando, eso sin contar, que ni siquiera sería capaz de ponerse algo así en su mano.
La sortija matrimonial, pesaba demasiado como para usarla.
—Es solo un anillo.
—Lo sé.
No necesita ver a Oneiros a los ojos para saber que lo está analizando, esperando pacientemente por una reacción, sea positiva o negativa ante su nuevo presente, uno que se había tardado mucho en llegar si tomaba en cuenta la cantidad de tiempo que ya habían pasado juntos, viviendo incluso como una pareja casada desde hace casi diez años, junto a un niño de ambos con casi la misma edad que tenían juntos.
—¿Quieres que lo use?
—Esa es tu decisión, no me molesta si no lo haces, no siempre usas todo lo que regalo.
Devolver el anillo no era una opción, su compañero era demasiado terco como para aceptar un "no" como respuesta y de una u otra forma, todas aquellas cosas que le traía de vez en cuando como regalos, siempre terminaban mezcladas entre sus cosas por más que deseara deshacerse de ellas.
Intento tranquilizarse mientras continuaba viendo el anillo, tan pesado entre sus manos, un objeto que tendría que haber recibido de otra forma, en otro lugar, pero era una situación demasiada fantasiosa para los dos, imposible incluso en los sueños que Oneiros tejía de vez en cuando.
—¿No te gusta?
—No, no es eso.
—¿Entonces?
Duda en alzar la mirada del brillante objeto, dudoso sobre lo que sus ojos se encontraran cuando se encuentran con la oscura y penetrante mirada de Oneiros, el cual, desde hace un momento, parecía estarle hablando con un tono que le hacía sentirse ligeramente culpable, como si estuviera decepcionado de que no mostrara más emociones hacia la sortija que le estaba regalando en esta ocasión, aunque ya desde hace mucho debería de haberle quedado claro que la joyería no era lo suyo.
—No importa, lo conservare junto a las cosas que me has dado y jamás me pondré.
—Bien.
Cerrar la caja es una tarea más difícil de lo que había pensado, pues aunque ya no quería ver la sortija y por más que pesara en la palma de su mano, algo que no quería reconocer le hacía desear usarla, ponerla en su dedo anular por el simple hecho de poder hacerlo, crear más malentendidos que no eran necesarios y que probablemente harían enojar a sus amigos más cercanos por no haber sido invitados a una boda que jamás ocurrió ni ocurriría.
—¿Seguro que estas bien? Puedo regresar a la tienda y pedir que me lo cambien.
Finalmente alza la mirada, observando el semblante serio del dios menor que no le quitaba la mirada de encima, atento, con las manos listas en dado caso de que decidiera lanzarle la pequeña caja a la cara, de la misma manera en que lo había hecho con muchos otros regalos. En cambio, lo único que hace es sonreír levemente, guardando el objeto en una de las bolsas de su pantalón.
—Ya te dije que está bien, después de todo, es solo eso, un anillo.
Una simple sortija de oro con diamantes incrustados, vacío de promesas y bendiciones, un objeto que permanecería por siempre escondido en lo más profundo de uno de sus cajones.
"Es solo un anillo" dice él.
Y solo puede pensar en que tiene razón.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top