11. Retirada
—No, estás equivocada hermosura —-respondió Vincent apartándose un poco de Calavera Mortal.— ¿Por qué me uniría a este sujeto?
—Opino lo mismo —agregó Calavera mientras estaba de brazos cruzados.
—¡Eso ya no importa! —dijo Atlanta mientras corría hacía ellos muy decidida a derrotarlos.
Vincent con su súper velocidad se posicionó en frente de ella.
—Hermosura yo no me he unido a Carlos o Calavera o lo que sea, pero sabes una cosa... —dijo Vincent susurrándole mientras trataba de sostenerle la cintura con delicadeza— Solo por ti me uniría a la SDCA.
El rostro de Atlanta se ruborizó rápidamente.
—¿Enserio? —cuestionó Atlanta, ella no dejaba de mirar a Vincent a los ojos— Eso es muy lindo.
—No nena, estaba bromeando —contestó Vincent antes de alejarse de ella con gran velocidad.
—¡Maldito! —exclamó muy enojada Atlanta.
—¿Y Calavera? —preguntó ella—¡Malditos! —repuso Atlanta pero esta vez refiriéndose a los dos.
—Esta vez sí me matará el comandante... —dijo Atlanta para sí misma deprimiendo su labio inferior.
Todos los guerreros del caos se estaban retirando de las instalaciones de la SDCA.
—¿Qué pasa? —preguntó el comandante mirando por los monitores como se reiteraban.—¿Por qué se están retirando?
—¿Por qué nos retiramos señor? —le preguntó uno de sus secuaces a Calavera mientras salían de las instalaciones de la SDCA con rapidez.
—Porque así era como lo tenía planeado —contestó Calavera mientras sonreía a pesar de que su máscara no permitía que los demás lo vieran sonreír. Esa era una de las tantas razones porque él usaba máscara, también porque no quería que sus enemigos vieran su rostro para pasar desapercibido ante el público al estar sin ella.
—¿Pero, y la venganza señor? —indagó nuevamente su secuaz.
—Todo a su tiempo, pronto comenzará la verdadera venganza...
Después de que los guerreros del caos se marcharon los médicos de la Sociedad Defensora Contra Amenazas asistían a los heridos, los demás agentes reparaban los daños con ayuda de robots especializados que estaban específicamente diseñados para dicho tema.
—¡Lo siento señor! —se disculpaba Atlanta cabizbaja.
—No te preocupes, lo importante es que las bajas son mínimas, ahora debemos preocuparnos por recuperarnos de esta batalla... ya después trataremos de atrapar al objetivo V143 que es lo que nos importa en este momento aparte de lo otro... —habló el comandante mientras cargaba una botella de agua en su mano, tomó un pequeño descanso para tomar de la botella— Y más después veremos qué hacer con Carlos o como se hace llamar ahora Calavera.
El Dr. Barker ya un poco recuperado y con sus heridas tratadas estaba reparando los daños de Cyrock.
—¿Dónde está la agente Estrada? —interrogó el comandante Ryan mientras observaba a todos. Estaba tan preocupado por ella que se decidió salir del cuarto en dónde se encontraba solo para ir a buscarla.
—¡Aquí estoy comandante! —indicó la agente Estrada mientras acababa de llegar.
—Agente Estrada que bueno que llegó... —musitó el comandante al verla. En el fondo él se mostraba preocupado porque no la había visto en el tiempo que fueron atacados.
"Creían que me iban a atrapar", era lo que pensaba Vincent mientras estaba sentado en la silla de un pequeño parque de la ciudad.
Él se remangó la manga derecha de su buzo para verificar por sí mismo que le habían sacado sangre.
—¿Para qué me habrán sacado sangre? —preguntó en voz baja.
Él se encontraba solo observando como las demás personas se divertían en el parque. Mientras veía a muchas familias pasarla amenamente él recordaba los buenos momentos de su niñez.
Mientras tanto Atlanta estaba sentada sobre un balcón con vista al mar. Ella estaba pensado en todo lo que había vivido los últimos días que se encontró con Vincent cara a cara por primera vez para capturarlo hasta que Vincent le mintió y se fue sin decirle nada.
—¡Hey! —exclamó Cyrock para llamar su atención— ¿Qué haces? —preguntó Cyrock que acababa de llegar al balcón.
Atlanta se asustó tanto que casi se cae pero Cyrock detuvo su caída al sostenerle el brazo izquierdo y su cintura.
—¿Qué te pasó? —preguntó Cyrock entre risas.
—¡Nada! —contestó Atlanta desanimada.
—¿Qué tienes? ¿Por qué esa cara larga? —le preguntó Cyrock esta vez con seriedad al ver el estado de ánimo de su compañera —Lamento si te interrumpí y también sí casi te caes por mi culpa—. Se disculpó Cyrock e inmediatamente decidió irse.
—No Cyrock espera, disculpa mi actitud es que hoy no he tenido un buen día —Atlanta también se disculpó.
—Para nadie de la SDCA fue un buen día —musitó Cyrock.
Vincent decidió irse del parque para no seguir recordando más cosas de su pasado.
Mientras caminaba le llamó mucho la atención un ave pequeña que volaba muy bajo pero sobre todo lo que de verdad llamó la atención de Vincent era que aquél animal volador era de color dorado, toda su piel era de un color dorado intenso que podía iluminar hasta la noche más oscura, pero nadie más lo podía ver a excepción de él.
El pajarito volteó a ver a Vincent, le hacía gestos con sus alas y con su cabeza como para que lo siguiera.
Vincent así lo hizo, lo persiguió.
Mientras lo perseguía aquel pajarito aumentaba su velocidad y de igual forma Vincent lo hacía también pero el no pudo seguirle el paso ya que cada vez el ave se perdía más y más por los edificios hasta que Vincent llegó a un gran puente pero misteriosamente aquél ave había desaparecido.
—Qué extraño... —dijo para sí mismo Vincent.
Él se rascó su cabello tratando de asimilar lo que había pasado en ese momento con el pequeño pajarito.
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