-7-

-Entonces me resbalé con las hojas y me caí. Al levantarme, ya estaba en el suelo.

-¿Sabes? Cuando me dijiste que me ibas a contar la historia de cuando se te cayó un diente me esperaba una pelea, no que te cayeras de la rama de un árbol de tu casa.

-¡Ey! Sigue siendo interesante.

-Tanto como las clases de construcción de Vegetta.

Fargan se llevó exageradamente una mano al pecho mientras dejaba soltar un quejido de ofensa por esas palabras, fingiendo caerse poco a poco de espaldas mientras cerraba los ojos para más dramatismo, poniendo todas sus fuerzas en no sonreír por la risa divertida del de casco.

-Me dueles, Alesby. Yo que creía que disfrutabas de mis anécdotas fantásticas.

-Una de ellas es de cuando te rompiste el tobillo por saltar del tejado de un granero, empiezo a pensar que tu sentido de la lógica aún está en fase de desarrollo.

-Habló el que logró tener una tumba por caer a una cueva tras seguir un conejo.

-Primero, fue una puñetera trampa de Willy- Fargan se enderezó de su pequeña broma justo a tiempo de notar cómo Alexby giraba su cabeza (tapada con su típico casco, para desgracia de Fargan) para verle, al parecer algo enfadado a juzgar por la tensión en sus hombros-. Segundo, era blanco y negro, ¿cuántos conejos has visto así?

-Muchos- sonrió ampliamente ante su respuesta, sus colmillos asomándose divertidamente ante el suspiro cansado del menor, empezando ambos a caminar cuando terminaron de recolectar unas cuantas plantar para sus cultivos-. Por cierto, ¿por qué llevas hoy el casco?

-Hace sol, sirve de puta madre como gafas de sol.

Al principio pensó que era una broma, pero al notar el leve ladeo de cabeza de Alexby, el gesto de cuando hablaba seriamente de algo y esperaba una respuesta ante eso, supo que hablaba seriamente. No pudo evitar soltar una sonora risa por ello, cerrando los ojos por las pequeñas lágrimas de la risa de ese comentario.

-E-espera, ¿enserio?

-Pues claro, esta belleza debe cuidarse.

Ahora fue el turno de Alexby de reírse, no tan fuerte como el híbrido pero sí ligera y jovial. Por suerte para ambos, el pequeño ataque de risa que tuvieron prácticamente a la vez acabó casi enseguida, volviendo a la respiración normal mientras caminaban de regreso a sus hogares. El sol estaba brillando con intensidad encima de sus cuerpos, incluso aunque el cielo empezaba a cubrirse poco a poco con nubes grises que venían del norte. Era una tarde agradable.

-Más de uno desearía tener tu autoestima.

-Paco me decía eso constantemente- Alexby soltó una pequeña risa mientras se agacha un momento a recoger una flor brillante del suelo, viendo a lo lejos una pequeña liebre corriendo velozmente por el bosque-. Diva se nace, no se hace.

-Ahora entiendo las referencias de Luzu de Lely Diva, y los ataques de ansiedad de Vegetta.

-Exagera, para él beberse tres cervezas es caer en coma etílico.

-Cierta personita me contó que varias de tus "noches de fiesta" llegaban a las dos botellas de ron.

-Puto Willy, ya infiltrando información.

-¿Cómo sabías que...?

La pregunta del moreno murió en sus labios cuando sintió algo cayendo suavemente contra su pelo, frunciendo levemente el ceño mientras levantaba la cabeza para mirar el cielo.

Y entonces lo vio, una gota de lluvia cayendo con rapidez y chocando con su frente, seguida de otra y otra más.

Y la lluvia llegó.

-Mierda- Alexby elevó la mirada al cielo al notar las gotas que empezaban a caer, rápidamente agarrando una de las muñecas de Fargan para empezar a arrastrarle a una pequeña montaña a unos cuantos metros a su costado-. Vamos, hay un huequito donde nos podemos tapar y evitar una neumonía.

Fargan tuvo que morderse la lengua para evitar soltar un comentario de la altura de su compañero, dejándose guiar por el menor hacia dicha montaña.

Realmente no había mucho sitio para esconderse, por suerte encontraron un pequeño hundimiento que les permitía cubrirse con un pequeño alféizar de tierra y roca sobre sus cabezas, evitando algunas gotas de la lluvia que, poco a poco, iba volviéndose más fuerte, mojando con gotas más pequeñas los cuerpos de ambos guerreros. El viento era fuerte, mojándolos en todas direcciones.

-Vaya...

-Puta madre, Merlon dijo que haría buen tiempo- Alexby soltó un gruñido de fastidio mientras se cruzaba de brazos para cubrirse el pecho, empezando a temblar levemente por el tacto frío de la lluvia contra su piel desnuda, sus dientes tiritando levemente ante la vista de Fargan, quien estaba más o menos en la misma situación-. Ahora tendremos que esperar a que la puta lluvia se vaya, que hoy quedé con Vegetta para que me ayudara con...

Aún le quedaban muchas palabras de despecho para expresar su obvio enfado, pero algo lo detuvo en seco. De repente, dejó de caerle lluvia por encima, sintiendo algunas gotas sueltas más suaves caer por enfrente, como si algo las bloquease de su cuerpo. Ladeando la cabeza, echó esta hacia atrás para ver qué demonios estaba pasando, viendo unas enormes y suaves plumas marrones cubriendo su cuerpo, como una especie de paraguas.

Su cuerpo dejó de temblar, su cara ahora girándose hacia su costado para ver a Fargan, para ver esa pequeña sonrisa qur siempre llevaba en su cara jovial y divertida mientras, con una de sus alas, extendida hacia el menor, le cubría con cuidado para evitar que la lluvia siguiera cayendo sobre él.

-Espero que esto sirva, no quiero que mi compañero de maldades se quede enfermo y perderme una noche en el parque de atracciones sin su compañía.

-... Sabes que el resto de los chicos estarán ahí, ¿verdad?

-Sí, pero la compañía que quiero es la tuya. Al que quiero a mi lado esa noche es a ti.

Su pequeña sonrisa se amplió con cariño ante sus palabras, sus ojos dorados brillando levemente como un búho que acababa de despertar, fijo completamente en el chico a su lado.

Alexby no dijo nada, simplemente se quedó quieto en el sitio mientras le miraba fijamente a través de su casco, su cuerpo firme pero aún encogido levemente sobre sí mismo por el frío, prácticamente analizándolo con detalle.

Tras unos leves instantes, con solo el sonido de la lluvia de fondo y el olor a hierba mojada inundando el ambiente, Alexby finalmente pareció recobrar la energía, dándose la vuelta tranquilamente mientras miraba al horizonte, algo demasiado interesante escondido entre las copas de los árboles como para no despegar su mirada de esa zona.

Si era consciente de que su cuerpo automáticamente se acercó más al cuerpo del mayor, buscando su calor y calidez sin llegar a tocarse, apenas unos centímetros de distancia entre ellos.

Fargan lo notó, y la tentación de estirar su dedo meñique para rodear este con la del más bajo era muy alta, tan solo un pequeño estirón, unos pocos centímetros, y...

Y no lo hizo, porque precisamente era un momento demasiado perfecto como para estropearlo. Estropearlo con que el menor pensase que estaba con sus bromas casuales o algo parecido, prefiriendo simplemente percibir el aura decidida y valiente del guerrero a su lado.

-Gracias.

Fue apenas un susurro, calmado y pacífico, como una brisa de aire fresco de primavera, pero Fargan lo oyó como si fuera el grito de una ballena azul, alto y claro para permitir que su memoria lo guardara eternamente.

Sus colmillos se asomaron ante la sonrisa tonta que hizo, desviando finalmente la mirada de Alexby para mirar el cielo gris, su otra ala con algo más de esfuerzo tapándose a sí mismo para intentar no acabar aún más empapado.

Solo deseaba estar listo para el gran día, y que esa noche, en mitad de los fuegos artificiales, pueda tener entre sus manos las de Alexby, aprenciando la presencia de su pareja como siempre deseó hacer.

Tal vez ser él mismo sería más fácil de lo esperado.











Estoy pasando por un art block muy grande con esta historia, intentaré que no haya tanta diferencia de publicación entre capítulos jsjsjs
































































Vegetta suspiró frustado enfrente de la puerta de su casa mientras se cruzaba de brazos enfadado, ignorando por completo a los pollos de su pequeña "granja" a favor de mirar nuevamente poe una de sus ventanas.

Hace una hora que quedó con Alexby, y este seguía sin aparecer. Sí, cayó una pequeña tormenta hace nada, y seguramente el de casco blanco se retrasó encontrando un refugio improvisado para cuidar su salud, pero literalmente la lluvia maldita terminó hace 20 minutos.

Veinte, y no llegaba.

-Lo voy a matar...- cerró los ojos frustado mientras suspiraba profundamente, llevándose la mano al puente de la nariz para tranquilizarse. No funcionó, al menos hasta que la puerta principal de su casa se abrió de un golpe, llamando su atención para ver al rey de Roma entrando rápidamente mientras daba un pequeño portazo a sus espaldas, caminando recto hasta casi chocar con el pequeño acuario del de pelo en punta- Hombre, por fin apareces, macho. ¿Sabes la de tiempo que te llevo esperando?

Primero su expresión fue de enfado, pero rápidamente se transformó a una de extrañeza acompañada de confusión al ver que Alex, ignorandole, se dio la vuelta para darle la espalda, quitándose su casco en el proceso. Los ojos morados de Vegetta se abrieron levemente por eso, llamando su atención.

-Vegetta, ha ocurrido algo.

-¿Eh? ¿Qué pasó?

Se extrañó por completo al notar un pequeño temblor por la espalda de Alexby ante esa frase, se extrañó al verle cómo respiraba profundamente y, enseguida, se giró para verle a los ojos.

Pero ante eso, la extrañeza pasó a confusión. Se sintió confuso...

Al ver la cara sonrojada hasta las orejas de Alexby, acompañado de un gesto absoluto que Quackity definiría como "gay panic", ambos labios apretados con fuerza y un ceño en su mirada tímida y feliz.

Vegetta empezó a prestar atención a Alexby, ignorando por completo sus planes de hoy para construir su casa. Al parecer Fargan tenía su propio encanto oculto.

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