24
Los días pasaban demasiado rápido para el gusto de JiMin y JungKook, pero igualmente, esos días no dejaban de ser los mejores para los dos.
Se veían a todas horas, estudiaban juntos, caminaban a la escuela juntos, se iban juntos a casa, y también programaban días de vacaciones juntos.
Las vacaciones de invierno se acercaban, y los dos chicos ya tenían en mente lo que harían en una de esas semanas. Lo habían estado planeando desde hace (por lo menos) unas dos semanas, haciendo lo necesario para que todo saliera como ellos querían.
La madre de JungKook, hace no tanto tiempo, se había comprado una cabaña cerca de la playa, a unos kilómetros de la ciudad. El azabache, ya sabiendo la existencia de esa cabaña, había intentado convencer a su madre para que ella le pasara las llaves durante cinco días. Hye casi lo castiga de tanta presión que recibía por parte de JungKook, pero finalmente cedió al ver las caras que ponía la pareja para que la mujer dijera que sí. Luego, JiMin intentó convencer a su padre para que este le dejase ir, logrando (después de muchos ruegos) lo que él quería.
Se veían como unos días interesantes.
Fue así como, luego de programar todo y con detalles, los dos chicos lograron viajar a la cabaña cerca de la playa.
El viaje duró aproximadamente tres horas en auto, las cuales JiMin y JungKook tuvieron que alargar gracias a que el azabache se encontraba un poco (muy) caliente en el asiento del piloto. Después de ese momento, JiMin pasó el resto del camino con las mejillas sonrojadas e ignorando las sonrisas cómplices que su novio le daba.
Lo primero en que el rubio se fijó al llegar al lugar, fue en la linda cabaña a metros del mar. Era pequeña, de madera y parecía gastada con el tiempo, pero desde adentro, era un lugar acogedor, adornado con alguna que otra foto de la infancia de JungKook.
La cabaña tenía una cocina, una sala de estar, un baño diminuto (apenas caía una ducha y el WC) y dos habitaciones, una más grande que la otra. Los chicos no tardaron en instalar las pocas cosas que habían empacado y luego se cambiaron, para así salir a la playa. Tal y como JungKook describía, la playa era un lugar vacío. Si no fuera porque era un día soleado y JiMin se encontraba con su novio, el rubio estaría muerto del miedo. Pero en ese momento se encontraba con una gran sonrisa, bronceando su pálido cuerpo y viendo al chico azabache jugar en el mar, gritándole que se una a su juego.
— ¡Te terminarás acostumbrando si vienes ahora! —gritó el azabache, luciendo los tatuajes que a JiMin le encantaba apreciar.
— ¡No, gracias! —le devolvió.
JiMin volvió a ponerse sus lentes de sol, y sintiendo una ráfaga de frío, se puso una camisa blanca sin mangas para calentar su cuerpo. Luego se acostó en la toalla tirada en la arena, y cerró los ojos esperando poder dormir.
— ¡Quedarás quemado como un camionero! —exclamó JungKook desde lejos.
El rubio soltó una carcajada.
— ¡No me importa!
Tan solo tuvo que esperar unos segundos para que el sol se fuera de sus brazos y estos quedaran en la sombra, pero esta vez fue provocado por alguien.
—Me tapas el sol — Murmuró JiMin, sin siquiera abrir los ojos.
—No me importa — Respondió la voz que él tanto conocía. — Y vas a ir al mar, ahora.
—No quiero.
—No te estaba preguntando — Los brazos mojados de JungKook rodearon la cintura del rubio y este gritó por la sorpresa, mientras que el azabache levantaba a su novio como si se tratase de una pluma —Vamos a divertirnos, JiMin.
— ¡No quiero! — Repitió, al mismo tiempo que sus lentes se caían encima de la toalla — ¡Bájame, JungKook!
JungKook ignoró completamente al rubio, y empezó a caminar hasta el mar recibiendo golpes en su espalda y gritos que no hacían más que sacar una sonrisa en su rostro. Cuando sus pies tocaron el agua, JiMin gritó todavía más fuerte y se agarró de los hombros del azabache, quien de un momento a otro había decidido cambiarlo de posición para enredar las blancas piernas de su novio en su cintura.
—Suéltame. —advirtió JiMin intentando parecer enojado.
—Si te suelto, te mojarás.
—Eres un idio... ¡No, no, no! — Se interrumpió cuando JungKook empezó a caminar para adentrarse en el mar — ¡JungKook!
—Grita mi nombre de nuevo y no podrás caminar hasta que estemos devuelta de vacaciones. — Hizo lo posible para que fuera como una amenaza, pero no pudo ocultar su sonrisa y besó los labios del rubio.
—No me beses ahora, bastardo. —se quejó JiMin alejando su rostro, con las mejillas rojas. — Ahora, ¿podrías devolverme a mi linda toalla?
— ¿Me has llamado bastardo? —JungKook fingió indignación — ¿Y también has rechazado un beso mío?
Empezó a deshacer su agarre en la cintura de JiMin, obteniendo otro grito por parte de él.
— ¡Lo siento, lo siento! —se disculpó tratando de mantener su figura fuera del agua, y repartiendo besos por el rostro de su novio.
JungKook prolongó el último beso que recibió, apretando al rubio contra su torso. JiMin, un poco distraído por sus labios, se soltó lentamente de sus hombros, para después dejar las manos alrededor de su cuello. JungKook sonrió en medio del beso y se separó de él, no sin antes morder su labio.
—Lo siento, bebé —murmuró —Pero es necesario que te mojes un poco.
JiMin abrió los ojos con terror, al mismo tiempo que el azabache se hundía en el agua y sentía su remera pegada y traje de baño mojado y pegado a su piel, gracias a la acción que había hecho JungKook. No duraron ni dos segundos dentro del mar cuando el más alto subió a la superficie y recibió un golpe en la nuca.
— ¡Está fría! — JiMin exclamó — Eres un hijo...
—Eh, sin palabrotas —lo cortó el azabache —No está tan fría.
—Lo dice el que ha pasado más de media hora en el agua.
El rubio pasó una mano por su cabello, arreglando lo que se había desacomodado. Luego hizo un intento fallido para dejar su remera seca, por lo que arrugó la nariz en un gesto molesto.
—Te odio.
—Quiero un beso. — Ignoró las palabras de su novio.
—No te lo daré, por mojarme — Volvió a tomar a JungKook por los hombros para sostenerse.
—Por favor, Minnie — Hizo un puchero acercando sus labios a los del rubio, recibiendo una respuesta negativa de su parte. —Te quiero. —JungKook dejó besos en la mejilla de su novio, y no hicieron falta más de diez de ellos para que JiMin sonriera y pegara sus labios a los del azabache. Dejó salir un suspiro cuando las manos de JungKook se colaron por su mojada remera, y no se dio cuenta cuando los dos dejaron el agua, con los ojos cerrados y viendo si tenían suerte al caminar sin caerse. Desgraciadamente (o tal vez no), la toalla en la que JiMin estaba tomando sol hace diez minutos, apareció entre la arena que Jung estaba pisando, y este se tropezó dejando caer al rubio y haciendo lo posible para no aplastarlo debajo suyo.
—Me has dejado cubierto de arena —se quejó JiMin.
JungKook rio encima de sus labios y comenzó a subir la remera de su novio, soltando un jadeo al retirarla totalmente.
—Odiaba esa cosa. No te la deberías haber puesto.
— ¿Por qué?
—Me tapaba la buena vista — sonrió pícaro, y trató de quitarle el traje de baño.
JiMin tomó las manos del azabache, y le envió una mirada de advertencia.
—Aquí no, JungKook — Se resistió.
— ¿Por qué no?
—Nos pueden ver.
—Que disfruten del espectáculo.
Seguido de esto, deslizó por sus propias piernas su traje de baño, dejando libre su erección ante los ojos del rubio. Este se sonrojó y tapó sus ojos con sus manos.
—No es nada que no hayas visto antes, bebé — Sintió la sonrisa de JungKook en su cuello, mandando descargas eléctricas por todo su cuerpo.
—Es diferente. — Se excusó — Ahora nos pueden ver, y no quiero que lo hagan.
Sus ojos se abrieron al percibir los dedos del azabache bajando su traje de baño hasta los tobillos, y se topó con el rostro de JungKook a centímetros de su cara.
—Si quieres me aseguro de que no haya nadie por aquí. — Ofreció, y sin esperar respuesta se puso de rodillas y puso sus manos alrededor de su boca. — ¡¿Hay alguien por aquí?! ¡Si nos disculpan, vamos a tener sexo!
—Te ganas el premio al idiota del año. —declaró el rubio, y empujó a JungKook para mantenerlo cerca de él.
Nuevamente, juntaron sus labios, mientras que JiMin pasaba sus manos por la ancha espalda de su novio y JungKook se acomodaba entre sus piernas metia y sacaba sus dedos lentamente y cuando el rubio estuvo listo el azabache entró lentamente, sintiendo sus uñas clavarse en su piel.
—Joder, JungKook — Gimió el rubio. — Duele.
El azabache empezó a entrar y salir de la forma más cuidadosa posible, guiándose por las acciones de JiMin, y tratando de no perder el control. Sus cuerpos se encontraban completamente sudados por el calor y el esfuerzo, y el lugar estaba lleno de jadeos y gemidos que pronto llegaron a ser gritos.
JiMin estaba muy cerca de llegar al orgasmo, por lo que buscó su erección entre los dos cuerpos y comenzó a masturbarse implorando alcanzar ese punto máximo que no pudo alcanzar en la mañana, cuando estaban de camino a ese lugar (solo le había hecho una mamada a JungKook y luego siguieron el camino).
JungKook, deseando llegar al mismo tiempo que su novio, se separó de su cuerpo para tomar las caderas de JiMin y empezar a ir más rápido, dejando sus dedos marcados en la piel del rubio. Los dos gimieron alto, JiMin antes que JungKook, y dejando de moverse, vieron las estrellas en el atardecer que los rodeaba.
El azabache se dejó caer en el pecho sudado de JiMin y abrió los ojos, para encontrarse con su novio cubierto de sudor, con las mejillas sonrojadas y haciendo el intento de controlar su respiración. No se sorprendería si se encontraba igual, o incluso peor.
—Eso fue rápido —susurró JungKook.
JiMin asintió a penas.
—Te dije que nadie nos iba a ver.
—Cállate. —el rubio rio con pocas fuerzas. Realmente quería reír, pero estaba muy cansado como para hacerlo.
Se quedaron así un rato más, desnudos y cubiertos de sudor, sin saber que pronto se quedarían dormidos, cuando el sol ya estaba desapareciendo por la costa.
Segunda actualización del día HAAAAA ME PREOCUPA QUE NO COMENTEN, PLIS HAGANLO QUE ME ESTA DANDO ALGO :c
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