"Sempiterno: Que durará por siempre, no tiene final."

Yusaku leyó en voz alta la definición de aquella palabra, arrugo el entrecejo algo hastiado por esa molesta tarea.

Ese día en su clase de literatura, les pidieron que llevaran para la próxima clase la definición de ciertas palabras.

— La escuela es aburrida... ¿No lo crees, Ryoken? —Yusaku sonrió mientras caminaba hacia un baúl desteñido de madera— Por la escuela, no tengo tanto tiempo para estar aquí contigo... pero bueno, no te preocupes, pronto me graduare y estaré más tiempo contigo.

El chico de ojos verdes sonrió al tiempo que abría el baúl y sacaba la cabeza de su amado novio para después darle un tierno beso.

Sempiterno, tal vez lo que le atrajo de esa palabra... es que representaba su amor por Ryoken.

Su tierno y dulce amor hacia el chico de cabello blanco, ojos azul estelar, ahora oscuros y sin vida, era sempiterno. Aún después de la muerte, Yusaku amaba con locura a Ryoken.