Mi Confesión
Silver le había mandando un mensaje de texto diciéndole que ese día iría con Blaze, por consiguiente ella tendría que caminar sola a la escuela, aunque realmente no le importaba. Amy vio de nuevo la pequeña caja transparente que llevaba en su mano amarrada con un pañuelo rosa, la cual tenía en su interior chocolates hechos por ella. Sonrió con disimuló aún recordando la conversación con Shadow el día anterior.
Inicio del Flash Back
-Lo que digo es, que es muy probable que Sonic se haya enamorado de ti y aún no tenga el valor para admitirlo.
-¡¿EH?!- exclamó sonrojándose con intensidad. Clavo su vista a sus manos, con las cuales jugaba nerviosamente -¿Por... Por qué dices eso?- apenas pudo pronunciar.
-Sonic y yo no nos parecemos en nada, a excepción de que en cuestión de mujeres, ninguno de los dos entregamos nuestro corazón- respondió sorbiendo un poco más de café -Bueno, o no lo hacíamos. Él parece haber cambiado en eso.
-Pero si es así ¿Por qué me evita?
-Ya te lo dije, desde que nuestra madre murió Sonic se encerró mucho en sí mismo y bueno... digamos que Padre tampoco le hizo la vida más fácil- habló un poco más de lo que le hubiera gustado. -Mi punto es que Sonic jamás ha llevado a ni una sola chica a la casa, y tú fuiste la primera, y si como dijiste no te pago, entonces...
-Eso fue diferente- interrumpió Amy con su mirada en penumbra -Nosotros... bueno, era sólo un favor. Sonic fue muy claro... el que yo fuera no tenía que ver conmigo, era sólo por apariencias.
-Oh...--pronunció Shadow arqueando una ceja en señal de asombro. -Bueno ¿Y qué hay del Parque Acuático?
-¿Parque Acuático?- repitió Amy sin saber cómo eso tenía relación con lo que estaban hablando -¿Qué hay con eso?
-Mi hermano odia el agua, más de lo que me odia a mí. Y eso mucho decir- sonrió divertido -Pero fue con tal de estar contigo.
-¿Por qué dices eso?
Shadow suspiró con pesadez, como si el recuerdo mismo lo molestara. Sorbió más café mientras ella sentía la ansiedad acumularse a cada momento que él se mantenía en silencio. Hasta donde ella sabía Sonic había accedido a ir sólo para llevar a Sally y verla traje de baño, pensamiento que la hizo molestar.
-Mi hermano tenía la puerta del dormitorio abierta cuando yo iba pasando por ahí- empezó -Estaba eligiendo algo para esa salida suya cuando lo escuche decir: "Sólo verla en traje de baño... demonios Rose, lo que me haces hacer" o algo por el estilo, no es como que pusiera demasiada atención.
-Él fue... ¿Por mí?- Las comisuras de sus labios se elevaron para que una amplía y genuina sonrisa se posara en sus labios. Una felicidad desbordante la abrumó, pues jamás se lo hubiera imaginado, aunque eso explicaba muchas cosas.
-A menos que hubiese otra Rose entre ustedes por la cual quisiera ir- aclaró -A pesar de eso, él es demasiado atarantado como para hacer algo respecto a lo que siente- habló con desdén -Deberás de hacer el primer movimiento si él realmente te gusta, y es obvio que sí.
-¿Movimiento?
-Mañana es el Día de San Valentín ¿no? Es el día en que las mujeres se declaran a erizos como yo- sonrió con un dejo de arrogancia.
-¿Dices que debo de decirle lo que siento?
-¿Qué mejor oportunidad que esa?
-Pero...
Una canción de rock inundó con su estrepitoso sonido el café, alarmándola. Amy vio a Shadow sacar su teléfono de su pantalón según como la canción I Am... All of Me de Crush 40 sonaba. Ella conocía esa canción, era de su banda favorita.
-Shadow al habla- respondió tan frío como de costumbre -Sí, enseguida iré a casa- lo escuchó decir, parecía ser que no era sólo a Sonic a quien le pedían cuentas -No, no, estaba viendo unas cosas para la universidad... sí... aja... yo llego- dijo colgando el teléfono -Bien Rose, debo irme- se despidió poniendo el dinero de las bebidas sobre la mesa -Nos veremos mañana aquí.
-¿Mañana?
-Sí, gracias a tu pequeño problema con el Faker de mi hermano no pudimos hablar para lo que te cite aquí- le reclamó -Mañana a las 6 te espero.
-¡Espera! ¿Por qué tan tarde?
-Mañana estaré en casa haciendo un par de trabajos de la universidad, y no creo podré terminarlos antes- explicó -Además creo que estarás bastante ocupada el resto de la tarde con mi hermano- sonrió pícaro. Ruborizándola -Sólo asegúrate de librarte de él antes de nuestra cita aquí- amenazó -Hasta entonces.
Fin del Flash Back
Amy suspiró con pesadez, pero sabía que Shadow tenía razón. Era el día para hacer eso, aunque aún no estaba segura de qué le diría, pero esperaba que Sonic le ayudara a completar las palabras que no pudiera decir por el nerviosismo.
Entró al campus escolar y el amor se podía sentir en el ambiente. Cientos de parejas que caminaban felices y cientos de chicas con chocolates y osos de felpas. Ese era un día que por lo general ella odiaba, y por primera vez en su vida, lo esperaba con emoción. Amy se dirigió a su salón en carrera apresurada al escuchar la campana sonar, esperando verlo ahí y pronto lo vio entrar con una expresión un tanto extraña. Se sentó sin siquiera regalarle una mirada, cosa que le pareció extraño, ya que al menos sus ojos se cruzaban de tanto en tanto. Amy sacudió su cabeza pensando que seguramente tenía que ver con lo que Shadow le había dicho.
-Todo saldrá bien- murmuró con una tímida sonrisa.
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Esperó nerviosa en la salida de la escuela. No había podido hablar con Sonic durante todo el día pues había estado rodeado de cientos de chicas que le regalaban chocolates, regalos, cartas y cientos de confesiones junto con éstos, a las cuales él siempre sonreía de una manera un tanto peculiar, ya no era cordial, tal vez forzado o eso se le asemejó. El club de fans de Sonic y las responsables de su corte también estuvieron ahí, para entregarle muchos presentes, a los cuales Sonic apenas si miro. Eso la hacía sonreír.
Amy esperaba en los grandes portones cuando lo vio caminar con su mochila en el hombro y una expresión seria. Su mirada yacía perdida en el horizonte o eso fue hasta que la vio. Los ojos de él se abrieron de par en par haciéndolo parar de su marcha, quedando a unos cuantos de metros de ella.
-Veo que has estado muy ocupado- habló Amy con una amplia sonrisa. Eran la primera vez que hablaban en días.
-Mmm... siempre es así- respondió Sonic vagamente, retomando su marcha. No tenía intención de seguir escuchándola.
-¡Espera!- detuvo la eriza rosa interponiéndose en su camino.
-Tengo la tarde ocupada Rose, hazte a un lado- dijo con un dejo de molestia en su voz.
-Es que...- murmuró con un trago pesado ante la actitud del erizo. Amy recordó las palabras de Shadow en un intento de armarse de valor y poder continuar con lo que se había propuesto desde el día de ayer -"... es muy probable que Sonic se haya enamorado de ti y aún no tenga el valor para admitirlo"- Aspiró tanto aire como pudo y de su mochila sacó aquel presente que ella le había preparado. Amy estiró sus brazos enseñando la caja de chocolates.
-¿Qué es esto?- inquirió Sonic arqueando una ceja.
-Tómalos- ordenó con gran sonroje. Sonic la vio con una expresión fría, pero no por eso dijo algo al respecto, tomando los chocolates de sus manos y examinándolos con la mirada -Feliz Día de San Valentín, Sonic- dijo Amy con emoción, sin provocar reacción en él -Yo... yo tengo algo que decirte.
-Escucho- espetó.
-Ammm...- calló un poco extrañada por su actitud tan fría, pero quiso obviarla nuevamente -Todo este tiempo juntos, todo lo que hemos pasado y bueno... nosotros...
-Sí, sí, sí- apresuro -Te lo dije, tengo que hacer Rose.
-Yo quería... yo quiero decirte...- sintió una opresión en su pecho y como las palabras se atoraban en su garganta. No pensaba que sería tan difícil decírselo, o tal vez era por esa expresión fría gravada en su rostro que le imposibilitaba hablar -" Deberás de hacer el primer movimiento si él realmente te gusta"- Shadow de nuevo invadía su cabeza. Cerró sus ojos para huir de aquella mirada que la intimidaba y así poder gritar lo que su cabeza le decía tiempo atrás -¡Quiero decirte que me gustas mucho!- gritó al fin, recuperando el aire y a su vez sintiendo cómo se quitaba un peso de encima.
Amy abrió los ojos lentamente viéndolo expectante. Sonic no parecía reaccionar ante su confesión, se le veía distante, como si su mente estuviese en otro lado, un pensamiento, un recuerdo.
-Mmm...- murmuró el erizo azul viendo la caja de chocolates en sus manos. -Yo no- respondió al fin regresando con brusquedad el detalle que ella con tanto empeño había elaborado para él, sosteniendo la caja con cierta torpeza. -Te lo dije antes Rose, lo nuestro era cosa de negocios, además yo...
-¡Sonic!- su voz hizo crispar su piel y sus ojos con lágrimas contenidas se abrieron de par en par viéndola correr hacia ellos -Pensé que nos veríamos en el restaurante.
-Sally- dijo el erizo azul con un amago de sonrisa -Me entretuvieron aquí, y creo que te di el tiempo suficiente para alcanzarme. Bien ¿Nos vamos?
-¡Claro!- asintió llegando hacia él y con cierta torpeza chocarse sutilmente con la eriza que yacía para con aquella mirada vacía, provocando que aquella caja con dulces cayera al suelo desparramando su contenido, y así Sally tomar su brazo afectivamente. Sonic vio de reojo el presente en el suelo, pero no dijo nada por eso -Ten más cuidado- murmuró Sally para ver a la eriza despectivamente.
-Hasta luego- se despidió cortante el erizo azul siguiendo su camino, sin poderle sostenerle la mirada más tiempo.
Lo vio partir con ella, sin decirle nada más. Su mirada quedó perdida en los chocolates que yacían en el suelo sucio, recordando el arduo trabajo de la noche anterior para hacerlos. Todo parecía una mala broma del destino, todo parecía una pesadilla... una de la que no podía despertar.
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La última ecuación era más complicada de lo que había imaginado, pero si deseaba poder tener la formula correcta del rayo de protones que el Dr. Eggman les había dejado de tarea necesitaba encontrar la respuesta o su promedio se vería afectado y su posición como el mejor de la clase se vería afectado.
-Joven Shadow- tocaron a su puerta obligándolo a elevar la mirada y dejar de morder el borrador del lápiz que yacía en su mano -La Señorita Amy Rose le busca.
-¿Rose?- inquirió con asombro. Observó su reloj de pulsera únicamente para cerciorarse de que no se le fuese ido la noción del tiempo y la hubiera plantado. "4:17 PM" aún no era hora de verse, faltaban casi dos horas. -Seguro, dile que pase adelante- asintió. Shadow sabía que su padre no vendría hasta muy noche y su molesto hermano había informado que no regresaría hasta pasado las nueve. Tendrían bastante tiempo a solas. -Que venga directamente a mi habitación y que nadie nos moleste ¿Comprendes?
-Sí señor- asintió su sirvienta.
Le parecía un tanto extraño que hubiese llegado antes, pero bien podría tomar un pequeño receso de la tarea. Shadow estiró sus músculos adormecidos dejándose caer en la silla de cuero negro y un sonoro bostezo fue emitido de sus labios.
-Por aquí Señorita Rose- abrieron su puerta nuevamente dejándose ver. Amy entró a paso lento y con su mirada oculta en la penumbra de su flequillo. -Feliz tarde- se despidió su sirvienta cerrando la puerta tras ella.
-Rose, te dije que...
No lo dejó terminar su oración. Shadow sintió como ella se abalanzaba sobre él aferrándose a su pecho y de pronto romper en llanto. Amy quedó de rodillas en el suelo y agradeció no haber estado parado o lo hubiese tirado al piso. Shadow la vio desconcertado, sin saber cómo reaccionar ante lo que estaba sucediendo. Seguro que en los G.U.N jamás lo habían entrenado para una situación como esa.
-¡Me rechazó!- dijo Amy entre sollozos.
-¿Esto es por Sonic?- preguntó intentando apartarla de él, sin embargo ella se aferraba a su cuerpo como si su vida misma dependiera eso.
-Y está saliendo con alguien más...- prosiguió sumergida en el recuerdo de esa tarde -Con ella- dijo dolida.
-¿Ella?
-Con Sally.
-¿Sally Arcon?
Amy permaneció recostada sobre el pecho blanco y suave de él, con un dolor en su pecho que la quemaba por dentro. Después de lo que Sally le había hecho, Sonic simplemente había decidido olvidar todo y salir con ella... después de lo que ella la había hecho sufrir. Sintió como Shadow la separaba lentamente de él viéndola con cierto asombro y desconcierto.
-Cuéntame exactamente, ¿Qué pasó?
Empezó a relatar lo sucedido con aquella tristeza en sus ojos mientras las lágrimas resbalaban por sus ojos. Aún no sabía por qué lo hacía, sin duda alguna Shadow jamás se le asemejó a un amigo o confidente. Tal vez era porque le recordaba a él, tal vez indirectamente quería sentir que podía hablar con Sonic aunque no era así.
Amy había caminado como un muerto viviente después de lo sucedido en la escuela, como si le hubiesen arrancado el alma y quebrado en mil pedazos lo que quedaba de su corazón. Según como caminó sin rumbo se encontró pronto cerca de la casa del erizo azul y recordó que Shadow estaría ahí. Solo. Aún no estuvo segura qué la había impulsado a ir hasta allá, preguntar por él y animarse a entrar; lo único que sabía es que cuando lo vio no pudo evitar dejar salir todas las emociones que la perseguían.
-... Eso es extraño- habló Shadow una vez ella hubiera terminado de hablar -El Faker de mi hermano mantiene una actitud cordial ante sus rechazos- murmuró pensativo sobre aquella silla con rodos -Parece más algo que haría por despecho.
-¿Despecho?- repitió secando las lágrimas de sus ojos.
-Tú misma lo has visto, eso no es lo que él haría tras esa fachada del rompe corazones de la escuela. No se vería bien, y al final, las apariencias son lo único que importa.
Amy guardó silencio, pensativa. Shadow tenía un muy buen punto, pero ¿por qué estaría despechado? Ella no había hecho nada malo y si lo hubiese hecho ¿No merecía una oportunidad para aclararlo todo?
-Ven, levántate- ordenó extendiendo su mano. No le gustaba verla yacer en el suelo, ni mucho menos en su habitación. Shadow sólo llevaba chicas a su habitación para una cosa, y esa seguramente no era hablar. -Quiero enseñarte algo.
Amy secó las lágrimas que aún sobresalían de sus ojos y asintió con la cabeza. Estiró su mano temblorosa sintiendo el agarre firme del erizo negro, quien la haló fuertemente para alzarla del piso, obligándola a ponerse en pie.
-Andando- ordenó de nuevo, soltándola.
Lo siguió tímidamente por los largos pasillos de la casa. Amy miraba las esculturas aquí y allá de personajes importantes, y cuadros de la familia pintados exquisitamente colgados sobre las paredes blancas. La casa de Sonic era más grande de lo que se le asemejó a primera vista.
-Aquí es- habló el erizo negro, rompiendo el silencio.
Shadow abrió las puertas de madera tallada dejando salir la luz del atardecer que bañaba la habitación. Amy logró divisar un gran ventanal en el fondo de la habitación y adornando ésta, habían varios libreros con cientos y cientos de libros. Se adentró sin pedir permiso alguno, admirándolos con luz en su mirada, lo que sería la biblioteca más grande y hermosa jamás construida.
-¡Es hermoso!- exclamó dando una pequeña vuelta en la mitad del gran salón -Shadow, esto es...- calló al ver la media sonrisa pintada en su rostro. El erizo negro yacía recostado en el marco de la puerta observándola con atención. -Digo- quedó rígida nuevamente -Tienes una casa muy hermosa.
-Lo sé, esta es mi habitación favorita- asintió adentrándose -Yo mismo me encargue de las especificaciones para que quedara así.
-Es increíble.
-Aquí paso gran parte del tiempo cuando necesito un respiro de todo- habló pensativo.
-Sha...
-Joven Shadow- fueron interrumpidos por la misma empleada que la había dejado entrar a la casa -Tiene una llamada, la Señorita Rouge The Bat.
-¿Rouge? Demonios, lo había olvidado. Enseguida voy- dijo haciendo un ademán con la mano dándole a entender que los dejara solos. -Debo atender esto, mientras no estoy eres libre de ver los libros que hay por aquí- habló el erizo negro dirigiéndose a la salida.
Amy se quedó parada en medio del salón. Si alguien le hubiese dicho cuando conoció al erizo negro que terminaría en esa extraña relación jamás lo hubiese imaginado o lo hubiese tachado de loco. Amy caminó desinteresada por la habitación recorriendo con la mirada los títulos de las grandes obras literarias que las estanterías poseían.
-Lleva esto a la habitación del Joven Sonic- escuchó decir en el pasillo.
Amy asomó la cabeza por la puerta que se encontraba semi abierta para ver a dos sirvientas con ropas de cama en el corredor. Ella sabía que debía de esperar por Shadow ahí, pero esa era una oportunidad única en la vida. Sonic había estado muchas veces en su casa e incontables en su habitación, sería una dulce venganza.
Salió fuera de la pequeña biblioteca, siguiendo a la sirvienta a una distancia considerable. -Lo sé, lo sé- escuchó la voz de Shadow haciéndola parar de golpe y así pegarse contra la pared. Su voz realmente la hacía estremecer. -Te dije que no podríamos vernos hoy, será mañana- parecía que estaba ocupado en su conversación. Amy suspiró inaudible y así con sumo cuidado caminó frente a la puerta siguiendo su camino. Quería ver la habitación de Sonic.
La mucama salió a los pocos minutos de una habitación al fondo el pasillo. Amy la vio alejarse hasta perderse por completo de su vista y así, corrió hasta la puerta de lo que asumía era el cuarto de Sonic. Amy abrió la puerta con cuidado y al hacerlo el aroma de Sonic impregnó su nariz, sintiendo de nuevo aquella punzada en su corazón. Amy sacudió su cabeza ligeramente intentando ahogar sus pensamientos. Entró sigilosamente viendo la habitación inmaculada.
La cama con sabanas azules y almohadas blancas yacía sin una sola arruga. Sonic tenía una librera de madera pulida con docenas de libros de diferentes materias y repisas con más trofeos de los que podía contar yacían en éstas, todos del primer lugar. Un pequeño sillón de cuero café yacía en una esquina y sobre éste un cuadro de un paisaje yacía bellamente pintando, firmado bajo el nombre de Aleena the Hedeghog.
Amy pasó sus dedos por los muebles que no demostraban una sola mota de polvo, y así dirigirse a la librera, dando un vistazo rápido a los libros que él se deleitaban leer. Su vista se detuvo en uno peculiar que no parecía encajar, pues no tenía titulo en el lomo. Tomó el libro percatándose que era un álbum de fotos y no un libro como tal. Lo abrió curiosa, examinando su contenido, y en éste estaba Sonic de pequeño, junto con Shadow y una eriza mayor de pelaje morado.
-¿Es su madre?- murmuró al notar únicamente fotos de ella en ese álbum, ya fuese sola o acompañada.
-¿Qué rayos estás haciendo aquí?
Soltó el álbum al escuchar su voz fría y despiadada, volteándose al acto. Entrando a la habitación se encontraba Sonic, con una mirada fría y una expresión dura en su rostro.
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