28
Al pasar los días, las vacaciones en la cabaña ya habían terminado, y también las de invierno. Comenzaban (nuevamente) su rutina diaria de levantarse, tomar desayuno e ir a la escuela, para hacer lo que habían hecho los últimos años. Pero algo les había hecho cambiar ese punto de vista tan negativo de ir a estudiar; el último año de la escuela, el cual ya quedaba poco para terminar.
En las recientes navidades JiMin y JungKook se habían llamado para decirse feliz navidad, y habían finalizado la llamada con lágrimas al empezar a pensar en el fin de año, cuando su ciclo escolar se habría acabado.
Pero vamos, quedaban como dos meses y medio, los cuales pasaban como un rayo. Obviamente, ellos se tendrían que preocupar.
Y la primera semana de vuelta a clases había sido un éxito. Sin insultos por parte de Jackson, quien parecía sumamente perdido; sin insultos de los demás estudiantes; y buenas notas por parte de ellos. Todo iba de bien a mejor, y eso no asustaba en absoluto a los dos chicos.
Pues bien, debería hacerlo.
Pero aparte de eso, JiMin empezó a prestar más atención a Jackson, y lo que este hacía.
JiMin siempre había sido un chico preocupado por los demás, y aunque su 'matón' nunca había sido bueno con él, el rubio le quería demostrar que no estaba enojado para nada, y que ya no quería más guerra entre ellos.
Se empezó a fijar en que Jackson andaba asustado por los pasillos.
Ya no hablaba con sus amigos, y pasaba todo el día solo. También notó que todos los días, un chico de cabello negro lo venía a buscar, pero Jackson lo ignoraba la mitad del camino, o eso se podía ver. Y no pudo evitar notar que el chico hacía lo posible para llamar la atención, y que este, obviamente era gay.
JiMin podía distinguir a un gay desde distancia (aunque no pudo con JungKook, igualmente supo de inmediato que ese chico lo era), y no entendía cómo Jackson podía estar al lado suyo sin darle un golpe, ya que por lo que había vivido esos últimos tres años, Jackson era completamente homofóbico.
Y vaya que se llevó una sorpresa cuando un día, JungKook y él iban saliendo de la escuela, y los dos pudieron ver cómo el pelinegro intentaba darle la mano a Jackson, quien al ver eso, golpeó al chico y salió corriendo del lugar.
— ¡Jackson! — Gritó él, antes de perseguir al chico.
— ¡Aléjate! — Rugió el otro, llamando la atención de casi todos en la salida, entre ellos JiMin y JungKook.
— ¡¿Qué tiene de malo?! — Exclamó el chico con el rostro confundido.
— ¡Todo! ¡No quiero que te vuelvas a acercar, nunca más!
Los que estaban en ese lugar, pudieron apreciar cómo Jackson se alejaba de ese chico y este, al ver que se quedaba solo, se pasaba una mano por el rostro y contenía las ganas de llorar.
— ¡Te odio, maricón! — Gritó por última vez, antes de ir en dirección contraria a la que Jackson había ido.
JiMin miró de inmediato a JungKook, completamente asustado. De a poco la gente se fue retirando, a excepción de los dos chicos, quienes lucían impactados de lo que había pasado.
— ¿Qué crees que...?
—No lo sé — Interrumpió el tatuado, tosiendo al terminar de hablar.
— ¿Estás enfermo? ¿Resfriado?
—Tal vez un poco. — Murmuró.
Los días después de eso pasaron rápido.
Jackson faltó tres días en esa semana, y JungKook lucía cada vez más enfermo.
El azabache fue a clases hasta que ya no pudo más y se quedó en cama todo el día jueves, al igual que el viernes. No fue a clases durante esos dos días, dejando solo a JiMin, pero prometiendo que iba a estar el fin de semana en cama para así regresar el día lunes a clases.
JiMin no se vio afectado por eso. Visitó a JungKook el jueves por la tarde, y también tenía en mente hacerlo el viernes, pero algo se puso en su camino.
O más bien, alguien. Y mejor dicho, no se puso en su camino, simplemente vio a distancia a ese alguien y decidió ayudarlo.
Y no se dio cuenta que ese alguien era Jackson hasta llegar a su lado.
Jackson lucía extraño. Se encontraba sentado en una banca de un parque que quedaba en frente de la escuela, y estaba mirando a la nada. Las bolsas debajo de sus ojos se notaban a distancia, revelando que el chico lo estaba pasando mal esos días.
—Vete. —Masculló Jackson, cuando el rubio se sentó a su lado.
—Solo quiero ayudar.
El de chico se quedó callado, al igual que JiMin. Los dos miraron al frente, observando a la gente que pasaba.
— ¿Cómo te diste cuenta que eras gay? — Jackson rompió el silencio.
— ¿Por qué preguntas?
— ¿Quieres ayudarme? Bien. Responde.
JiMin juntó las cejas un poco confundido, pero respondió sin dudar.
—Siempre lo supe, y mis amigos y familiares también. Creo que al besar a mi ex me di cuenta definitivamente que lo era.
Jackson suspiró y miró sus pies, llamando la atención del rubio.
— ¿Y tus padres no eran homofóbicos?
—Para nada.
JiMin subió sus piernas a la banca y se quedó mirando a una de las parejas que paseaba por el parque.
—Aunque conozco a gente que no ha tenido la misma suerte que yo. — Siguió hablando, al recordar a su ex. — Y probablemente nunca la tendrá a menos que ocurra un milagro. — Jackson se acomodó mejor en la banca.
—Pero ¿cómo estuviste completamente seguro? ¿Nunca dudaste de lo que eras?
—No, según yo, siempre fue normal. Me sentía diferente a los demás; no me atraían las chicas, pero sí los chicos; no me gustaban los besos con las chicas, pero sí los chicos. Sí pasé por el momento donde crees que todo es una etapa gracias a las personas que te dicen que lo es, pero al aceptarlo, es como volver a nacer. — Respondió.
—Mierda. — Se quejó el de ojos cafés. — Esto no estaría pasando si es que Jaebum no...
Se calló de inmediato, dándose un golpe mental al abrir la boca demás.
— ¿Jaebum? ¿Es el chico que te viene a buscar todos los días? — Preguntó con curiosidad.
—Sí, o bueno, era el chico que me venía a buscar todos los días. Ya no lo hace. No desde que le grité que se fuera. Y supongo que está enojado; con suerte me mira.
— ¿Por qué?
—Porque... — Jackson suspiró y miró sus manos. — Él quería tener algo conmigo y yo no le di la oportunidad.
JiMin abrió los ojos, sorprendido.
— ¿Eres gay?
—No, no... No lo creo — Respondió de inmediato. — Mi padre dice que los homosexuales están enfermos y yo no lo estoy...
—Los homosexuales no están enfermos, Jackson. Simplemente son personas con gustos distintos.
—Lo sé.
—Entonces, ¿eres gay?
—No lo sé. — Sintió sus ojos arder. — No tengo idea...
—Debes comprobarlo.
— ¿Cómo?
El rubio se encogió de hombros, completamente normal. Como si no estuviera hablando con el chico que lo insultaba llamándolo maricón y lo intimidaba; solo hablaba con Jackson. Un chico que parecía tener un problema mucho más severo que los que él tenía.
—Tienes que besar a un chico. — Contestó con obviedad. — Podrías ir a un bar gay y...
Nunca pensó que lo iban a interrumpir así. Tal vez lo esperaba por parte de JungKook, su novio, pero no de Jackson.
¿Qué iba a hacer ahora?
Probablemente se metería en problemas, pero no podía pensar; tenía la mente en otro mundo.
Sus acciones no concordaban con lo que él intentaba hacer.
Pero, ¿cuál era el problema? ¿Por qué simplemente no podía controlar lo que estaba pasando?
Oh, sí, porque tenía las manos de Jackson en su cuello, y porque parecía estar atrapado bajo los brazos del chico.
Y también, porque de un momento a otro, Jackson pegó sus labios a los suyos, sin dejarle reaccionar por completo.
¿Qué iba a hacer ahora?
Tengo un problema.
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