Capitulo LXXIII: Superman
No fue el primero, pues depende de la definición de "superhéroe", podríamos mencionar a The Phantom de Lee Falk, el Zorro de Johnston McCulley, o a Pimpinela Escarlata de Emma Orczy que comparten muchos elementos que podemos ver son comunes en nuestra idea de este género de ficción, como disfraces llamativos o identidades secretas, pero es, sin lugar a dudas, el más popular. Tan popular que parece incluso una respuesta aburrida; decir que es tu personaje favorito es como decir que tu sabor de helado favorito es el vainilla.
Pero en ocasiones, la influencia de algo se mide por lo "estándar" que parece, y para poder imponer tales margenes de lo qué esperamos y no esperamos de este tipo de historias, se necesita tener un impacto meteórico en la cultura popular, y Superman, sin lugar a dudas, está en el panteón de grandes personajes que todos, hombres y mujeres, jóvenes y viejos, de todos los rincones del mundo y hablantes de todas las lenguas conocen aunque sea lo más elemental de él.
En pocas palabras, no será el favorito de nadie, pero su influencia es tal, que seguirá aquí mucho después que todos nosotros.
Creado por Jerry Siegel y Joe Shuster, dos hijos de inmigrantes judíos de Nueva York, Superman utiliza muchos arquetipos básicos dentro de la tradición de la cultura occidental de un "gran héroe", que roza con lo que podríamos considerar religioso. En su esencia más básica, vemos al último hijo de una raza avanzada ser enviado a la Tierra, dotado en ella de poderes más allá de la comprensión humana, y hace de su misión proteger el American way of life.
Dicho así, las comparaciones con otras historias son inevitables. Moisés, liberador del pueblo hebreo en Egipto, fue abandonado en un punto en que la alternativa era la muerte junto a la de los demás primogénitos, ordenada por el Faraón. Hércules es criado durante los primeros años de su vida por padres mortales, inconsciente de su esencia sobrenatural, y si apuntamos más alto, Jesucristo es el hijo de Dios hecho hombre, enviado a la Tierra para redimir y salvar a la humanidad.
Claro, eso no es algo nuevo; han sido innumerables las representaciones de Superman como algo más que sólo un extraterrestre en mallas; ya sea en las paginas de los cómics como en el vídeo de un filme, las comparaciones de el último hijo de Kriptón con una especie de "Dios secular" (por más contradictorio que el término pueda sonar) nunca han faltado. Puede parecer algo blasfemo para individuos con muy enraizadas convicciones religiosas, pero la verdad es que si bien no existe un "templo" o "credo" bajo el nombre del personaje, al igual que una, posee una mitología, un conjunto de creencias sobre la moralidad, y una iconografía identificables para millones alrededor del mundo.
Mas, si vamos a lo más esencial, Superman es una fantasía de poder; ahora, uno podría decir eso de todos los superheroes, y si se interpreta el término de una manera muy libre, de casi cualquier personaje de ficción: es decir, Bella Swan desde cierta perspectiva ejerce un tipo de poder, lo mismo Jay Gatsby.
Pero en el caso de nuestros personajes de mallas, se trata de poder en su expresión más brutal y destilada: como mencioné antes, se trata de individuos con habilidades que los ponen muy por encima del humano común. ¿Quién no soñaría con poder levantar cualquier objeto en el camino, como una expresión simbólica que ningún obstáculo puede interponerse en tu camino? ¿Qué tal volar por los cielos, una de las fantasías humanas más anheladas a lo largo de la existencia de nuestras diversas tradiciones culturales?
Mas lo que pone a Superman en la categoría de "Dios secular", no es sólo lo qué puede hacer, sino la brújula moral que lo guía para hacer el bien.
Por supuesto, el punto de un superhéroe es que está comprometido a la justicia (al menos, aquellos personajes más clásicos: entiendo muy bien que existen anti-héroes y personajes que ejercen un rol más revisionista, pero este no es el punto de estos episodios, si bien entiendo que podrían ser buenos temas para ser tocados en el futuro), pero incluso para tales estándares, es difícil encontrar paralelos al hombre del mañana: Batman, la Mujer Maravilla, Flash, entre otros, a menudo pueden llegar a cometer, voluntaria o involuntariamente actos que pueden ser vistos como moralmente reprensibles o cuestionables.
Superman se encuentra más allá de eso; esperamos que no sólo salve el día, sino que además lo haga sin recurrir a tácticas o prácticas de otros personajes: no debe matar, no debe torturar, inclusive si con podría infligir una cantidad inimaginable de dolor a sus oponentes. Coopera con las autoridades y las fuerzas del orden incluso si bien él podría imponerse por completo.
¿Por qué no lo hace entonces? Porque he ahí su máxima expresión de poder: la capacidad de contenerse, de ir más allá de los mezquinos y los mortales. Hay ciertos ecos a aquella frase del filosofo chino Lao Tzu, que "Aquel que vence a otros es tiene fuerza; el que se vence así mismo, es fuerte".
Y es que por algo se dice que uno a menudo es el peor enemigo; porque el resistir al impulso de la venganza rápida, de ejercer violencia de manera inmediata es una de las pruebas más duras, sobre todo al enfrentarse contra la adversidad, cuando cualquier persona podría tener la cabeza más caliente, deseoso de un desquite veloz e instantáneo.
Superman trasciende eso, en una prueba que el poder bruto es poco si no se posee también poder moral.
No es coincidencia que su origen se encuentre en el haber aterrizado en Kansas, el corazón de los Estados Unidos, y que fuese adoptado por una pareja de granjeros. El idealizar la vida pastoral es una característica presente en muchos mitos e historias. El estar cerca de la labor de la tierra los vuelve más cercanos a esta, y los vuelve los ejemplos de moralidad más aptos que el último inmigrante podría tener.
En el capitulo Caminante No Hay Camino (El Camino del Héroe) , mencioné cómo aparecen en distintas historias el paso nombrado "El Llamado a la Aventura", en la cuál un personaje recibe una invitación, literal o simbólica, a salir de su mundo conocido y adentrarse en uno nuevo y diferente con todos los retos y peligros que éste pueda representar. En el caso de Superman, vemos cómo él eventualmente descubre la verdad de su origen, y la naturaleza de su ser. Recibe la culminación de su proceso educativo, y es instruido en la historia del mundo de sus padres.
¿Mas qué lo hace actuar? ¿Por qué acepta la responsabilidad de ponerse al servicio de la humanidad cuando podría tener una vida de libertad en el anonimato? Claro, podríamos decir que lo hace porque es quién es: se espera que él actué, que proteja al débil y al necesitado. ¿Sufre un gran trauma? ¿Lo fue el hecho de descubrir la verdadera historia de cómo llegó a dónde llegó? Muchas historias plantean los dilemas morales que pudiera tener el hombre de acero, mas la respuesta más sencilla y convincente al mismo tiempo parece ser demasiado simplona y circular: porque es Superman. Sabemos que él hará eso porque... es su personalidad.
No aceptaríamos tal respuesta, al menos no con tal obviedad, si se tratará de otro personaje, con quizá la excepción de aquellos salidos de la religión o mitología. Pero el que haga el bien nos parece tan certero como que el Sol saldrá mañana. ¿O simplemente es la acción lógica derivada de una educación moral firme? ¿O se encuentra integrado dentro de su propia naturaleza?
Es difícil decirlo, dado que como con muchos otros personajes nativos del noveno arte, existen variaciones en el qué y el cómo. Hay argumentos buenos tanto desde el punto de vista de la crianza, como el de la herencia (después de todo, vale la pena recordar que su padre kryptoniano, en muchas historias, advierte a los habitantes de su mundo de la catástrofe que se aproxima, ocupando el lugar de una especie de Noé de las estrellas).
Por supuesto, al exponerse, la psicología de Superman parece un tanto simple, lo que lo ha vuelto un personaje complicado al momento de adaptarse a otros medios en los últimos años. Una perfección en poder y una perfección de moralidad se nos vuelven difíciles de aceptar, pero paradójicamente, el tratar de inyectarle de algún tipo de tribulación interna no ha sido recibida de todo bien, al menos para las audiencias mainstream; después de todo, una critica común a los filmes de Warner Brothers con el personaje es que es demasiado "oscuro", al menos respecto a la imagen popular que la mayoría tienen (de nuevo una acotación: los que siguen los cómics sabrán que de hecho han habido varias historias con tonos distintos y algunos que pueden tener contenido que extrañaría a más de uno que sólo estuviera familiarizado con los elementos "clásicos", pero de nuevo, en general esa fama de "niño explorador gigante" sigue siendo la más plantada en el imaginario popular).
No es difícil ver la razón de las frustraciones de muchos de los encargados de crear historias alrededor de este personaje: seguir la formula demasiado al pie de la letra es mal visto, pero también lo es dar demasiados pasos hacía un tono más sombrío. Hasta cierto punto también lo es el que sea alguien identificable por casi todos pero que entusiasme a pocos. No quiero decir que no tenga fans o seguidores fieles, pero en general, y tal cómo dije en los párrafos iniciales de este episodio, dudo que encabece las listas de personas preferidos al mismo nivel que aquellos de franquicias más recientes y populares en estos momentos.
Mas, no se puede negar que el permanecer ahí, nunca siendo olvidado, sobreviviendo tendencias y modas pasajeras es un gran merito. Vemos a Superman como se ve a Frankenstein o al Rey Arturo. ¿Será olvidado pronto? Lo dudo mucho; su lugar en la cultura pop puede a veces disminuir, e incluso hibernar, pero al igual que los grandes personajes clásicos, lo interesante es la capacidad con la que pueden ser re-interpretados sin perder la esencia de quiénes son.
Incluso, se podría decir que en el fondo no sólo no puede morir, sino que no queremos que lo haga, y hablo más allá de los trucos publicitarios como The Death Of Superman , sino de nuevo, de su lugar dentro del imaginario colectivo: nos gustan los superheroes porque representan fantasías de poder, pero aquí además se representa una fantasía de rectitud. Suena extraño dado que, usualmente al hablar de fantasías, a menudo se tratan temas de llevar a cabo acciones que quizá la sociedad vería como deplorables: agredir, satisfacer el apetito sexual, la venganza. Y aunque jamás condonaría tales actos, entiendo el por qué de su origen.
Pero al mismo tiempo, Superman representa el ideal que al final de cuentas, el bien siempre gana, y es que en un mundo en el cuál muy a menudo oímos de conflictos bélicos, gobernantes corruptos, corporaciones multinacionales aplastando a los individuos pequeños que representan, las máximas expresiones del poder humano usadas para el mal (o cuando menos, para acciones éticamente cuestionables), la idea que el ser más poderoso conocido en el cosmos sea uno que invoque su poderío para el altruismo y no para el beneficio personal no es muy diferente a lo que, quizá algunos llamen la ideas (que esto no denota mis ideas personales respecto a que se traten de algo real o algo imaginario) que un Dios misericordioso o que al morir, las almas, buenas y malas, tendrán su justo merecido.
En pocas palabras: claro que es ñoño, ¿pero querríamos que alguien que es básicamente una deidad sea moralmente ambiguo?
Shalom camaradas.
N/A: Gracias especiales a Axel Giaroldi, por el material de respaldo que me proveyó para la realización de este episodio.
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