Capítulo 9: Cadenas
En alguna parte del año dejé de crecer tanto. Para entonces, ya era casi 4 veces la alturas de Tyr. Los demás se mantenían alejados de mí; pero Tyr no parecía cambiar conmigo.
— ¿Pasa algo? — le pregunté.
— ¿Por qué lo preguntas?
— Porque has estado extraño este último tiempo. Algo me dice que es debido a mí.
— No te preocupes. No es nada...
— Fenrir — se acercó Odín — ven conmigo. Tú también, Tyr.
— ¿Qué ocurre?
—Los herreros han hecho cadenas para nosotros y queremos probar su resistencia. ¿Crees que puedas hacerlo? — me pareció muy tonto de su parte preguntar eso ¿Acaso dudaba de mi fuerza? ¿O acaso la falta de su ojo no le dejaba ver bien mi tamaño?
— Claro que sí puedo...
Tyr y yo seguimos a Odín y a otros dioses presentes hasta la isla Lyngvi, ubicada en el lago Ámsvartnir. Todos estaban sosteniendo una enorme cadena.
— Su nombre es "Leding". — dijo el viejo — La fijaremos por allá y veremos si eres capaz de romperla.
— Está bien. Hagámoslo. — dije completamente despreocupado.
Los demás fijaron la cadena; y cuando estuvo lista, me pidieron que me inclinara para colocarla al rededor de mi cuello.
— Bien — dijo Odín — intenta romperla.
Me pareció una prueba bastante ridícula. No hice nada más que estirarme levemente hacia adelante para que esta se rompiera.
Todos los ahí presentes se sorprendieron al ver la facilidad con la que había roto la cadena. La "Costumbre" se rompió como una hebra de hilo.
Días después, el viejo volvió a pedirme que probara la resistencia de otra cadena. Esta se llamaba "Dromi", "Ley".
— ¿Por qué debo ser yo quien prueba las cadenas? — pregunté mientras la colocaban alrededor de mi cuello.
— Porque eres el más grande y fuerte de este lugar — dijo Odín. — ya está.
Nuevamente, estirarme levemente fue suficiente como para que la cadena se rompiera. Empezaba a pensar que no había cadena que pudiera romper. Odín y los demás se veían un tanto preocupados, incluyendo a Tyr.
Un par de semanas después, Odín volvió a llamarme. Esta vez, para probar una cadena hecha por lo enanos.
Sabía que había un truco. Sabía que las cadenas hechas por unos simples herreros no iban a ser suficientes para contenerme. También sabía que los enanos eran los mejores herreros que pudieran existir.
En esa ocasión, no estaba dispuesto a hacerlo, ya no confiaba en sus razones. Pero tampoco quería que me tacharan de cobarde o algo por el estilo. Así que pensé en una garantía que me hiciera confiar en ellos. Un trato.
Volvimos a la isla Lyngvi para probar la dichosa cadena...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top