|2|
La respiración agitada del joven lobo se mezclaba con el viento helado que agitaba las hojas de los árboles y los arbustos de aquel bosque.
Recargo su espalda contra un árbol sintiendo sus piernas temblar por el cansancio.
El joven de cabello azabache había estado tres días cruzando el imperio asiático para entrar al ruso; sus ojos dibagaron por la ligera oscuridad. Necesitaba un refujio.
Intento avanzar unos cuantos metros, pero su cuerpo no respondía, sus piernas se mantuvieran quietas y sus ojos comenzaron a pesarle al igual que todo su cuerpo, el cual, se desplomo contra la húmeda tierra.
Los pálidos párpados se cerraron descanzando correctamente.
El cuerpo del joven azabache se relajo y se dejo envolver por el cansancio.
××××××××××°××××××××××
Viktor salio de su hogar en dirección a la estación de policías, ya que, esa mañana había resivido una llamada donde le informaban haber encontrado a un joven desmayado en la zona centro del bosque que daba la división territorial con Kazajistán y China.
El paliplata bajo de su camioneta seguido de su primo y unos cuantos betas que se encontraban con ellos.
El pequeño grupo de apenas cinco personas entro a la estación yendo directo a la zona de detención.
Al entrar un dulce y picoso olor inundó las fosas nasales de los recién llegados.
Viktor se sintió abrumado por el olor y sintió como feral luchaba por salir y reclamar al omega en celo.
-Señor-llamó el jefe de la policía trayendo a Viktor de vuelta de su pequeña pelea interna.
-Nombre-solicito.
-Sin registro-contestó el jefe mientras Viktor caminaba hacia el omega de cabello negro que dormía tranquilamente cubierto apenas por una chaqueta de la policía.
Viktor miró fascinado a aquel joven de piel tan pálida casi como la suya, las mejillas, nariz y orejas ligeramente rojas por el frío.
-Vitya, deberiamos avisarles a los tíos-dijo el rubio quedándose callado cuando vio como el peliplata se sacaba su gabardina y envolvía al de cabello azabache en el.
Christophe se dio cuenta que su primo había encontrado a su pareja en ese chico.
Sonrió enternecido cuando lo tomo en brazos contra su pecho y lo cargó para después dirigirse al jefe de la policía.
-A partir de aquí, el chico es mi responsabilidad-informó con voz severa-, quiero que elimines el registro que creaste de este caso, nadie vio nada, nadie sabe nada y lo más importante-los ojos del peliplata cambiaron a unos carmesí-, nadie lo vio a él antes de ahora ¿de acuerdo?-dijo usando La Voz.
-Como ordene, mi señor-dijo el jefe de la policía con una ligera reverencia demostrando respeto al peliplata.
Viktor asintió una vez y volvió a dirigir su mirada azulada al chico en sus brazos.
××××××××××°××××××××××
Yuuri abrió los ojos dejándose envolver por la comodidad y calidad de la cobija sobre él.
Parpadeo un par de veces para acostumbrar sus ojos mientras se alzaba sobre sus brazos sintiendo como la cobija resbalaba por su espalda desnuda.
Los bellos ojos castaños vino pasearon por la habitación intentando reconocer algo, pero solo un olor a madera y tierra húmeda estaba alrededor y extrañamente lo reconocía y se sentía conforme con eso.
Volviendo a acostarse boca abajo abrazo una almohada contra su pecho dejándose envolver por aquél aroma tan fascinante.
Escucho como la puerta de abría con ligereza y como el olor se intensificaba logrando que Yuuri casi ronroneaba por el hermoso aroma.
-Que imagen tan lasvica-dijo el ruso acercándose al joven de pelo negro y paso su mano por la espalda descubierta desde sus hombros hasta el comienzo de su trasero.
Yuuri gimió bajo por el contacto abriendo los ojos para poder ver al propietario de aquella voz, aquella mano y aquél aroma que lo tenia cautivado.
Los ojos castaños vino vieron aquellos azules como el cielo, unas facciones perfectamente marcadas haciendo juego con una piel pálida realmente hermosa.
-Así que esta es la mirada del lobito revoltoso-susurró el ruso alzando su mano y acariciando la mejilla del azabache.
Y fue cuando Yuuri lo reconoció. Era el hijo de los grandes emperadores. Los más grandes alfas que todos los nuevos continentes habían visto.
Viktor Nikiforov.
Yuuri se había tomado la molestia de aprenderse su nombre cuando el apenas y tenia 16 años y Viktor 20.
Yuuri había visto por primera vez a Viktor cuando los grandes emperadores, hicieron un anuncio mundial para informar que su único hijo se haría cargo de San Petersburgo a su corta edad.
Yuuri había quedado fascinado con aquél bello hombre desde que lo vio por una televisión de una pequeña tienda comercial en los bajos barrios* de Japón.
-Viktor Nikiforov-susurró el azabache con su peculiar asentó a los oídos del ruso.
-Japonés-sonrió el mayor real mente complacido por aquel hecho-. Quiero disculparme por mi siguiente comportamiento, pero llevas tres días dormido y tus hormonas han estado flotando por la casa durante todo este tiempo-aclaró el mayor tomando la cara de menor entre sus manos y acercando sus labios a los ajenos para poder besarlos tanto como su lado animal se lo pedía.
El japonés se embriagó con el aroma del mayor logrando que su lado animal saliera a flote y se abrazara al mayor repentinamente.
-Ozornoy rebenok*-rió el mayor besando los labios del azabache dejandose envolver por su dulce textura.
Aki.
××××××××××°××××××××××
Ozornoy rebenok: (simbología/escritura rusa) озорной ребенок; significado: bebé travieso.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top