Ustedes conocen la historia: tres fantasmas visitan a un hijo de puta avaro, y le enseñan cuán equivocado está en sus ideas y comportamiento. Al final, tiene una epifanía, y cambia, y pasa de ser miserable y cruel a ser generoso con todos.

En lineas muy generales, acabó de describir la trama básica de Un Cuento de Navidad de Charles Dicentes, y realmente pude hacerlo porque me sorprendería en enormidad si alguna o alguno de ustedes no conociera esa historia; estamos hablando aquí después de todo de uno de los textos más famosos de la literatura universal, con cientos, sino es que miles versiones en distintos medios como la televisión, el cine y el teatro. Hemos visto a las aventuras de Scrooge interpretada por actores de carácter hasta por los Muppets.

Como toda obra clásica, estamos ante una que seguimos recurriendo a ella en el grado en que todos conocemos porque en muchas medidas, han pasado los años y muchos de sus temas y mensajes aún encuentran lugar para ser discutidos en el mundo contemporáneo: la importancia de la caridad y el preocuparnos por otros, más aún en una fecha en la que deberían de ser los valores a resaltar más que el comercialismo desenfrenado.

Pero supongo que es una de esas cosas que son tan grandes, obvias y omnipresentes que podemos pasarlas por alto; obviarlas, y procesarlas en nuestra mente sin detenernos a realmente meditar en lo que hemos leído o visto. Por supuesto, eso no es crimen alguno, y todos lo hemos hecho una vez, o muchas. Es fácil dar por sentado, por ejemplo, la salud: un simple acto como el caminar que para otras personas menos afortunadas significaría un deseo hecho realidad. A nuestras familias, las cuáles pueden ser un fastidio ocasional pero dejarían un corazón herido y sangrante si partieran en materias de geografía o mortalidad.

Y es que no culpo a nadie si es que ve a la obra de Dicentes como una excesivamente moralista y casi redundante: no ser un idiota tacaño, no explotar a los demás, parecen lecciones que todo niño debió haber aprendido vía Plaza Sésamo.

Pero quiero pedirles que me acompañen a un recorrido más adentro del contexto histórico de ésta obra.

¿Dónde se desarrolla? Inglaterra en algún punto de mediados del siglo XIX, y tratemos de entender la verdadera situación de esa nación en aquel momento: se trataba de un súper poder imperial con colonias en todos los continentes al grado que se acuñó la frase "En el Imperio el Sol nunca se oculta".

Otras transformaciones incluían además, el desarrollo del capitalismo moderno, la revolución industrial así como la migración de millones de personas alrededor del globo de sus hogares ancestrales a nuevas naciones, casi siempre en áreas urbanas dónde se encontraban las oportunidades de empleo.

Scrooge es un empresario, y ha logrado amasar una fortuna considerable, pero eso no lo protege de todo de afrontar la realidad: la verdad es que, él forma parte de la élite acomodada mientras que la gran mayoría es una con pocos recursos y pocas oportunidades. Claro, se estaba desarrollando lentamente lo que llegaríamos a conocer como la clase media pero a pesar de eso, seguía siendo una vida dura.

No había tal cosa como jornada laboral máxima; trabajabas lo que te pedían, te gustaba o no. No había leyes contra el trabajo infantil. No existía seguridad social, salario mínimo, días de descanso, o cualquier otra protección de de nuevo, hoy por hoy damos por hecho al grado de olvidarnos de ellas y realmente pensar en lo que se tuvo que luchar para obtenerlas.

Tampoco ayudaban algunas ideas del momento. Por ejemplo, Scrooge en algún punto habla de lo favorable que sería que muriera más gente pobre porque con eso "ayudaría a bajar la población". Tan descorazonador como nos pueda parecer hoy en día, no se trataba de todo de una exageración: puede que haya sido inspirado por las ideas del clérigo y economista contemporáneo Thomas Malthus.

Él decía que eventualmente la población llegaría a rebasar nuestra capacidad de producir alimentos lo que llevaría a un caos derivado de la hambruna y de la lucha por la poca comida disponible.

Tal idea puede no de todo estar equivocada en el sentido de que hoy en día afrontamos problemas de desigualdad y recursos y que casi todo país moderno tiene algún tipo de política de salud pública y control de la población ya sea con educación sexual o subsidio de métodos anticonceptivos, entre otros.

Pero muchos llevaron las ideas de Malthus a los extremos, combinándolos con una nada saludable dosis de una pésima interpretación de las teorías de Charles Darwin sobre "la supervivencia del más apto" y llevó al Darwinismo Social, que nos decía que muy similar a la naturaleza, los que se encontraban en la cima de la sociedad fueron más aptos y fuertes y que los pobres eran demasiado débiles y que no valía la pena ayudarles porque su destino era desaparecer para dejar espacio a los demás.

Así pues, Scrooge luce como el clásico darwinista social: él es superior por ser rico, y por eso merece vivir, mientras que los que están debajo de él son menos aptos y en muchas casos, merecen morir. No es cómo si él mismo fuese a llevar a cabo un asesinato, pero era su visión que así es cómo era el orden y no debía ser cambiado. Así que, si bien en el hoy puede parecernos una obra muy pesada en su moralismo poco sutil, fue uno que quizá fue necesario. También coincidió con una época en que poco a poco se cambió el modo en que veíamos a los niños.

Antes, eran esa propiedad que uno las criaba hasta que se hicieran cargo del negocio o de alguna labor; eso no quiere decir que un padre no amaba a sus hijos, pero eso era un agregado, no algo necesario. Podemos ver otros ejemplos de como los infantes pasaban de ser vistos como "cosas" a verdaderos personajes, o como lo que son: personas en potencia que deben ser cuidados e instruidos, desde "La Pequeña Cerillera" de Hans Christian Andersen hasta la obra de Mark Twain como Huckleberry Hound y Tom Sawyer.

Nuestro protagonista cambia, con la ayuda de tres entes sobrenaturales que le señalan su error, y para ello, llevan a Scrooge a un paseo para acercarse tanto a sus experiencias personales como a la miseria de aquellos que ve hacía abajo.

Mas no lo hace en un momento al azar, lo hace en una fiesta como el nacimiento de Jesús, y gran parte de la doctrina central del Cristianismo se basa en el concepto de la redención: que aquel que cometió pecados puede ser salvado.

Es justo lo que ocurre con Scrooge: él es salvado, inclusive se ve que es capaz de evitar un futuro sombrío para él (el Fantasma de las Navidades Por Venir le muestra que al cabo de tan sólo un año él está muerto, mientras que al final del libro se nos dice que después de su reforma, él logró vivir por muchos años más al grado de volverse una segunda figura paterna para el Pequeño Tim).

Y aunque es fácil pensar que leer y apreciar el libro siempre ha sido una tradición navideña, la única verdad es que cuando fue publicado la festividad no estaba ubicada con la mayor de las estimas, al menos en el mundo anglosajón.

Sí, es extraño hoy en día pero durante mucho tiempo en el mundo anglo-parlante la navidad estaba en plena retirada como una festividad menor a punto de ser olvidada: mucho de ello se debe a qué se le veía como "demasiado católica" en tiempos en que seguían existiendo tensiones y resentimientos emergentes desde los tiempos de la Reforma Protestante. De hecho, ¿por qué Scrooge espera que una tienda de aves esté abierta para poder comprar un pavo? Porque era lo usual, claro que la tienda estaría en funciones, dado que en esos tiempos el día no tenía demasiado significado.

De hecho, curiosamente, no fue tanto la fiesta la que influyó el texto sino el texto el qué influyó la fiesta, elevándola de su lugar secundario hacía el centro de atención. De no haber sido por el texto, es posible que la navidad se hubiera vuelto otra tradición olvidada por el tiempo, al menos en los países sajones. Es más, en algunos lugares de EEUU era ILEGAL celebrarla dado que muchos clérigos la veían cómo la fuente de excesos y embriaguez.

En pocas palabras, literalmente, "Un Cuento de Navidad" salvó la Navidad.

¿Y por qué sigue siendo adaptada si ya todos conocemos cómo acaba, y es probable que muchos tengamos definida nuestra versión favorita?

Porque de nuevo, los temas de caridad y compasión siguen resonando. No tenemos a alguien como Malthus o darwinistas sociales presionando para acabar con los más desvalidos (al menos, no explícitamente), pero los problemas como la pobreza, la miseria y la desigualdad siguen persistiendo. ¿Realmente puede ser llamada una obra demasiado moralista cuándo realmente no estamos cerca de aplicar esa moral?

Mas no se trata de avergonzar al lector, porque recordemos, Scrooge es quién necesita de esas epifanías, y como mencioné, él es un hombre acomodado, y es sólo cuándo él decide cambiar cuándo el resto de los cambios se dan: las familia de Tim prospera y él mismo se vuelve más saludable. ¿Puede leerse cómo que en última instancia depende de las élites las acciones para que finalmente todos podamos vivir con algo más de igualdad y prosperidad y que en última instancia ayudar a los pobres si bien representa una perdida en primera instancia al largo plazo es lo mejor para todos, clases altas y bajas por igual?

Siempre he encontrado curioso como muchas personas, devotos cristianos ignoran lo que un gran hombre de Nazareth nos legó: alimenta al hambriento, sana al enfermo y cuida a los más débiles de nosotros. Si bien no me considero seguidor de la teología, es notable que muchas de las ideas de Jesús, el hombre, son magnificas, y quizá si los cristianos intentaran vivir más como su Cristo, pudiera ser que no necesitaríamos morir para llegar al Paraíso.

Feliz Navidad camaradas.