Capítulo 8: En Marcha.

[Hogsmeade, 1981]

Una chica de cabello negro esperaba sentada frente a una gran mesa vacía la cual se llenaría de comida al cabo de unas horas. Aburrida, decidió reposar su cabeza sobre la mesa con sus manos como almohada.

-Agatha, ya volvió. - dijo un hombre entrando al lugar.

-¿Madrina? - soltó mientras se ponía de pie la mujer.

Lucía entró al comedor y vio a su ahijada esperándola con entusiasmo como hace algunos años.

-Carajo, estuvo fuerte... - contestó la peliazul mientras le daba un abrazo cuidadosamente a la pelinegra, esto para no llenarla de sangre.

-¿Encontraste algo? - preguntó.

-No, por ahora no... solo sé que me andan buscando, de nuevo.

-Lo siento, madrina, no lo estarían si no te hubiera pedido esto. - dijo Agatha con culpa.

Lucía colocó su mano sobre el hombro de la pelinegra y solo sonrió.

-No es tu culpa, querida, todo esto viene porque no decidí enfrentarlo antes.

Agatha hizo una mueca y luego sonrió al igual que Lucía mientras esta última quitaba su mano lentamente del hombro de su ahijada.

-¿La manchaste con sangre, no? - preguntó la pelinegra.

-Yo la lavaré... - contestó Lucía luego de asentir con su cabeza.

-Muy bien, señoritas, si ya terminaron su conversación... - dijo aquel señor.

-Claro, claro, ¿Qué hay nuevo? - preguntó Agatha.

-Al parecer, la muchacha fue vista en Francia, casi topando con España. - continuó el anciano.

-¡Está cerca! Tengo que ir por ella. - soltó Agatha.

-Espera, espera, no te entusiasmes. Concuerdo en qué hay que ir por ella pero se necesitará precaución. - dijo Lucía mientras sacaba aquella fotografía suya de su bolsillo. -Hay una pista sobre quien me tiene en la mira. - agregó.

Agatha tomó la fotografía y leyó las iniciales en ella.

-¿J.S? - preguntó la pelinegra.

-No conozco a nadie con esas iniciales y no soy buena investigando personas. - dijo Lucía mientras caminaba a la sala de estar para sentarse sobre un sofá grande.

-Sí, es una pena que Diggory ya no esté para ayudarnos con eso... - contestó Agatha siguiendo a su madrina.

-Bueno, yo tengo algo en mente. - dijo el anciano de pie. -¿No les suena James Sawyer? - añadió.

Agatha y Lucía se miraron pero segundos después comenzaron a reír.

-¿Por qué querría el tío James matar a Lucía? - preguntó Agatha entre risas.

-Por favor, él me adora lo suficiente como para hacer eso.

-Además, si él estuviera aquí sin duda nos estaría ayudando en esto... - dijo la pelinegra mientras la sonrisa se borraba lentamente de su rostro.

-Vamos a encontrarla, Agatha, te prometo que lo haremos.

La chica más joven asintió con su cabeza mientras miraba a su madrina.

-Bien, entonces seguiré buscando pistas. - dijo aquel señor para luego retirarse del lugar.

-Yo me iré a vestir, esta noche será importante. - agregó Lucía a la conversación. -¿Pasarás acá la Navidad?

-No, no... mi madre está por llegar y estaré con ella y la tía Erin, pero pasaré más tarde a recoger mi regalo. - contestó Agatha dando una sonrisa mientras decía lo último.

Lucía le dio un pequeño abrazo a la pelinegra.

-Cuidate, niña. - dijo la peliazul.

-Tú también, madrina, lo necesitas más que yo. - contestó Agatha con una sonrisa.

-No le daré la oportunidad a nadie de acercarse lo suficiente, créeme.

-¿Ni aunque esté muy guapo?

Lucía se quedó pensativa y luego contestó.

-Ya veremos, ya veremos. - agregó la peliazul.

Ambas rieron mientras Agatha caminaba hasta la salida, la chica abrió la puerta y luego salió de aquella enorme casa, caminó hasta el portón y una vez afuera sacó un collar de su bolsillo, dentro tenía una foto de ella con una mujer pelirroja a su lado de su misma edad.

-Te voy a encontrar pronto, hermanita. - susurró para sí misma.

Cerró el collar y antes de guardarlo se alcanzó a leer un par de nombres en la tapa del mismo.

"Agatha y Tessa Sawyer."

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