Era un buen día para pescar, el sol brillaba con mucha intensidad, no habían nubes que le obstruyeran. Definitivamente, un perfecto dia de pesca.

Si tan solo lo hiciera por que si. A su, embarazada, novia le había dado antojo de pescado, y como Luni era débil ante Melnya, no le importó ir al puerto y pescar algo para su amada.

Cuando llego todos los lugares estaban ocupados, solo quedaba uno, cerca de las rocas, a Luni no le importó tomarlo. Los peces casi no llegaban, ella se aburría enormemente, algo debería pasar para terminar con esto...

— ¿Que haces, humana? —Alguien le pregunto, la voz sonó casi como un chico, giraba su cabeza para encontrarla. — Aquí abajo.

Bajo la cabeza, en direccion a las rocas, un chico de ojos azules, cabello igual pero más oscuro, como el fondo oceánico, y... ¿Aletas? Celestes en donde se supone van sus orejas, la miraba de forma curiosa.

— Pues... ¿Pesco?

— ¿Pescas? ¿Aquí? ¿Si entiendes que los peces no llegan aqui por las algas?

— ¿Algas? —Luni no dejó de mirar al chico con curiosidad. — ¿Eso que tiene que ver?

— Mucho, las algas los atrapan y se los comen, aún que no lo creas.

— ¿Y... tu como sabes eso?

— Las sirenas y los tritones sabemos todo sobre la vida marina.