Día 4 [COLOR]
Lo que anhela un niño
El pequeño y enojado Bakugou, miraba con fastidio el interior de su estuche. ¡Su lápiz favorito no estaba! Eso era imperdonable. Su tonta madre había olvidado guardar sus lápices con anterioridad en su mochila, y él, en su infantil razonamiento, creyó que había recogido todo el desastre que dejó en el suelo de su habitación.
Y ahora miraba con molestia a sus tontos compañeros que no eran capaces de adivinar que necesitaba un crayon rojo, para acabar con el tonto dibujo que su profesora les había pedido para la clase. Igual podía hacer uso de su increíble quirk, pero eso lo había metido en muchos problemas con su vieja madre y no deseaba tener más, podía ponerse muy fastidiosa si se lo proponía.
Bakugou se paró del suelo, y levantó su hoja. Caminó alrededor de los tontos compañeros mirando si a alguno se le caía de casualidad el color que quería, pero todos eran unos estúpidos que jugaban con ellos o se los metían hasta el fondo de la nariz. El pequeño Katsuki frunció la nariz con asco, alejándose de ese último grupo. Sus brillantes iris carmesí, recorrieron la sala nuevamente y ¡maldición! ¿Cómo no se le ocurrió antes? El inútil de Deku podría darle su lápiz rojo y sin la necesidad de pedirlo, ¡lo tomaría y ya! Era un debilucho después de todo, no había quien le hiciera frente al temible y poderoso Bakugou Katsuki.
—Deku —gruñó el pequeño rubio, con hoja en mano y la otra alzada para intimar con su Kosei.
Midoriya saltó en su asiento, y giró mecánicamente su verdosa cabeza hacia Bakugou. Katsuki no pudo evitar pensar que los horribles cabellos de Deku se asemejaban a un asqueroso brócoli. Más razones aún para golpear al tonto.
—Tu lápiz rojo —gruñó —, dámelo. Ahora.
—P-Pero K-Kacchan, y-yo no t-tengo ese c-color —tartamudeó con ojos llorosos.
— ¡¿Huh?!
— ¡Ah! ¡Lo siento Kacchan! —Gritó, para luego correr hacia la profesora y lloriquear en sus faldas.
—Tch, niñita.
Mas decepcionado que antes, el pequeño Bakugou se sentó en el suelo admirando con tristeza su dibujo. ¡Jamás lo terminaría! Y de paso se ganaría una reprimenda de su madre por culpa del Deku llorón que no aguantaba nada.
De pronto, unos pequeños pies aparecieron frente a él. Bakugou escondió rápidamente su dibujo tras su espalda, y alzó la cabeza frunciendo el ceño. Un niño poco más alto que él, se agachó a su altura y sin mirarlo a los ojos dejó un crayon rojo a su lado.
—Puedes quedártelo —dijo bajito. Se puso de pie, y regresó a su lugar.
Aquella acción desconcertó a Bakugou, que sin esperar ni un segundo también se puso de pie y lo enfrentó molesto. Pero antes de poder siquiera abrir la boca, sus ojos se desviaron a la hoja que posaba sobre la mesa del extraño niño, y su garganta se secó. Entonces regresó a su sitio, rompió su propio dibujo y pidió otra hoja a su profesora.
Cuando la clase estaba por acabar, Bakugou finalmente pudo acabar su pintura. Se esmeró bastante en que quedara genial y asombroso, pero eso jamás lo diría en voz alta. Ni muerto. Se levantó, caminó hasta la mesa de la mayor, y esperó a que el niño que le había dado el lápiz también entregara el suyo. Sólo entonces Bakugou también dejó el suyo sobre las hojas apiladas, y se fue del salón tomando su mochila y sin darle las gracias al pequeño que miró con dolor y felicidad la pintura de su compañero Katsuki.
°
—Bien, ¿y de qué quería hablarme Sensei? —Preguntó un poco angustiada Mitsuki, madre de Katsuki.
—No es nada malo, pero quería preguntarle algo en específico.
— ¿Qué es?
—De casualidad, señora Bakugou —dijo la maestra sentada detrás su mesa —, ¿Katsuki es amigo íntimo de Shōto?
Mitsuki frunció el ceño confundida. Se acomodó mejor sobre su silla y negó lentamente con la cabeza.
— ¿Shōto? Lo siento, pero no conozco a ningún niño de ese nombre.
— Se apellida Todoroki.
—No, no frecuentamos a ninguna familia con ese nombre. Y Bakugou es bastante orgulloso, no tiene muchos amigos. ¿Por qué? ¿Ocurrió algo?
La maestra se removió en su sitio. —Le seré honesta señora Bakugou, hay un asunto que llama mi atención. Ocurrió el día de ayer y no es alarmante, pero me preocupa un poco.
— ¿Qué hizo el mocoso ahora?
—Oh nada malo, no se preocupe —rió nerviosa —. Sucede que hay un niño, Shōto Todoroki. Ayer les hice hacer un dibujo de lo que más les gustaba y lo que más odiaban. Una especie de test psicológico —aclaró para no angustiar más a la madre.
—Entonces, ¿qué sucedió? ¿Qué tiene que ver Bakugou con ese niño?
—Verá, Shōto se dibujó a sí mismo y rayó reiteradas veces su rostro, sobretodo su lado izquierdo con rojo.
— ¿No dibujó nada más?
—No. Y cuando entregó su hoja, Bakugou estaba a un lado de mi mesa esperando a que Shōto lo hiciera primero.
—Que extraño —murmuró extrañada —, ¿y qué dibujó mi hijo?
—A Shōto.
— ¿Al niño?
—Sí, sólo a Shōto —afirmó la maestra —. Cuando Todoroki vio el dibujo de Bakugou, comenzó a llorar en silencio, creyó que él era lo que más odiaba su hijo, pero no es así.
—No entiendo, ¿por qué lo dibujo a él?
—Porque a Bakugou le gusta Shōto, y odia que se odie a sí mismo. Eso quiere decir que Katsuki dibujó lo que más le gustaba y odiaba, todo en una misma persona.
Mitsuki lo miró asombrada.
—El pequeño, Shōto, ¿lo sabe?
—Sí, hoy se lo expliqué.
— ¿Cómo se lo tomó? Lo siento tanto, mi hijo a veces pueder ser muy cruel.
—Al contrario señora Bakugou, Shōto sonrió por primera vez en meses, y me arrebató el dibujo de la mano enojado.
—Oh, vaya —Mitsuki se largó a reír —. ¿Y cuál es el problema entonces?
—Que hoy su padre lo retiró de la escuela, y no pudo despedirse de Katsuki.
La madre de Bakugou la miró sorprendida y molesta por lo que escuchó. Sin saber que en casa, un pequeño Katsuki lloraba desconsoladamente con rabia, apretando entre sus manos el crayon rojo de Shōto Todoroki.
°
Nota de autor:
Me pregunto cuándo haré algo feliz, eh, pero no digáis que no lo he intentado. Les di un poquito de felicidad... Y luego se las quité, pero ahre, la intención es lo que cuenta.
Gracias a todos por leer, y espero que lo hayan disfrutado.
Y de paso...
DIGANME QUE MIERDA LES PARECIÓ EL MALDITO ONE SHOT. COMENTAR NO LOS MATARÁ, ¿SABEN?
>:v
¡COMENTEN MALPARIDOS!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top