Capítulo 6 *Descendiente Del Fénix*

Shun había llegado nuevamente al castillo de hyoga. Se adentró en esta, sin darse cuenta de la pequeña criatura pelirroja que lo acompañó.

Koga corría y se escondía en el salón del trono. La mesa, los cubiertos y la comida seguían ahí. No habían limpiado aún.

Del suelo encontró una pluma del ala de ikki, por instinto observó la ventana que éste había roto con su fuerza.

Siguió corriendo por los pasillos, hasta toparse con una puerta abierta. Era la habitación donde el rey dormía. Lo observó a detalle. Ese cabello le resultaba familiar... Esas facciones...

Se sorprendió al darse cuenta. Habían unas criaturas que llegaban a ser inmortales; él era una de esas.

Él recordaba muy bien el día; cuando un hada oscura, al igual como hicieron las hadas al entregarlo con shun, como forma de buena suerte al matrimonio, éste hizo lo mismo con aquel hombre... Un obsequio de buena suerte para su futuro matrimonio...

Uno que no pudo ser...

Quería saludarlo, la verdad, pero su corazón se aceleró al ser asustado por un gato, el mismo que había molestado a seiya en la cena.

El pobre tuvo que correr para salvarse, sin ver bien su camino, por miedo a que el gato llegara a comérselo, calló por un pequeño ducto de agua. Se resbalaba e intentaba sostenerse de cualquier cosa.

Hasta que cayó por enzima de unas velas, había caído en el estudio de la criatura que ayudaba a la reina, Dohko.

—— hola... —— sonrió burlesco al ver a la miniatura, aquel golpe había despertado al pequeño honguito peliceleste. Dohko tomó con unas pinzas a la miniatura Koga, y al igual que el otro, lo metió a una botella de cristal. —— bienvenido a tu nuevo hogar, pequeño.

Koga observó al pequeño edén, que estaba deprimido al estar también encerrado.

Del otro lado del castillo, shun había entrado a su habitación asignada.

——nos preocupamos por ti, querido.

Antes de siquiera llorar, de nuevo, la reina se encontraba en su habitación, con corona y un fino vestido. Él solo la miro como a un niño regañado. Suspiro tratando de no quebrarse frente a ella. ——ayyy... majestad... No lo pude encontrar.

—— mi corazón sufre por ti... —— le habló con pesar la reina. Levantándose de la silla de madera,—— ha envuelto tu felicidad, en una nube de sombras... Sé que se ponía a esta boda. No confío nunca en tus instintos como rey. —— aquellas palabras solo causaban una gran punzada en el corazón del chico. —— cuando lo vi en la cena, con su compañero, sumiso y acobardado... Bueno, no me sorprende el que nos haya atacado.

Shun solo agachó la cabeza, sintiéndose culpable por haberlo llevado a la fuerza. —— no sé que hacer...

—— Encerio lo amas ¿o no? —— preguntó la platinada —— a mi hijo.

Shun sonrió tímido a la pregunta. —— como nadie...

—— es ése amor el que te sanará. Nos sanará a todos... —— lo abrazó, lo hizo como a una madre abrazaría a un hijo asustado, buscando su protección. —— seguiremos adelante... Como una familia.

Shun correspondió el abrazo, en cambio, la reina sonreía por su victoria, el primer paso a su plan ya se había dado.







Las trompetas fueron tocadas, sonando en todo el reino, Sigfried estaba en lo más alto de la torre del castillo, frente a unos grandes megáfono de madera. Dando el anuncio esperado por muchos.

—— A todos los habitantes del páramo...

En el lugar mensionado, las criaturas, hadas y caballeros se sorprendieron al escuchar su nombre. —— ¿Qué es ése ruido...?

——... Y a todos los reinos vecinos, el rey y la reina los invitan a asistir a la boda de su hijo hyoga y shun, dentro de tres días. Todos son bienvenidos. —— las pequeñas hadas y criaturas sonrieron ante la invitación. —— y a todos se les espera.

—— ¿oyeron eso? ¡Nos invitan al castillo! —— gritó emocionada jabu a sus dos amigos.

—— sabía que shun no nos abandonaría. —— respondió entusiasmado el pelinegro, Nachi. —— era seguro que me invitarían, que suerte que también a ustedes.

Las hadas y criaturas compartían su entusiasmo al asistir al castillo, todos estaban emocionados. Pero habían unos que no compartían lo mismo.

Los gemelos se observaron, para después regresar la mirada por donde la voz había provenido, no estaban muy seguros... Pero aquella invitación directamente para ellos, era sumamente sospechoso.

Shun también había escuchado la invitación, observaba por la ventana el hermoso ocaso. Hasta que la mano de su prometido tocó su hombro.

—— shun, no pienses en la boda si no quieres.

—— la reina tiene razón, se lo debemos a todo el mundo. —— respondió sin siquiera apartar su vista de la ventana. —— en especial al rey.

—— ¿Qué pasa con ikki? —— preguntó cauteloso, él quería que ikki también estuviera presente en su boda, lo respetaba mucho aún.

——... Se a ido...














Ikki y shiryu había llegado a lo más profundo de la cueva. Ambos aterrizaron frente a una gran ave naranja, congelada de varios metros. Sus huesos eran demasiado visibles y su aura era en forma de una gran llamarada que lo rodeaba.

—— el ave Fénix. —— señaló el azabache con respeto al ave. —— Se dice que las hadas oscuras nacieron con ella. Evolucionando al paso de los años. —— observó al peli azul. —— eres el último de sus descendientes. En tus venas corre su sangre... Tú eres él. —— le señaló nuevamente con calma.

Ikki observaba a la majestuosa ave, mientras que shiryu seguía contando sus hechos. —— tus manos contienen el poder de la vida y la muerte, destrucción y renacimiento. Pero el mayor poder de la naturaleza, es el poder de la total transformación. —— el hechicero escuchaba todo, pero su atención también estaba en una niña peliceleste parada frente al gran Fénix. —— Tú te transformaste cuando criaste a shun. Cuando encontraste amor, justo en medio, de tu pena... —— ikki escuchaba mientras observó como aquella niña se alejaba volando. —— te pido que tomes toda tu furia, del dolor que albergas... Y no los uses... Ayúdanos a forjar la paz con los humanos, porque la paz podría ser la transformación final... De nuestra especie.

El pelinegro sonrió señalando el lugar, tenía fe en ikki. La llegada de shaka y milo ganaron la atención de ikki, estaban a varios metros de ellos, aún así shiryu no dejo de hablar. —— el santuario es el único lugar que nos queda. Y tú nombraste a un humano su rey. Un hijo al que amaste.

Ikki seguía sin expresar nada, le había dolido el rechazo que shun le hizo en el castillo. —— no tengo un hijo... Él eligió su bando.

Shiryu solo asintió cuando ikki le dio la espalda, alzó vuelo y fue donde estaban sus dos compañeros.

—— hay noticias... Habrá una boda en el castillo en tres días... —— relató el rubio, el pecho de ikki se oprimio al escuchar aquello. —— los humanos vendrán de cada rincon...

—— shaka, no... —— trataba de interferir el peli morado al plan de su amigo.

—— es el momento de atacar... —— siguió hablando ignorando las súplicas de su amigo. ——... De matar al rey y la reina de Asgard...

—— ¡no permitiré que le toques un solo cabello! —— trato de golpear milo a su compañero rubio, éste solo atinó a desviar el golpe y ya harto de su actitud.

—— ¡es suficiente, milo!... Eres un estúpido si piensas que el idiota sigue amándote... ¡Despierta ya! ¡Camus eligió su bando; los suyos, los humanos! ——  shaka trataba la manera de convencer a su compañero, shiryu no podía tomar una decisión. —— ¡ya basta! Acabaremos con los reyes y su joven hijo. —— milo solo tomó vuelo, alejándose a una gran velocidad del lugar, ésto no le importo al rubio. —— su reino caera... De nuevo surgirán las hadas.















En el castillo, shun estaba demasiado sonriente, enseñandole a la reina el traje que usaría para la boda.

—— las hadas lo hicieron.

Mostró feliz su simple vestimenta, creada con finas y delgadas telas, a su alrededor revoloteaban hermosas mariposas verdes.

La reina sonrió cuando la puerta fue abierta, y de ésta entraron mujeres, llevando un maniquí, con un traje blanco, con telas largas sobresaliendo de sus hombreras, era demasiado brillo el que tenía.

Shun vio confundido a la reina, ella con una sonrisa le explicó: —— es el vestuario que el rey usó en nuestra boda.

Shun vio nuevamente el traje, era demasiado llamativo, y a él no le gustaban mucho, aun así estaba en deuda con la reina. —— me quedara perfecto.

La reina igual sonrió. —— seguramente.

Horas después, shun estaba en una reunión, en el castillo, la reina lo había invitado para convivir y conocer a sus amigas y princesas.

Pero era tan ingenuo que no captaba las críticas que éstas le hacían en su cara. Aunque aquello fue hecho a propósito por la reina.

Ella sabía que sus amistades eran demasiado chismosas, y no les importaba si herian al involucrado.

—— majestad, es un hermoso joven...

—— considerando como fue criado...

—— por el mismo brujo que lo hechizó...

—— es un milagro que el príncipe la salvara...

—— es un milagro que el pobre niño siga con vida...

Shun sabía que hablaban mal de él y de ikki, pero su corazón era, o tan noble, o tan estúpido. Y él lo sabía. No todos tenían buenas intenciones.

Solo atinó a observar su reflejo; ropa demasiado fina y ajustada, el ligero maquillaje que le habían puesto... Y su cabello recogido...

Esa misma noche estaba en el balcón de su habitación, a oscuras.

Cuando sea mayor viviré aquí, contigo. Nos cuidaremos entre nosotros.

Solo veía con melancolía el páramo, en medio del mar, a orillas de la gran cueva, estaba ikki. Observando igual a dirección del páramo. Era como si ambos se observaban, a pesar de la distancia.

—— ¿Qué esta agobiandote?

Hyoga había llegado junto a él. —— no es nada.

—— shun, te conozco bien ¿si?

El peli verde lo vio, sentía desprecio de si mismo. —— estas joyas, mi cabello, todas las reglas... Siento que ya no respiro. Siento que ya no soy el rey del páramo... Me siento otra persona...

—— escucha... —— el príncipe froto sus manos para calmarlo. —— yo me enamoré de un chico de bosque y solo de él. No tienes que cambiar, no quiero que lo hagas.

El peli verde sonrió con ternura a sus palabras. Y para demostrar su agradecimiento, le dio un tierno y lento beso en los labios. Hyoga lo abrazó en apoyo cuando se separaron.


En lo más profundo del castillo, Dohko mezclaba sus especies para el arma que la reina necesitaba. Mezcló el polvo de hierro con el polen de la flor, tumblun.

Sonrió al ver la reacción de la mezcla, al poner el polen de la flor, el hierro se torno de un polvillo color rosa, y eso significaba que el arma estaba lista.

—— ¿y bien? —— hilda había entrado a la habitación. —— ¿si servirá?

—— tuve muy pocos especímenes de hada para trabajar. —— explicó el castaño. —— y el proceso de extracción es muy meticuloso.

La reina solo alzó una ceja. —— ¿extracción? ¿de qué?

—— flores Tumblun. —— señaló al estar la reina frente a su mesa. Una flor ya muerta. —— crecen en las tumbas de las hadas, contienen su esencia pura. —— Koga y Edén observaban y escuchaban todo lo que el hombre explicaba a la reina. —— al mesclar el polen con el hierro, el polvillo que se forma caña con la vida de un hada. Necesitaremos miles.

La reina escucho atenta, pero antes necesitaba una prueba. —— enseñame. —— Dohko solo se congeló por aquella simple palabra, la reina le ordenó de nuevo y él no tubo de otra, que obedecer.

Paró frente a tres botellas, la miniatura Koga se hizo bolita al sentir que él sería el conejillo de indias.

Pero en realidad, el castaño había tomado una pequeña criatura. Éste pataleaba y gritaba para que lo soltasen. La reina veía atenta.

Dohko tomo una cantidad del polvillo. Miró de nuevo a la criatura. Le dolió, aun así, le arrojó el polvillo enzima.

La reina vio impresionada el resultado. El pequeño había muerto, tomando la forma de una flor. Koga y Edén se asustaron al ver el horrible destino de su pequeño compañero.

—— al fin lo lograré. —— la reina tomo sonriente la flor. —— el páramo será mío... No habrán más hadas.

No solo Koga y Edén se asustaron, sino que también dohko.

La guerra estaba a solo unas pocas horas de empezar.

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