22. Orígenes
—¿Mis antepasados? —preguntó Vincent confuso acercándose a ellos a paso lento.
—¡Ya sabrás! —dijo Vinicio tocando el hombro de Vincent con su mano derecha.
Violet solo se limitaba a mirar.
—Bueno...yo soy Vinicio Fablet soy originario de Francia pero como esta es tu conciencia puedes entenderme claramente en tu idioma... —comenzó Vinicio—. Soy de Francia pero específicamente de la Provenza, actualmente es una región histórica y cultural de Francia también una antigua provincia en el sureste del país que se extiende desde la orilla izquierda del Ródano inferior al oeste, hasta la frontera con Italia, al este, y limita al sur con el mar Mediterráneo, pero no creo que eso te interese mucho, ¿o sí?
—¡No! —contestó Vincent de inmediato rascándose la cabeza.
—Yo nací en la edad medieval, específicamente en el año 865, y fallecí en 1378...mis padres me contaron que horas antes que naciera llovía muy fuerte pero cuándo nací el sol brilló más que nunca ellos creyeron que era un milagro y así como a ti y a Violet por supuesto a medida que iba creciendo iba obteniendo poderes, mis padres me dijeron que escondiera mi secreto y así lo hice...cuándo tenía trece años fui de caza con tres compañeros más, nosotros nos perdimos, durante ese tiempo un gran y feroz león nos encontró, nos persiguió y al final yo fui el único que quedó vivo, no pude salvarlos, mis poderes no fueron suficientes, yo no fui fuerte, debo admitir que tenía miedo, me sentí muy mal... tiempo después cuándo ya tenía dieciocho años específicamente perseguí a un ave fénix que rondaba mi casa, sentía como si aquél ave me llamaba, cuándo lo atrapé no me di cuenta pero habían pasado casi cinco horas... no lo dejé escapar pero algo raro pasó y el ave fénix atravesó mi pecho, caí dormido pero en mi conciencia estaba el ave fénix mucho más grande que yo, hasta podía hablar con él, me explicó que mi misión en este mundo era proteger a los demás, salvar a las personas de la oscuridad, pero obviamente tenía que aceptar si quería ser o no "El Guerrero Fénix" y al final yo acepté.
—¿Eso quiere decir que viviste más de 100 años? —fue lo que preguntó Vincent una vez que término de escuchar todo lo que Vinicio dijo.
—Sí, de hecho viví 513 años... —contestó Vinicio con normalidad.
—¿Tanto tiempo? —preguntó Vincent incrédulo—. ¿Es en serio?
Vincent miró a Vinicio y luego a Violet, pensaba que todo eso era producto de su imaginación.
—Sí, nosotros los Fénix, vivimos mucho tiempo —contestó Vinicio—. Esto se debe al poder que tiene el fénix de resucitar, además envejecemos lentamente.
—Pero sí supuestamente moriste a los 513 años de edad, ¿por qué te ves cómo alguien de treinta?—inquirió Vincent apartándose un poco—. No hay explicación lógica, esto debe ser una ilusión debido a algo que me debe haber administrado Kren.
Vincent retrocedió y decidió escapar con su súper velocidad pero no funcionó.
—Tranquilo Vincent no es lo que crees, nosotros somos tus antepasados y por ende sabemos todo los que has vivido a lo largo de tu vida —dijo Violet acercándose a él—.
Violet posó su mano derecha sobre la frente de Vincent, esta comenzó a brillar y luego Vincent veía todo lo que había vivido en ese momento.
—No somos malos, no haríamos daño alguno a nuestro sucesor —dijo Violet sonriente.
Vincent al darse cuenta que ella no mentía empezaba a creer de a poco.
—Pero explíquenme, ¿cómo se ven jóvenes? —continuaba interrogando Vincent.
—En tu conciencia nos manifestamos con la apariencia que teníamos en nuestro apogeo, cuándo éramos fuertes— contestó Violet la duda de Vincent—. La razón de que nos veas jóvenes a pesar de que Vinicio y yo logramos vivir durante bastantes años se debe a que nos mostramos con la apariencia que tuvimos cuando poseíamos nuestro máximo potencial.
— ¿Entonces yo obtendré esas habilidades también? —preguntó Vincent.
—Claro, pero si aceptas ser el guerrero Fénix... —comentó Vinicio.
Vincent quedó pensativo por un momento, caminaba dando vueltas alrededor y luego se sentó.
—¿Qué me puedes contar sobre ti Violet? —Vincent la miró y acto seguido se sentó en una especie de roca.
—Yo soy Violet Horan, nací en Canadá, a diferencia de Vinicio o de ti Vincent, no conocí a mis padres, mi madre murió justo al momento en que yo nací... —comenzó Violet.
—¿Y qué pasó con tu padre? —interrumpió Vincent a Violet.
—Él se suicidó cuándo mi madre murió, pues pensó que yo también había muerto y por lo tanto decidió no vivir más —contestó con tono triste Violet—. La mayoría de mi vida viví con una pareja de granjeros y su hija, al enterarse de mis poderes ellos se asustaron mucho, no lo podían creer, tanto así que su hija intentó botarme muchas veces de la casa, cuándo crecí el intentó llevarme a unos científicos, pero no lo consiguió. La gota que derramó el vaso fue cuándo intentó matarme cosa que no logró, pero se volvió loca y obsesionada en mí tanto así que mató a su propio padre, al final quedó en un manicomio, o eso creí, tiempo después regresó acompañada de unos extraños y grandes poderes, la pelea fue muy difícil, estuve a punto de perder pero el fénix me ayudó, atravesó mi pecho, hablé y reflexioné con él hasta que finalmente obtuve grandiosos poderes con los cuáles me permitieron derrotar a mi rival definitivo, yo también acepté el compromiso del guerrero Fénix.
—¿Y cuantos años viviste? —preguntó Vincent.
—Yo viví 527 años, nací en el año 1456 y fallecí en 1983 —respondí al instante en que Vincent terminó de preguntar.
—¡Wow! Increíble —exclamó Vincent— ¡Me encantaría tener una larga como ustedes!
Vincent miró a Vinicio para seguir interrogándolo.
—¿Y tú nunca tuviste un rival definitivo? —mas preguntas surgían en la mente de Vincent.
—¡Claro!, había un ser que controlaba los cuatro elementos: agua, tierra, aire y fuego, se hacía llamar "El emperador", pero aún con el poder prestado del fénix no pude ganarle —confesó Vinicio—. Con la ayuda de un mago pudimos dividir sus poderes y sellarlo, fueron tiempos difíciles.
—¿Y yo cuándo obtendré esos poderes? —preguntó Vincent poniéndose de pie.
—No sabemos, eso depende del Fénix, él sabrá en que momento te llamará y además deberás aceptar o no la responsabilidad que conlleva ser el Fénix Legendario —contestó Violet mientras se ponía en pie al igual que Vinicio—. No cualquiera acepta la responsabilidad, es un peso enorme—Violet lo estaba animando—. Así que no pierdas las esperanzas, no dejes que las palabras de los demás te hieran, tú sabes lo que vales... así que no te derrumbes.
—Exacto no debes rendirte jamás, esa no es una opción, ahora tú eres el encargado de salvar al planeta... —agregó Vinicio también tratando de animar a su sucesor.
—Así que ahora corre Vincent corre... y salva a tu pueblo, salva a los indefensos, después de todo eso es lo que hacemos, por eso somos el Fénix, por eso somos Legendarios... — dijeron al unísono Violet y Vinicio sonriendo al ver como Vincent se veía decidido y totalmente seguro a enfrentar su destino.
Mientras tanto Kren y su ejército preparaban todo para activar las máquinas controladoras.
—¡Vamos, debemos hacer esto pronto! — dijo Kren en voz alta mientras observaba a los demás.
De una gran caja sacó cuatro extraños cilindros tecnológicos con el mismo diseño que el de su bastón.
—¿En dónde colocaremos esto señor Kren? —preguntó un guerrero del caos.
—En los cuatro edificios más altos del país —contestó Kren mirando a los diferentes edificios de Guayaquil.
Lobo y Andróx se acercaron a Kren.
—¿Cómo llevaremos esto a la cima de los edificios? —preguntó Andróx mientras sostenía el cilindro con sus dos manos.
—Usaremos esas naves —Kren señaló las dos partes de la nave en la que había llegado, las cuáles eran las mismas que buscaba hace días atrás en el parque de los enamorados y en los subterráneos de la SDCA.
—Perfecto señor usted es muy inteligente —sonrió Lobo una vez dicho eso.
—Entonces yo también cogeré uno de los... —dijo Lobo pero fue interrumpido al sentir en su cuerpo balas.
—¿Qué está pasando? —indagó Andróx aturdido mirando a su alrededor.
—¡Alto ahí! —se escuchó que alguien dijo de un megáfono.
Todos voltearon para ver quién era.
—Solo son ustedes... —mencionó Kren dándole cero importancia a la SDCA.
El comandante Ryan había llegado en una nave de tamaño mediano junto con algunos agentes. Del avión bajaron Atlanta y Cyrock.
—Tranquilo señor nosotros nos encargaremos de detenerlos —dijo Atlanta cargando su lanza para disparar su rayos eléctricos.
—No sé crean mucho humanos débiles...la única amenaza que tenía en esta tierra la espantaron y echaron ustedes mismos, ahora nadie podrá detenerme —gritó muy fuerte Kren.
— ¿Eso crees? —preguntó Cyrock con seriedad mientras que de la palma de su mano se abría un agujero el cuál era un cañón que lanzaba una energía de color rojizo.
Atlanta al igual que Cyrock se miraron y a la vez ambos asintieron para luego regresar a mirar a sus enemigos. En menos de cinco segundos Atlanta lanzó una fuerte descarga eléctrica de su tridente y Cyrock lanzó su gran energía roja de su cañón.
Unos segundos después el lugar en dónde estaban Kren y sus secuaces estaba lleno de humo por los alrededores pero un fuerte viento hizo desaparecer todo el humo en un santiamén, era Kren quién comenzaba a elevarse en el aire.
—Lobo, Andróx ustedes encárguense de esos estorbos...que yo pondré personalmente los cilindros en cada edificio —indicó Kren antes de marcharse llevando entre sus manos la caja.
—Está bien señor, nosotros cumpliremos con nuestra misión —dijo Lobo mientras corría hacía Cyrock y Atlanta.
—¿Qué le pasa a Lobo? —preguntó Atlanta al observar el extraño comportamiento del peludo villano—. Es muy difícil que alguien pueda mandarlo así, él no se dejaría dominar por alguien más tan fácilmente...algo raro está pasando.
Atlanta estaba sacando conclusiones, sabía que había algo raro y si descubría que era quizás podía detener a los villanos pero se planteó una pregunta importante.
¿Cómo descubrir que era lo que estaba pasando?
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