Fetiche [Oneiros&Alone]
Están ambos sumergidos en un agradable silencio, sentados cómodamente en la cama matrimonial mientras se ignoran mutuamente, uno mirando a la nada y el otro riendo a momentos con las cosas al azar que encuentra en su muro, noticias recientes que llaman su atención. Hasta que, después de algunos minutos más, uno de ellos dos finalmente rompe el silencio.
—Alone.
—¿Qué quieres?
—Tengo un fetiche, ¿quieres verlo?
Detiene su dedo de seguirse deslizando a través de la pantalla de su celular, apartando la vista de los últimos chismes para girarse a ver a Oneiros, con cierta incredulidad.
La verdad el fetiche es lo de menos, es un dios menor, pero un dios a fin de cuentas y con el tiempo que tenía vivo, era totalmente esperado eso de que desarrollara ciertos gustos raros, lo que lo desconcertaba, por supuesto, era la manera tan normal en que hablaba de ese tema y le ofrecía, mostrárselo.
Aunque bueno, era el mismo tipo con el que podía besarse sin problema, aunque estuvieran hablando de matar y cremar gente sin remordimiento alguno, ofreciéndose incluso para seguir matando si es que había sobrevivientes.
—¿Me vas a mostrar tu fetiche?
—Claro, si tú quieres.
Mira de nuevo la pantalla de su celular, saliendo de la aplicación que había estado viendo antes de dejar el aparato a un lado.
¿Qué se supone que iba a mostrarle y cómo?
Mantiene la mirada pegada a sus piernas un momento, pensativo, estaba consciente de algunos de sus gustos, como cosas relacionadas con la iglesia porque le gustaba corromperlas, pero, ¿le iría a mostrar algo más? Aunque bueno, tampoco es como si le interesara mucho el descubrir los gustos extravagantes del dios menor.
—Está bien, enséñamelo.
Pero la curiosidad era tanta.
—Dame un momento, no lo tengo aquí.
Lo ve levantarse de la cama sin mucha prisa, abriendo la puerta y murmurar una maldición cuando se dio cuenta que había dejado entrar a Cerbero en su tamaño comprimido, justo como le gustaba tenerlo para poder cargar con él, después de todo, tampoco es como si el can fuera muy necesario en la segunda prisión.
Unos minutos después, tras entretenerse tomándole algunas fotos a Cebero, finalmente regreso Oneiros, luciendo igual, sin nada nuevo, un detalle que le hizo fruncir el entrecejo.
—¿No ibas a mostrarme un fetiche?
—Claro que lo haré, justo lo tengo aquí.
Acto seguido, se acerco lo suficiente como para volver a sentarse en la cama, alzando su mano diestra que mantenía cerrada, abriéndola tras ver el escepticismo con el que Alone lo estaba mirando.
—Todo tuyo, te lo regalo.
Sintió un tic en su ojo derecho mientras veía un trébol de cuatro hojas colgando de un cordón, formando una especie de collar barato que solía ver en lugares... Baratos, un pensamiento que le hizo hacer una expresión de asco mientras sujetaba a Cerbero mas fuerte contra su pecho, antes de escuchar una ligera risa provenir de Oneiros.
Que estafa, se había emocionado por nada.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top