Capítulo 1 *Matrimonio*
Erase Una Vez o talvez erase dos veces, pues quizás recuerden esta historia.
Una poderosa hada llamado: Ikki. Por alguna razón el dueño del mal y protector del santuario aún era odiado después de todo este tiempo, cierto él había hechizado al príncipe Shun, pero eso fue antes de que hallará luz en el corazón de un niño humano y criara al pequeño como su hijo. Después de todo fue el amor de ikki el que rompió ese mismo hechizo, pero ese detalle de algún modo fue misteriosamente olvidado. Pues conforme el cuento se fue extendiendo a lo largo del reino... Ikki se convirtió en el villano una vez más...
Un pequeño sapo croaba anunciando el amanecer logrando así, despertar a tres hadas pequeños de tamaño, estos felices revolotearon despertando al resto de criaturas.
-- ¡Es hora! Despierten.
-- despierten vamos!.
Pequeñas criaturas duendes, hongos haditas de otros rangos se despertaban por aquel trío.
-- rápido, soma es hora!!
Aquel hada habló a un pequeño niño que se bañaba en la pequeña cascada junto a otros dos.
-- recuerdan el plan secreto ¿verdad?
-- si, lo tengo todo aquí -el albino señaló su pequeña cabeza - ¿cuándo le contaré el secreto al rey?
-- debes ser paciente ichi.
-- ¿estará despierto el rey shun? - preguntó por primera vez el peli mostaza.
-- jabu, ya no es el bello durmiente que solía ser.
El trío río divertido al recordar esa alocada aventura que tuvieron con el rey. Con esas sonrisas volaron hacia el centro del santuario, que era el trono del rey.
En ese lugar las hadas revoloteaban alrededor de aquel hermoso peli verde que portaba con un hermoso traje turqueza y en su larga cabellera la corona que le fue entregado.
-- siguiente tema a discutir; Las hadas desaparecidas.
Aquel título llamó la atención de aquellas criaturas que acudieron al rey por lo acontecimientos que sucedían últimamente en el santuario. -- caballeros y duendecillos, vigilen los campos, me traerán su reporte hasta el anochecer. Seguiremos buscando hasta encontrarlos.
-- ¿y por qué no mejor aplastamos a los humanos con las ramas?
-- no, kanon, aplastar a humanos con ramas no ayudará en nada
Un cuervo protesto igual dándole la razón al gemelo.
-- pero, seiya, deberías estar de mi lado.
-- son humanos - nuevamente el gemelo habló sacándole un suspiro cansado al rey.
-- yo soy el rey del páramo, soy humano también - aquello hizo que kanon reprimiera los ojos - debemos aprender a ser gentiles.
El rey se sentó en su trono acariciando a un pequeño conejo blanco, en meso de segundo aparecieron las tres hadas.
-- con permiso, ¡a un lado! Asunto aficial de hadas
-- un minuto, majestad, o talvez dos.
El trío llegó con algo en manos a los ojos del rey.
-- tíos, deben esperar su turno, todo el mundo lo hace.
-- ¡¡no!!
-- esto es urgente, magestad. - jabu voló más cerca del rey - no puede esperar.
-- o voy a explotar!! Lo digo de verdad - hablo ichi poniendo cara de inocente.
Shun vio bien lo que llevaban.
-- ¿a caso es...?
Aquel trío enseñó la pequeña bolita y se trataba de un duendecito rojito que sonrió al ver a shun.
Éste igual lo vio emocionado. -- ¡Koga!
-- y trae muchos regalos, la primera sabia de los árboles que renacen...
-- ¡para el día especial!! - ichi interrumpio a nachi. Jabu y el peli negro le golpearon al ser un inoportuno.
-- ¿día especial? - shun levantó la mirada confundido tratando de encontrar en su memoria de que día especial se trataba.
El duendecillo, Koga salto tomando así la corona del rey, a lo que este se rio leve, aquel pequeño le estaba instando a seguirlo y como era la única corona que tenía, no le quedaba más remedio que seguirlo.
Se levantó de su trono y siguió al pequeño, donde este chocaba con cualquier piedra del camino, cuando shun estaba por sostenerlo los tíos se llevaron volando la corona y al pequeño.
-- ¿a dónde creen que van tíos? - shun les siguió tranquilo ya que no eran muy veloces, pero en una de esas los tíos chocaron con un árbol haciéndolos caer, pero el pequeño siguió volando - no tengo tiempo para juegos, Koga.
Otras haditas más pequeñas que el duende tomaron la corona y volaban lentamente hacia el rey. Shun se paró en un tronco de árbol que servia como puente para cruzar el pequeño riachuelo.
Estiró la mano para alcanzar su corona pero un paso en falzo lo hizo caer al agua, mojando lo por completo. Todas las criaturas se asustaron al ver a su rey caer al agua, aunque no era paaara nada profunda.
--hahaha... ¿Qué están haciendo, qué tienen todos?
Shun hablo algo molesto al ver a todos actuar así, muchos se preocuparon por su rey, eso hizo que las haditas soltara la corona dejándolo caer junto al pequeño, el cual no se rindió y siguió arrastrando la corona. El rey vio esto y con determinación se levantó y corrió a buscarlo. Solamente camino un poco ya que llegaron a un gran árbol.
-- ya me canse de jugar, koga mírame.
Shun se sacudió su ropaje pero al momento encontró su corona enzima del tronco, lo tomó y lo examinó, lo levantó y al tiempo un chico de color canela y rubia cabellera apareció asustando lo.
-- ah! ¿Hyoga? ¿Qué haces aquí? - dijo sonriendo le a su novio.
-- amm yo... Vine a buscarte.
-- pues hola. - shun corrió a darle un beso en la mejilla, mientras que el cuervo aterrizó en el mismo árbol. - lo siento, no puedo hablar ahora. El santuario cayó en la locura y en el castillo se quejan sin parar.
El trío se escondió en un rincón del árbol para escuchar y ver tal escena. Chismosos ^~^
-- se lo ocupado que estas.
-- hay algo de lo que quisiera saber. - vio fijo a su novio y este así tío para que siguiera. - tu crees ¿que si alguna vez el santuario y Asgard se puedan unir?
-- ¿una unión?
-- conectar ambas tierras, brindar armonía y paz. Empecé a imaginar un puente. - sonrió al pensar en ello y hyoga le miró fijo.
-- un puente - repitió aquello - si, un puente, una unión es una maravillosa idea. Si ambos bandos están dispuestos.
-- aún trabajo en esa parte
-- ayyy arruinara la sorpresa - habló ichi desde la esquina del árbol.
-- dale tiempo se está preparando.
Shun caminaba viendo frente hasta que se percató de algo -- ¿es tu traje formal cierto? - volteo aver a hyoga que portaba un hermoso traje azul marino, más su capa y su espada. - así que estas involucrado en esto.
Hyoga sólo le dio una sonrisa cómplice -- te veo ocupado, así que mejor regreso... .
-- no. No no, la verdad no lo estoy
-- ¿no? Porque no quisiera...
-- yo te escucho, ¿de que quieres hablar? - sonrió incitando a hyoga pero el solo se quedó callado.
-- así es, lo va arruinar - hablo nachi desde su escondite al ver la cobardía del príncipe.
Aunque....
-- hace cinco años creí que no te vería más - se acercó al peli verde - y por eso ahora reclamo este día para los dos. Te ame desde el primer momento y siempre lo haré - shun miraba al rubio con un gran brillo en sus ojos al decir esas palabras. - el amore a enseñado una verdad, no existe magia ni hechizo que puedan separarme de ti, shun.
Se vieron unos segundos y hyoga estaba por agacharse pero subió rápido -- ¿ seguro de que tienes tiempo...?
-- ahh hyoga - shun rio para evitar que las lágrimas fluyeran por la felicidad.
Hyoga sonrió y se arrodilló en una pierna mostrando una pequeña caja.
-- ahhh esta de rodilla!! - ichi lloro por tan hermoso acto.
-- ah!! Pues si que se tomó su tiempo - jabu ya estaba arto de que no fuera directo al grano.
-- ¿te casas conmigo? - abrió la caja dejando ver un hermoso anillo, shun con lágrimas asintio. - ¿si?
-- si, si!! ¡Si! Levántate y bésame.
Shun rodeo su cuello y así besar a su ahora prometido, todos virotearon felices por el rey, todas las haditas volaron alrededor de ellos en donde hyoga alzó a shun girando por el aire.
-- ¡¡ tenemos una boda!! - gritaron aquel trío mientras volaban felices
Todos se abrazaban y volaban felices, la pareja veía todo con una sonrisa pero hyoga tomó la palabra nuevamente.
-- y tendremos que decirles a nuestros padres.
Shun eliminó la sonrisa de su rostro. -- haaa ¿hace falta? -preguntó no muy convencido, porque ya sabía cómo reaccionaria aquella persona.
El cuervo que estuvo presente alzo vuelo en dirección de las grandes montañas del santuario, aterrizó y empezó a exclamar. Un hombre estaba de espaldas, que tenía unas hermosas y grandes alas negras al igual que un cayado en su mano, con un solo movimiento de sus dedos aquel cuervo se convirtió en el muchacho castaño de ojos marrones.
Vio a ikki con una sonrisa nerviosa, lastima por él, que tenía que darle la noticia.
-- ¡mi señor! - tartamudeo en su hablar.
-- ¿Qué? - habló el peli azul indiferente.
-- te traigo una pequeña noticia.
-- dilo de una vez. - dijo aún dondole la espalda.
--... No es de gran trascendencia, mira ... Ah no hay ninguna razón para enfadarse. - coloco sus manos a su cintura para darse valor. - es solo que... Am el príncipe hyoga aa... emm...
-- ¿desaparecido? - se notaba algo de entusiasmo en su hablar.
-- ahh jajaj... No, hyoga le dio...
-- ¿fiebre amarilla? ¡No! Espera, quizá ¿lepra?.
-- no, mi señor... ¡El príncipe le preguntó a shun si quiere ser su...!
-- ¡No... Arruines mi mañana! - volteo a ver al castaño con un tono serio y se lanzó al vacío para volar lejos de ahí.
--¡mi señor espera! - grito pero ikki no le tomó atención. - ¡guarda la calma!.
Pobre seiya, ser víctima de la ira del gran ikki!!
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