22

Jackson

El sonido de las pistolas siendo recargadas, seguidos de muchos disparos era casi todo lo que se escuchaba por la casa de Jackson Wang un domingo por la tarde.

Y se dice 'casi todo' ya que a tan solo pasos, en la segunda planta, la música de Justin Bieber no pasaba desapercibida, irritando los oídos del chico.

Hace meses que el individuo de la segunda planta había llegado, junto con una mujer muy linda y dulce llamada Hee Yoon, a la que empezó a decirle mamá hace no mucho, alrededor de tres semanas, como máximo. Desde el día en que Jackson lo había visto pasar por la puerta de entrada, junto con Hee Yoon, su madre, supo que iba a odiarlo hasta la muerte, y en ese momento no era una excepción.

— ¡¿Podrías bajarle a la puta música de mierda?! — Gritó con enojo, apretando los botones de la consola para disparar a su oponente.

— ¡Yo no me quejo cuando escuchas esa estupidez de rap! — Le gritaron de vuelta, a lo que Jackson rodó los ojos fastidiado.

— ¡Baja el volumen ya, maricón! — Volvió a exclamar.

— ¡Tú serás el maricón!

Jackson pausó el juego inmediatamente al oír esas palabras, y corrió por las escaleras para abrir la habitación de su peor pesadilla.

—Vuelves a llamarme maricón y no volverás a ver la luz del día. — Advirtió, entrando al lugar.

La música se detuvo al instante.

— ¿Y por qué no volveré a ver la luz del día? ¿Acaso me vas a secuestrar y me darás por el culo como lo haces con tus amiguitos de la escuela? — Frente a él, un chico de casi su misma altura, ojos cafés, cabello negro y vestido con ropa de deporte, se acercó con una sonrisa burlona en los labios. Su cuerpo se encontraba sudado por el reciente ejercicio que antes realizaba en su habitación, mientras que pequeñas gotas de agua se deslizaban por su cabello, era musculoso y atractivo, demasiado atractivo.

—No me das miedo, Jason. — Sonrió burlón.

—Es Jackson, no Jason. — Corrigió.

—Lo que tú digas, Jason.

Este dejó salir un suspiro frustrado antes de salir de la habitación.

— ¡Hey! — Le gritaron desde lejos, y segundos después sintió los pasos del chico detrás de él. — ¿Has sabido algo del chiquito?

— ¿Quién?

—Ya sabes, el que vimos cuando te fui a buscar a la escuela, hace tres años...

— ¿Y a ti qué con él? — Se dio la vuelta — ¿Para qué lo quieres, Jaebum?

Jaebum se encogió de hombros.

—Para follar.

—Me das asco, maricón. — Volvió con lo suyo, que era jugar con la consola en la sala de estar.

Sintió el peso del peli negro a su lado en el sofá, pero intentó no tomarlo en cuenta.

—Hablando en serio. — Murmuró Jaebum. — ¿No te has hecho amigo de él o algo para conseguir su número y después pasármelo a mí? Serías el mejor hermano del mundo. — Jackson se tensó.

—No eres mi hermano.

—Le dices mamá a mi madre, así que supongo que lo somos.

—Nunca sería hermano de un puto maricón como tú.

—Bien, eso duele. — Se limpió una lágrima falsa. — Pero... Si no somos hermanos te puedo besar, ¿no?

—Aléjate. De. Mí. — Escupió con rabia. — Vuelves a decir algo como eso y le diré a mi padre...

— ¿Qué le dirás? — Le interrumpió Jaebum. — ¿Que el hijo de su esposa es gay? ¿Qué me mate por ser un homofóbico como tú? ¿Qué te gustan los penes tanto como a mí? — Se escuchó un golpe sordo, seguido de un gemido de dolor. Jackson golpeó a Jaebum en el estómago, lo tomó por los brazos y se puso encima de él, dejándolo sin escapatoria.

—Deja de hablar mentiras; aquí el único maricón eres tú, ¿entiendes?

Jaebum sonrió burlón. Amaba hacer rabiar al chico encima suyo. Por esa misma razón, sin que Jackson lo esperase, levantó un poco su cabeza y juntó los labios del chico con los de él, en un pequeño beso.

Jackson se apartó inmediatamente, sintiendo su cuerpo quemar. Limpió con rabia sus labios con la mirada de Jaebum puesta en él, y caminó por la sala de estar sintiendo las lágrimas acumulándose en sus ojos.

—Te ha gustado, ¿cierto?

— ¡Cállate, estúpido idiota! —Rugió — ¡Tú no sabes nada, joder! ¡Que te follen!

Salió de la habitación y de su casa, cerrando la puerta de un portazo. Contuvo las lágrimas mientras caminaba por las calles, hasta llegar al parque al que usualmente iba con sus amigos después de clase.

No era la primera vez que llegaba a ese parque por la misma razón; Jaebum. Todo le molestaba en él; su actitud burlona, su estilo de vestir, sus gustos, la forma en que caminaba, cómo lo hacía sentir cada vez que estaba cerca...

Odiaba que fuera su "hermano", aunque realmente no lo era de sangre.

Todo había comenzado el día en el que su padre, un hombre de negocios que con suerte estaba en casa, llegó con Hee Yoon y Jaebum, hace tres años. Se casó con la mujer a los pocos meses de vivir allí y luego de bastante tiempo, Jackson recién empezó a decirle mamá, aceptando a la mujer como parte de la familia. Pero Jaebum no era su hermano, tampoco su hermanastro. Odiaba la idea de serlo algún día.

Jackson no entendía por qué el peli negro le irritaba tanto, y por qué le irritaba las cosas que él hacía. ¿Iba a una fiesta? Jackson estaba molesto. ¿Llegaba con un chico a las tres de la mañana? Jackson estaba molesto. ¿Veía a Jaebum hablando acerca de tener sexo con JiMin? Jackson estaba molesto.

Supuso que desde el día en que Jaebum lo había ido a buscar, y lo había escuchado decir cosas no muy inocentes del rubio, comenzó a odiar JiMin, sin ninguna razón.

Las sensaciones que Jaebum le causaban no eran normales. Sobre todo el beso que se habían dado antes; no era normal sentir en sus labios la suavidad de los ajenos.

"¿Te ha gustado?" Escuchó las palabras de Jaebum en su mente.

¿Si le ha gustado? ¡Por supuesto que no!

O eso por lo menos quería hacerse creer.

—No puedo creer que besé a un hombre... — Tomó su pelo entre sus manos, sintiendo las lágrimas bajar por sus mejillas. — Papá estará enojado...

Su padre era una de las principales fuentes del por qué era homofóbico. Toda su vida le había recalcado que ser homosexual era como estar enfermo, y esa enfermedad solo se podría curar con la muerte...

Jackson ya no entendía nada. JiMin no lucía enfermo. Jaebum no lucía enfermo. JungKook tampoco lucía enfermo. Seulgi no lucía enferma, ni por asomo. Entonces, ¿por qué su padre consideraba que ser homosexual era tan malo?

Se quitó esos pensamientos y se llenó la mente con la voz de su padre repitiendo lo mismo "ser homosexual está mal, ser homosexual está mal...", todavía con las mejillas mojadas por el reciente llanto.

¿Qué diría su padre al verlo así?

Para Jackson, su padre era como la vida, y le tenía mucho cariño a pesar de que este nunca estuviera en casa. Los dos se amaban mucho, sobre todo desde que su madre biológica había muerto. Pero, seguramente su padre estaría diciéndole que era un maricón por llorar así, que no lo quería en su casa, que se fuera del país para no verlo más...

Jackson volvió a las nueve de la noche ese día. Se acostó lo más rápido que pudo, e intentó ignorar a Jaebum, quien pedía disculpas por lo sucedido.

Al otro día, lunes para ser exactos, todo siguió normal. Su odio por JiMin no disminuyó, menos por JungKook. Odiaba que los dos se pudieran expresar de tal manera, tomándose las manos como si fueran novios, besándose sin importar que todos los mirasen mal... tal vez, Jackson tenía envidia.

Pero envidia, ¿de qué?

No estaba celoso de JungKook.

JiMin estaba en su lista negra, y sabía que nunca le podría gustar, ni en un millón de años. Tampoco JungKook. Se quedó unos minutos pensando en eso, hasta que llegó a su propia conclusión.

Él no estaba celoso de los dos porque le gustaba alguno. Jackson tenía envidia de ver cómo demostraban lo que eran al mundo, algo que no podía hacer él.

Tan rápido como llegó a esa conclusión, la quitó de su mente. Se volvió a repetir lo que su padre le había dicho a lo largo de los años, y volvió a casa como normalmente hacía.

Pero no todo fue normal al llegar a su hogar. Se escuchaban gritos de la segunda planta, los cuales no pasaron desapercibidos para Jacksom, por lo que subió las escaleras y se inclinó en la puerta donde se escuchaban los gritos, por curiosidad.

— ¡No puedes hacer eso, Jaebum! — Esa fue Hee Yoon— ¿Cuándo lo entenderás, hijo?

— ¡Lo siento! Pero no puedo evitarlo, mamá. — Respondió la conocida voz de Jaebum — Tú sabes como soy yo.

—Sí, lo sé. Pero te lo advertí el primer día que llegamos a esta casa.

—Uno no puede hacer nada contra el amor.

Jackson juntó las cejas todavía más confundido que antes.

—Si te lo estoy contando a ti, es porque sé que no me reclamarás nada. Eres mi madre y siempre estuviste para mí. Ahora más que nada te necesito — La voz del peli negro sonó como un susurro.

—Pero Jaebum... — Ella suspiró — Es tu hermano...

Jackson se alejó sin siquiera saber por qué. No les gustaba a donde estaba yendo la conversación, y a decir verdad, odiaba cuando alguien se metía en sus asuntos, así que en ese momento lo dejaría pasar.

Creyó que nadie se había dado cuenta de su llegada, por lo que de alejó de la puerta de lo más tranquilo hacia su habitación, donde se encerró para luego poner la música que usualmente escuchaba a todo volumen.

Tomó una de las pesas que hace algún tiempo su padre había comprado, y empezó su sesión de ejercicio. Al cabo de unos minutos, se sintió incómodo por el dolor en sus brazos, y decidió que la mejor idea era detenerse por un rato.

Jackson no tenía idea que, segundos después de terminar, Jaebum entraría a su habitación, sacándolo de su calma.

Entró como si fuera su propia casa, en un gesto nervioso que no ponía feliz al contrario. Cerró la puerta detrás de él, por lo que Jackson no pudo evitar comenzar a sentirse sofocado.

— ¿Qué quieres? — Preguntó con el tono habitual, completamente serio.

El rostro burlón que caracterizaba a Jaebum regresó, haciendo rodar los ojos a Jackson.

—Solo venía a preguntar si te había gustado el beso. — Sonrió.

—No quiero hablar de eso en este momento. — Murmuró, caminando por el lugar.

—Yo sí. — Jaebum detuvo a su 'hermano' por el brazo. — Y es lo que haremos ahora.

— ¿Quién te crees?

—Un chico gay que es mayor que tú, así que me debes respeto.

Jackson se burló mirando a Jaebum de arriba a abajo.

—No lo aparentas.

El menor se acercó a uno de los cajones en su armario, y de él sacó una remera sin mangas color blanco. Se quitó la que tenía encima, bajo los ojos de Jaebum, y se puso la nueva que tenía en sus manos.

— ¿Te ha gustado? — El mayor decidió ignorar lo que había dicho Jackson segundos antes.

—He dicho que no quiero hablar de eso. Si vuelves a insistir con ese tema me enojaré.

—Todos sabemos que te ha encantado, ¿no? — Jaebum sonrió —Eres gay, y quieres que te bese de nuevo.

—Ni soñando.

— ¿Te digo una cosa, Jackson? Apuesto a que eres un homosexual asustado de lo que los demás piensan. Pero con mi ayuda, te darás cuenta de que no es para nada malo ser gay.

— ¿A qué viene todo esto? Sé lo que soy; un homofóbico que no soporta maricas como tú.

Jackson no tenía idea por qué todavía no lo golpeaba. Si cualquier otra persona le estuviera diciendo eso, probablemente ya estaría en el suelo.

— ¿No sientes curiosidad ni nada?

Jackson no respondió. Ya se empezaba a impacientar de tantas preguntas y suposiciones.

—Estás que te mueres por besar a un hombre de nuevo.

Jaebum se acercó unos pasos y se puso detrás de Jackson, para después susurrar en su oído:

Porque eres un maldito gay.

Jackson simplemente no pudo contenerse más. Estaba lo bastante molesto como para tomar a Jaebum de los hombros y alejarlo de él en un empujón, sin quitar sus ojos molestos de su cuerpo.

—Cállate. —contestó, seriamente.

—Tengo una solución para que puedas ver lo que eres en realidad —prosiguió el peli negro.

—Cállate, ahora.

—Y esa es besarme.

Jackson enterró sus uñas en la palma de su mano. Ni en un millón de años haría eso.

—Tienes solo esta oportunidad. No somos hermanos, así que no veo nada malo en que lo hagas.

Jaebum lo estaba provocando. Y Jackson todavía no se daba cuenta de sus intenciones.

—No lo haré. —se negó, nuevamente.

Los dos se quedaron callados, mirándose el uno al otro. La habitación estaba a oscuras por la puesta de sol, mientras que los chicos parecían querer decirse miles de cosas con miradas fugaces.

Pensaron lo mismo al mismo tiempo. En un rápido movimiento que Jaebum casi no vio venir, Jackson tomó al peli negro por el cuello y chocó sus labios con los suyos, cerrando los ojos al instante.

Estaba besando a Jaebum.

Estaba besando a un hombre.

Estaba defraudando a su padre.

Pero, ¿por qué se sentía tan bien?

Ando jot, primer aviso HAAAAAAAA
JACKSON ES GEI MUY GEI

Pensé mucho en que shipp poner, pero definitivamente imaginarme a dos weyes mamdos y hermosos en modo joto me encantaaaaaa así k decidí poner a mis esposos, Jae es mi bebé y Jackson es mi papi i cantttt

Jackbum>>>

Wey ojalá me coman la boca así HAAAAAAAA MMSI

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