25
El frío en la desnudez de sus cuerpos los hizo despertar, luego de dormir aproximadamente dos horas en el mismo sitio.
Fue JungKook quien decidió salir del cómodo lugar donde estaba, para despertar a su novio que parecía demasiado cansado como para mover un dedo, por lo que el azabache se vistió a medias (ya que solo tenía el traje de baño) y tomó en brazos a JiMin, olvidando completamente su remera tirada en la arena.
Entró a la cabaña y encendió todas las luces, sacándose la ropa mientras caminaba hacia la habitación donde dormirían. Dejó a JiMin en la cama, y luego buscó entre los cajones alguna toalla, encontrándose con dos del mismo color. Las llevó al baño dejándolas encima del lavamanos, y abrió la llave del agua caliente. Con una mueca en el rostro, se inclinó hasta el rubio, el cual lucía como un bebé durmiendo.
—JiMin — Lo llamó, cerca de su rostro —JiMin, despierta.
El rubio se removió en la cama, pero no despertó.
—Minnie, despierta — Insistió JungKook y besó la mejilla del chico. — Tienes que ducharte.
JiMin se dio la vuelta, mostrando su espalda desnuda y el lindo trasero que JungKook había visto tantas veces. El azabache tomó ese movimiento como una invitación, pero decidió no hacer nada; JiMin terminaría muy cansado y no podrían disfrutar esos días de vacaciones. Pasó sus dedos por la espalda de su novio, yendo desde los hombros hasta donde empezaba su trasero, mandando escalofríos por todo su cuerpo.
—Quiero dormir, JungKook — Escuchó decir al rubio, casi inaudible.
—Lo sé, bebé, pero debes ducharte primero. — Contestó.
— ¿Es necesario?
—Sip. — JungKook dio vuelta el cuerpo del rubio y sonrió. — Pero si quieres, podemos bañarnos juntos.
JiMin mostró una sonrisa en su rostro, para después elevar sus brazos al tatuado. Este lo tomó por la cintura y levantó su cuerpo, llevándolo hasta el baño, donde el agua que JungKook había dejado salir seguía cayendo. Luego puso al rubio debajo de la ducha, y se metió con él segundos después.
—JungKook, estoy muy cansado. —Murmuró el JiMin, cerrando los ojos al sentir las manos de su novio en su cabello.
JungKook buscó el shampoo entre las cosas que se encontraban cerca, y al dar con él, se echó una cantidad exagerada en las manos antes de llevarlas nuevamente al cabello de JiMin. Allí comenzó a masajear, haciendo un intento por quitar toda la arena que había quedado en su cabello, y al terminar, miró al chico frente a él, sonriendo como un idiota.
—No te duermas, JiMin — Dijo divertido.
—Lo siento. — Se disculpó el más bajo, y apoyó su cabeza en el pecho de JungKook. — Pero tienes buenas manos.
—Eso ya lo sé. — Le dio el doble sentido a la frase.
—Eres un sucio. — JiMin sonrió con las mejillas sonrojadas por el calor del baño.
—Aun así te gusto.
—Desgraciadamente.
La ducha siguió así, con JiMin casi quedándose dormido por las caricias que el tatuado le daba, y JungKook siendo atendido por su novio minutos más tarde, al terminar de enjuagar su cabello.
Los dos se retiraron del baño al terminar, con una toalla anudada a sus caderas tapando lo que tantas veces habían visto. JungKook solo se puso ropa interior, y JiMin prefirió usar un bóxer blanco y un suéter que había traído, o eso era lo que tenía en mente.
—Oye, JungKook, ¿has visto el suéter que siempre uso para dormir? — Preguntó el rubio luego de buscar y buscar por su bolso.
El tatuado lo miró desde la cama, pasando sus ojos por el cuerpo de JiMin antes de responder.
— ¿El que es blanco con rayas rosas?
—No, el otro.
— ¿El gris? — JiMin asintió. — Lo dejaste en mi casa hace una semana.
El pequeño chico gimió con tristeza, y caminó unos pasos para poder acostarse al lado de su novio.
—Puedes ocupar uno de los míos si quieres. — Ofreció JungKook.
—Pero eres como veinte tallas más que yo.
— ¿Y qué? Solo será para dormir.
El azabache se levantó de la cama bajo la atenta mirada de JiMin, y buscó entre los cajones algún suéter que podría tener. Al encontrar uno, sonrió y se dio vuelta hacia su chico, sosteniendo la prenda entre sus manos.
—Es el que me queda más pequeño.
JiMin subió los brazos, esperando a que JungKook deslizara el suéter por ellos. Al hacerlo, sonrió por la manera en la que sus deditos quedaban escondidos debajo de la tela, y por el largo del suéter (le llegaba algo así como a la mitad del muslo, por lo que le quedaba DEMASIADO grande).
—Vamos a dormir.
Siguiendo las órdenes de JungKook, los dos se acostaron en la cama, mirando hacia el techo antes de cerrar los ojos.
—Buenas noches, JungKook — JiMin bostezó, acercándose lo más que podía al cuerpo del tatuado y recostando su cabeza en su pecho.
—Buenas noches, bebé.
El azabache subió un poco el suéter que JiMin usaba para poner su mano en la cintura del chico, y así, tenerlo más cerca.
Los dos se quedaron dormidos en esa posición, demasiado cansados como para darse cuenta de que apenas eran las ocho de la noche.
El tiempo pareció ir rápido en ese momento. Despertaron cuando ya era de día, aunque realmente no parecía como uno gracias a las nubes de lluvia en el cielo.
Había una tormenta eléctrica afuera, cosa que para JiMin no pasó desapercibida y despertó antes de lo que esperaba.
Y JiMin no le tenía miedo a esas tormentas.
Pero era de las personas que al despertarse una vez, ya no pueden volver a dormir, por lo que en ese instante se encontraba muy aburrido, esperando a que su novio abriera los ojos.
Se dijo a sí mismo "esperaré una hora más, y si no despierta, yo lo haré", cumpliendo su promesa al pasar el tiempo. Se deshizo del agarre en su cintura, y se subió al cuerpo de JungKook, afirmándose por los hombros del azabache. Luego sonrió, observando el lindo rostro de su novio, y pensando que durmiendo se veía como un auténtico ángel.
JungKook era como el ángel guardián de JiMin. Y eso, al rubio, le encantaba.
Pasó sus dedos por la frente del tatuado, quitando su cabello de ese lugar, para después bajar su mano hasta los labios rosados de su novio, los cuales besó repetidas veces antes de inclinarse a su oreja.
—JungKook — Susurró en ella. — Kookie.
El azabache no hizo nada, ni siquiera un movimiento que revelase si estaba durmiendo o medio dormido. Pero JiMin no se sorprendió por eso; JungKook solía tener un sueño muy pesado.
—JungKook — Lo volvió a llamar, teniendo en cuenta que la única manera de despertarlo era otra. — Bien, tú lo pediste.
Lo besó lentamente, esperando alguna respuesta por parte del más alto, recibiéndola casi al instante. Sonrió en los labios de JungKook al sentir como este lo tomaba por la cintura y lo dejaba bajo su cuerpo, e inmediatamente se separó de sus labios.
—Estabas despierto, maldito mentiroso. — Gruñó el rubiecito.
—No completamente. — Respondió JungKook.
JiMin se salió de la cama minutos después de intentar quitar las manos del azabache de su cintura. Después salió de la habitación y caminó hasta la cocina, sintiendo los pasos de JungKook cerca de él.
— JiMin — Lo llamó, y el rubio se giró. — No funciona.
Seguido de esto, encendió y apagó en interruptor de la luz, sin lograr que esta se encendiera.
—Déjame ver. — Se adelantó unos pasos e hizo lo mismo que JungKook — Nop.
El azabache gimió con cansancio antes de desaparecer por la puerta, dejando a JiMin completamente solo. Volvió segundos después vestido de pies a cabeza.
— ¿Qué vas a hacer? — Preguntó JiMin abriendo la nevera.
—Iré a ver qué pasa. — respondió. — No me demoraré mucho.
El rubio hizo un puchero, pero este se borró al encontrar algo que llamó su atención. Lo sacó de la nevera, y sonrió hacia su novio.
— ¿Alcohol?
— ¿Qué? No, no, no — JungKook le quitó de las manos la botella y la volvió a meter en su lugar. — Ese tipo de alcohol no.
— ¿Por qué no?
—Porque solo un pequeño vaso de eso, te emborracha en menos de lo que tú crees.
JiMin volvió a sonreír.
—Quiero probar.
—Usted no probará nada. — Lo cortó JungKook, dejando un beso en sus labios antes de salir por la cocina y gritar desde lejos — ¡No quiero que tomes nada de eso!
El pequeño rubio escuchó la puerta principal cerrarse, e hizo una mueca mirando hacia el suelo. Luego levantó sus ojos hasta la nevera, la miró unos segundos antes de sonreír como un niño travieso.
De las estanterías, buscó el vaso más pequeño que pudo encontrar y abrió la puerta de la nevera, sacando lo que JungKook había escondido segundos atrás.
Una no es ninguna, ¿no?
PEDOTA LA QUE ME PUSE AYER CON MUSICA BANDA HAAAAA Chamas me desconocía QUEDE LOCAAAAAA
Igual cuando beban háganlo con gente de su confianza o con amigos muy cercanos, nunca con desconocidos o una peda rara. Cuidenseeee y cuidemos al Kookmin novios
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top