Capítulo 7 *¿Boda O Guerra? Prt 1*

Ajenos a todo las hadas disfrutaban de su reunión, las mujeres bailaban alrededor de las fogatas al ritmo de los tambores que los hombres tocaban.

Varios volaban, otros reían, platicaban entre ellos u observaban como los más pequeños disfrutaban de las historias y enseñanzas del hombre peli-lila.

Ikki estaba sólo, pero no alejado de ellos, disfrutaba aquella reunión. Su mirada se desviaba hacia shaka, y éste igual, con ninguna expresión en su rostro, al igual desviaba su mirada en shiryu, que siempre que cruzaban miradas le sonreía.

Al mismo tiempo, los soldados de la reina invadian el páramo, en busca de las flores Tumblums. Eran varios soldados, con antorchas y armas, siendo guiados por el joven que había encontrado el campo de las flores.

Mientras más iban acercándose más fuertes eran los tambores y las danzas en la cueva de las hadas.

—— cierren los ojos. —— la voz suave y melodiosa de Mu llamó la atención de ikki. El peli-lila enseñaba a los más pequeños el florecimiento de una rama seca que tenía en su palma. Les enseñaba como hacerlo brotar.

Los pequeños y grandes sonreían impresionados a la magia del hada. El como de la rama brotaban pequeñas hojas y flores blancas.

—— aquí es donde las encontré. —— los soldados ya habían llegado al campo, con isaac satisfecho. —— pero... ¿Y si vuelve el hombre alado?

—— no te preocupes por eso. —— isaac veía maravillado las gran cantidad de flore, ahora dirigiéndose al rubio, Sigfried. —— estaremos listos. Tomen las Tumblums.

—— ¡A trabajar!

Ante la orden todos los soldados se separaron, dirigiéndose a las flores.

Los tambores sonaron mucho más fuertes y melodiosas. Al ritmo y mismo tiempo que aquellas palabras.

Un pequeño niño, pelinaranja, se había acercado entusiasmado a ikki. Éste estiró la mano al ver que el pequeño le ofrecía una rama marchita, que al ikki tocarlo cobraba vida y el color de las hojas.

Le sonrió al pequeño al verlo alejarse, cruzando inevitablemente mirada con Mu.

—— ¡estén alertas! ¡Armas a la mano!

Los tambores iban al igual que el caminar de los soldados en el campo, ikki sonreía al ver como la pequeña rama brotaba en sus dedos.

Los soldados se iban dispersando y los saltos, risas y baile de las hadas iban aumentando.

Las Tumblums se ajitaban por el viento y el caminar de los hombres. Hasta que la primera flor fue cortada.

Ikki jadeo al mismo tiempo, sintiendo como todas las flores eran arrebatada de las tumbas de sus compañeros, sin siquiera darse cuenta, había matado la pequeña rama, dejándola caer al suelo, marchita y casi echa polvo.

Mientras más sentía como las flores eran arrancadas más era su furia, se levantó de su lugar en comino al vacío.

—— ¡ikki! —— shiryu había visto su gran cambio de actitud, no dudó en ir con él, pero ikki corrió arrojandose al gran vacío oscuro. Tomando vuelo en dirección al páramo.

Shiryu vio confundido y angustiado, qué por instinto volteo en dirección al rubio.

Ikki trataba de calmarse mientras volaba, aún así, se apresuró en su vuelo para llegar más rápido al santuario. Sin notar la presencia de alguien más a su espalda.

Su rostro fue invadido por la tristeza al ver el campo vacío, sin ninguna flor que lo iluminase.

—— aquí enterramos a nuestros muertos. —— habló al sentir al hombre posar se junto a él. —— lo destruyeron todo.

—— eso es lo que los humanos hacen. Son como langostas qué infestan la tierra. —— dijo después de varios segundos de silencio, él estaba lleno de rabia al ver el campo. —— los detendremos.

Al menos aquel suceso le haría ver a ikki que los humanos eran de lo peor, y lo mejor es acabar con ellos. —— pasate años cuidando de un humano... Ahora es tiempo de que cuides de los tuyos.

Sin siquiera estar atentos a su alrededor, isaac y sus soldados se camuflaban con las sombras de los árboles.

El revoloteo de los pájaros les había advertido a ambos, pero era tarde, los soldados habían disparado con balas de hierro.

Ikki solo abrió los ojos sorprendido y angustiado, alguien se había atravesado para que no saliera herido.

Shiryu había llegado y abrazó a ikki protegiendolo con su cuerpo y alas. Ikki jadeo asustado, al ver la expresión de dolor del azabache al recibir todas, y digo TODAS, las balas de hierro.

Sin poder evitarlo shiryu había jalado el cuerpo de ikki, cayendo ambos al duro suelo.

—— ¡segundo ataque!

Los soldados se preparaban e ikki jadeaba sosteniendo el cuerpo de shiryu. Con su poder creó una barrera con las raíces de los árboles, para protegerlos a ambos.

Los soldados no dejaban de disparar y la ira de ikki crecía. Shaka ahora salió con más ira al ver que habían dañado a su amigo.

Esta vez no dio tregua a ninguno, los soldados gritaban y trataban de huir de la ira de ambos, pues aunque estuviese encerrado protegiendo a shiryu, con su magia lastimaba sin piedad alguno a los hombres.

Los ojos de ikki se iluminaban mientras más escuchaba aquellos llantos lleno de angustia.

Ahora ambos hombres volaban de vuelta a la cueva. El peli azul veía con preocupación al azabache, shaka lo llevaba cargado, estando lleno de rabia. No solo arrebataron las Tumblums, sino que también se estaban llevando la vida de su amigo.

Y la reina veía satisfecha, en la oscura noche, a todos los soldados con las dichosas flores.

La guerra esta por comenzar.










Shun veía su traje de novio que le había dado la reina, pero también veía el que le habían hecho las hadas. El día de su boda había llegado, y la verdad no se sentía feliz.

—— no se separen ¡vamos a salir del páramo!

Como el día había llegado, las criaturas retomaban su camino al castillo del reino de Asgard. Estusiasmados era poco para ellos. Era tanta su felicidad al poder, al fin, salir al exterior.

Duendecillos, hadas, caballeros, varias criaturas felices.

Cruzaban el rio, y varios caballeros ayudaban a llevar a las criaturas más pequeñas.

Shun veía desde su balcón las pequeñas siluetas de su reino, sonrió al verlos.

Las personas del reino viroteaban felices al ver las maravillosas criaturas. Las hadas volaban felices, viendo a cada persona, niño y ansiano.

Eran los únicos que entraban a los jardines del gran palacio, los soldados evitaba el paso a las demás personas, solo dejaban a las hadas cruzar.

Seiya pasaba en medio de varias hadas volando a su alrededor, su caminata se interrumpio cuando dos soldados lo detuvieron bruscamente.

—— el novio me invitó.

—— nos pidieron que... Amm... Las otras criaturas pasen primero. —— nos soldados sacaron a seiya de la fila, dejándolo con el resto de personas.

—— ¡pero no soy humano! —— gritó tratando de zafarse del agarre. —— soy un cuervo.

—— ¿un qué?

—— ¡un cuervo! ¡Un noble pajaro!

Lastima. Lo habían dejado en medio de la gran estampida de gente furiosa por querer entrar al castillo.

—— Mmm! El arroz esta delicioso.

—— ¡ichi! Se supone que debes lanzarse lo a los novios.

—— ¿qué? ¿Y desperdiciar el arroz?

Seiya vio a su alrededor, el como los soldados impedía el paso a los demás, inclusive a los de la realeza. Algo andaba mal y él iba a averiguar antes de que se desate un caos.

La puerta de shun fue tocada. Rápidamente abrió unos centímetros al ver que era hyoga.

—— sé que es de mala suerte, pero estoy de urgente. —— habló divertido  al ver la sonrisa de su novio. —— un regalo.

—— una tumblums. —— la sonrisa de shun se borró al recibir la flor. —— ¿de dónde la sacaste?

—— me la dio mi madre. —— ésa frase fue lo que lo dejó más confundido. —— nuestra boda es hoy.

Se sonrieron y el príncipe se retiró. Shun vio de nuevo la flor. No era tonto, él conocía la importancia de aquellas flores, ikki la había contado.

Me la dio mi madre...

Esa frase ronda a su cabeza, sospechaba de la reina.

Salió de la habitación en busca de la reina. Había llegado al gran closet qué ésta tenía. Veía los maniquís con grandes y extravagantes vestidos, uno le llamó la atención. Tenía la cabeza de lado, y como hombre curioso que es, se atrevió a regresarlo a su lugar, recibiendo en respuesta la puerta secreta de la habitación.

Se asustó al ver la pared abrirse, por instinto vio su dedo índice, le empezaba a picar y a vibrar, como que pidiéndole algo para aliviarlo.

Un pinchazo...











En la cueva shiryu fue recostado debajo de un gran árbol, a los pies del gran Fénix.

Todas las hadas se encontraban allí. Los más ansianos se acercaron a él, jadeaba de dolor, su destino ya estaba predicho, aun así querían retener un poco más su vida y aliviarlo. Antes de mandar dejarlo partir junto al Fénix.

Shiryu, que tu espíritu siga vivo en la tierra.

Todos repetían aquel cántico, la magia de los mayores rodeaba su cuerpo. Su mirada se fue en ikki, que lloraba en silencio. Se culpaba por el destino del chico, lo había estimado al poco tiempo de conocerse.

Shiryu le llamó con la mirada, e ikki no dudo y tomó su mano con cariño, dándole un leve apretón.

El peli azul vio a shaka, el rubio tenía los ojos rojos y retenía el gran grito de su llanto.

Shun bajaba escaleras y cruzaba pasillos, hipnotizado, como si ya supiera el camino correcto.

Mientras que fuera del palacio, seiya escala a la gran pared para poder cruzar.

—— Agh... Cuando vea a esos dos los mataré por abandonarme. —— el pobre jadeaba sosteniendose leve el abdomen, algo plano. —— abandonarnos más bien.

Las trompetas fueron tocadas, anunciando que faltaba poco para el inicio de la boda real.

Caballeros y criaturas entraron al salón donde se daría la boda. Revoloteaban felices, sentándose todos juntos.

—— ¿dónde nos sentamos, nachi?

—— ¡a la izquierda! Venimos con el novio.

—— tienes razón. —— respondió jabu y todas las criaturas se sentaron en los hacientos izquierdos. —— pero el otro novio también es lindo.

—— si, lo es. —— contesto ichi indeciso. —— vengo por ambos.

Dohko seguía en la realización del polvillo, sin percatarse de la presencia del peli verde. Shun seguía inmerso en su búsqueda, sin percatarse de su alrededor.

Los pequeñines; Koga y Edén. Al ver a su rey trataban la manera de desviarlo del camino.

El castaño se dio cuenta de su presencia. —— ¿Quién eres? No dejan entrar a nadie excepto a mí.

Caminó con dificultad, su caminar se detuvo al ver la dirección que tomaba el peli verde.

Shun estaba frente a la rueca nuevamente. Y tal como en el pasado, estiró su dedo para pincharlo.

Al momento de rozar la punta las imágenes vinieron a su mente. Jadeo sorprendido. Había visto como la reina había pinchado el brazo del rey camus en la cena. Esa fue la causa de su inconsciencia.

—— ikki... él no lo hizo.

Llevo sus manos a sus labios, angustiado por haber culpado a ikki del hechizo. Retrocedió y los pequeños Koga y Edén se angustiaron al ver su semblante.

—— Largo. O llamaré a los guardias.

El grito de Dohko había abierto sus ojos, lo observó bien y su vista fue a los frascos en el gran mueble del lugar.

—— las hadas desaparecidas... —— las mencionadas golpeaban y gritaban sobre el cristal al ver a su rey. —— ¿qué es lo que hiciste?

Amenazó con la mirada al castaño, como dohko no podía caminar muy bien se tropezó al retroceder. Botando  su capa de la espalda.

—— eres un hada...

Hablo shun al verlo bien, era como ikki cuando lo conoció...

—— ¿Quién te crees diciéndome así? —— dijo cubriendo su espalda nuevamente. —— soy Dohko el noble caballero, y sirvo a la reina.

—— te quitó tus alas...

Se parecía a ikki, por que al igual, sus alas le habían sido arrebatadas, arrancadas.

Dohko trató de verse la espalda, su tristeza se asomó a su rostro. Era cierto...

—— debemos devolverlas. —— shun refiriéndose a las hadas. —— pertenecen al santuario...

—— al igual que tú, shun.

La reina había llegado al taller del castaño, sorprendiendo al joven rey. —— un humano que le dio la espalda a los suyos...

Dohko salió, no quería ser participe de esa discusión, y aparte de llorar la perdida de su alas.

—— usted hechizó al rey.

—— oh, querido. Talvez seas rey, pero eres joven e ingenuo. —— se burló la reina sin perder su elegancia. —— regir al reino humano es más complicado, que correr por el bosque descalzo y con flores en tus rizos. ——  la reina se acercó un poco más, empezando su historia. —— el páramo colindaba con mi reino... Hubo un crudo invierno y helado, las cozechas murieron. Nuestro pueblo empezó a sufrir. —— a medida de sus palabras, su semblante se volvía mucho más frío. —— en cambio del otro lado del muro... Las hadas se veían tan prosperas.

Mi hermana y yo queríamos tomar lo necesario, mientras que mi padre, el rey, decidió solicitarlo. Eligió la paz en vez de su reino y envió a mi hermana a hacer lo que pedía... No volvió jamas. *

Gruñó y escupió cada una de sus palabras. —— esas estúpidas criaturas la habían tomado y un hada se la llevó. Ella no volvió jamas. —— dijo con mucho más furia y desprecio. —— mi padre trató de buscarla pero al final lo derrocaron y yo fui desterrada. El destino me vio forzada a desposar al Rey Camus de Asgard. —— esta vez el desagrado se formó en su rostro y voy al mensionar al rey. —— un rey que no solo no tenía agallas, sino que también tenía un romance con un asquerosa hada... Y ahora mi propio hijo. Corrompido por visiones de armonía... Pero la paz no nos llevará al despojo.

Shun desvío la mirada al ver a dos soldados entrar al taller. Los pequeños y las hadas vieron angustiado a su rey.

—— ¡encierrenlo ahora mismo! —— ordenó la reina viendo triunfante a shun. —— la guerra casi comienza.

Shun fue encerrado brutalmente an su habitación. Tenía que salir y contarle todo a Hyoga.

No tenían tiempo.

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