O2
Los pasos inseguros de JiMin se dirigieron hacia el escritorio del profesor Suk luego de escuchar esas palabras. Sentía la mitad de las miradas del salón puestas en él, y eso le ponía todavía más nervioso de lo que ya estaba.
—Muy bien, Park. —Empezó Suk — Sé que sacaste una de las mejores notas en la evaluación, pero como JungKook es nuevo necesito que colabores para que él no ande perdido en las clases. — Se dio la vuelta para mirar a JungKook —Deberán averiguar acerca de la celebración de Saint Patrick's Day. Es un trabajo escrito y oral, por lo que harán un resumen de veinte páginas como mínimo, destacando los puntos que se encuentran en esta hoja.
Suk les entregó un papel que en el título decía "St Patrick's Day", y abajo de él estaban los nombres de JiMin y JungKook.
—Y en el día de la presentación, me entregarán las veinte páginas o más, las cuales escribieron en sus casas. Luego harán una especie de afiche que nos indique con imágenes lo que pasa en ese día, sin ningún tipo de texto. No pueden leer, pero si les resulta muy complicado, sólo pueden tener una tarjeta, no más grande que mi dedo índice. —Levantó el dedo y prosiguió — Ahora necesito que saquen un papel de aquí para saber el orden de su presentación.
JiMin y JungKook se miraron, y sin ni siquiera ponerse de acuerdo, los dos alargaron la mano y sacaron el primer papel que vieron.
Sus manos se tocaron apenas unos centímetros. Tomaron el mismo papel, y los dos no pudieron evitar mirarse las manos. El contacto que las dos tenían les mandó descargas eléctricas por todo el cuerpo, logrando asustarlos y las alejaron al instante.
— ¿Este? — Suk apuntó al papel que el castaño y el azabache habían tocado, y al verlos asentir con la cabeza, lo sacó — Número cinco.
Anotó en la hoja que les había entregado un cinco en la parte superior y luego les sonrió.
—Serán los quintos en presentar. —el profesor anunció — La próxima semana.
Segundos más tarde, JiMin y JungKook se sentaron en sus puestos. El castaño empezó a ordenar sus cosas al notar que ya casi era hora de retirarse, y cuando ya tuvo todo listo, se acercó sigilosamente al chico tan lindo con el que había chocado.
—Jeon... — Le llamó, un tanto tímido — ¿Lo haremos en mi casa o en la tuya?
—La mía está siendo reparada, así que no podrá ser allí.
—Entonces en la mía. — Susurró JiMin, y tomó su celular de su bolsillo. — ¿Podrías darme tu número? D-digo, para ponernos d-de acuerdo... pero si no quieres no importa, yo puedo hacer el trabajo solo, lo siento.
JiMin se giró con las mejillas rojas y se dispuso a caminar, pero una mano en su brazo lo detuvo.
—No, no. — Negó JungKook sonriendo tiernamente. — Te lo daré ahora, no te preocupes.
Los dedos de JungKook tomaron el celular del castaño y tecleó rápidamente su número, luego sacó su propio celular y volvió a mover sus dedos por la pantalla.
—Ya te agregué. —Murmuró el azabache, devolviendo el celular a JiMin —¿Puedes después de clases?
JiMin se quedó quieto en su lugar. Pensó en lo que Jackson le había dicho antes de entrar a la clase, y sintió un escalofrío recorrer su espalda.
Nunca había podido escapar de Jackson cuando este lo citaba en la salida, ya que andaba sólo y no podía defenderse, además de que los amigos de él siempre se encontraban calles adelante por si el castaño lograba escapar.
Por un segundo, que JungKook se fuera con él a casa le hizo pensar que (había una pequeña posibilidad) Jackson no lo molestaría, o por lo menos por ese día.
—Yo... sí, eso creo...
JungKook entrecerró los ojos al recordar al chico alto junto con JiMin, horas antes. Había escuchado toda la conversación y le parecía extraño que el castaño prefiriese ir con él que con su novio, o eso pensaba que eran.
Que equivocado estaba.
—Bien... entonces te sigo.
Segundos después, el timbre sonó sacándolos de sus sueños. Los dos chicos se encaminaron hacia la salida (luego de que JiMin dejara algunos cuadernos en su casillero) y no se detuvieron en ningún momento más.
JungKook casi podía percibir la tensión y los nervios de JiMin como si fueran propios, pero no dijo nada. El pequeño castaño se veía intranquilo de alguna manera.
—Hey, JiMin. — Jackson llamó.
El mencionado tomó disimuladamente el brazo de JungKook y apresuró su caminata, arrastrando al chico con él.
—Park, te estoy hablando.
Nuevamente, JiMin se apresuró y JungKook frunció el ceño al ver su actitud.
— ¡Maricón, te estoy hablando!
— ¿Cómo mierda lo llamaste?
JiMin casi se estampa contra el suelo cuando el azabache se detuvo tan abruptamente.
—Tú no te metas. — Jackson tomó al castaño del brazo y lo acercó a su rostro — ¿A dónde crees que vas?
—Y-yo me i-iba con J-jung Kook...
—Oh no, tú te quedas conmigo...
—Mira esto, me gustaría pasar mi primer día en esta escuela de una buena forma y tú no me dejas terminar como debería, así que te pido que dejes de ser un hijo de puta con todos y que mañana arregles tus asuntos con este chico de acá. —JungKook habló tan rápida y furiosamente que Jackson no pudo evitar mirarlo con asombro.
—Hijo de...
— ¡Jack! ¿Nos vamos? — Una hermosa chica con curvas exuberantes apareció de la nada, interrumpiendo lo que el chico estaba por decir.
—Mañana hablaremos, Park. —Masculló Jackson soltándolo —Y tú, no te creas el rey de esta escuela solo por ser el nuevito, porque lo que yo quiero, y lo que yo veo, es mío.
Jackson se fue no sin antes darle un golpe a JiMin, dejándolos solos.
JungKook se dio media vuelta y siguió caminando, pero esta vez podría decirse que estaba enterrando los pies en el pavimento. JiMin lo seguía de cerca temiendo con que el lindo chico con el que había hablado para tener su número, había desaparecido siendo reemplazado por otro mucho más feroz.
—No puedo creer que dejes que te traten así. —Murmuró JungKook —Sobre todo si es tu novio.
JiMin levantó las cejas y abrió la boca para hablar.
—De cualquier manera. —Interrumpió el chico — No me interesa.
El castaño se quedó un momento parado detrás de él, y luego siguió caminando al sacudir la cabeza.
—Por aquí se dobla —dijo en un susurro, y el azabache siguió las órdenes que le habían dado.
Se demoraron alrededor de diez minutos en llegar a la casa de JiMin. Esta era demasiado grande (o eso es lo que pensaba JungKook), y ocupaba casi la mitad de la manzana. Frente a sus ojos se alzaba una estructura de dos pisos, color crema y algunos detalles en rojo, como las cercas que envolvían la casa. JungKook supuso que vivía con mucha gente como para tener semejante hogar.
—Pasa. —le dejó entrar JiMin, luego de subir las escaleras que llevaban a la puerta de entrada.
—Gracias. —murmuró Jung Kook.
—¡Nayeon, Eunha, ya llegué! —Gritó el castaño y se dio la vuelta hacia JungKook — Por cierto, tengo cinco hermanas y tres de ellas viven aquí. Dos siempre están cuando yo llego y esas son las más escandalosas, así que si te sientes acorralado solo...
— ¡MINNIE! ¡Llegaste! —un grito lo interrumpió.
— ¡Eunha! —Exclamó el castaño a la chica de catorce —¿Dónde está Nayeon?
—Aquí estoy... —apareció una adolescente años menor que JiMin por la puerta de la cocina — En esta revista dicen que lo mejor que le puedes regalar a tu mejor amigo es un pastel como este, mira JiMin...
Se detuvo al ver al azabache. Las dos chicas se miraron entre sí y luego sonrieron.
— ¡Trajiste a un chico! ¿Cómo te llamas?
—JungKook...
— ¡JungKook, eres muy guapo! Pensé que JiMin no volvería a traer a un chico desde...
—Sí, bueno, desde que...
—Eso es todo. — El castaño de un momento a otro parecía hecho trizas —Iremos arriba a hacer un trabajo.
—Oh... de acuerdo...
JiMin agarró el brazo de JungKook y lo arrastró escaleras arriba, donde todo era incluso más colorido que el jardín. Se detuvieron en una puerta blanca, al igual que las demás, y la abrió dejando ver la habitación más extraña que JungKook había visto jamás.
Todo era color rosa pálido, con algunos toques de púrpura y azul. La cama era muy simple, de color blanco y con una manta cubriéndola del mismo color. Al entrar a la habitación JungKook pudo percibir un olor dulzón que atacó sus fosas nasales y por un segundo se mareó, dando un pequeño paso hacia atrás.
Pero algo llamó su atención, mucho más que todo lo anterior. No fue el maquillaje que se encontraba en la mesa de noche. Tampoco fueron las cortinas de seda, muy lindas por cierto.
Fue una pequeña bandera, muy escondida, justo al lado de un marco donde aparecía JiMin con un chico desconocido para JungKook.
Y la bandera, era la bandera gay.
Uy, geis.
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