1O

Decir que JiMin se esperaba esa pregunta era una total mentira.

Nunca nadie le había preguntado algo relacionado con él, ya sea porque no eran sus amigos y no le importaba su vida; ya sean sus familiares que sabían la historia o parte de ella; o ya sean sus amigos de Busan, quienes decidieron no preguntarle nunca al castaño por el estado en el que estaba.

Sí, claro que sí; JiMin estaba dispuesto a contarle a JungKook sobre lo que pasó con su ex, pero no sabía por dónde empezar. ¿Cómo explicar todo lo que había pasado?

Así fue como el chico se quedó un gran tiempo pensando en cómo contestar esa pregunta, dejando a JungKook con la duda si estaba bien o le había pasado algo. De un momento a otro JiMin se había puesto tieso, como si no pudiera respirar, alertando a JungKook, quien había dejado de dar caricias en su cabello desde que abrió la boca.

—JiMin —lo llamó —No es necesario que respondas.

¿Que no es necesario? ¡Claro que lo es! Estaba que se moría por saber el pasado del castaño.

Aunque, pensándolo bien, si JiMin le decía su pasado, JungKook también tendría que hacerlo.

Con solo pensar en eso se estremeció.

—JiMin —volvió a llamarlo — ¿Estás bien?

— ¿Qué? Sí, sí, por supuesto —respondió rápidamente saliendo de su mundo.

—Puedo cambiar la pregunta si quieres —murmuró el ojinegro.

—No, está bien, supongo que si vas a ser mi amigo debes saberlo en algún momento —se sentó en la cama y se dio la vuelta hacia JungKook. —No sé por dónde empezar... —se rascó la nuca.

JungKook hizo una mueca al sentir el frío golpeando su pecho, pero se acomodó para tener una mejor vista del chico en frente de él.

— ¿Terminaron muchas veces?

—Unas cuantas — rió —Creo que alrededor de cinco o seis.

— ¿Y cuánto duraron?

—Un año.

JungKook tomó a JiMin por los hombros y lo puso en su regazo, teniéndolo como una madre sostendría a su hijo.

—Deberías empezar por cuando terminaron la primera vez.

—Eso es gracioso. —Sonrió — Porque terminamos por estupideces y volvíamos a la semana. Pero si no me equivoco, las dos primeras fueron por celos míos, las otras dos fueron por celos de él, y nos dimos un tiempo, así que cuento eso como que terminamos. La sexta fue la definitiva.

— ¿Y por qué se dieron un tiempo? —JungKook juntó las cejas.

—Porque él creía que yo no era 100% gay, y pensó que en cualquier momento me podría empezar a gustar una chica. — Murmuró. — Pero volvimos al mes.

— ¿Y la definitiva?

—Deberías prepararte. — Lo miró a los ojos. — Porque no te puedo contar solamente por qué terminamos, es necesario que sepas toda la historia después de eso.

—De acuerdo. —susurró el azabache, asustado de lo que podría saber a continuación.

JiMin suspiró.

—Empecemos con que llevábamos un año juntos, sin contar todas las veces que terminamos. — Desvió la mirada — Y todo iba bien, pero había algo que estábamos evitando hace meses; presentarnos como novios en frente de sus padres. Sus padres no lo sabían, el mío sí, y parecía como si ellos fueran los únicos que no se daban cuenta de nuestra relación. Teníamos una razón para no contárselo; ellos eran homofóbicos y lo habían recalcado millones de veces cuando yo iba a la casa de mi ex como un "amigo". Ellos me trataban mal por vestir como lo hago, y nunca dejaron de hacerlo. Decidimos el día de soltar la bomba, planificando todo si es que ellos lo tomaban mal. Pero salió peor de lo que esperábamos.

JiMin interrumpió su relato y miró los ojos de JungKook, quien no paraba de escuchar atentamente lo que el castaño tenía para decir.

—Debimos terminar antes —se lamentó —De todos modos no iba a funcionar.

Siguió con su relato segundos después.

—Sus padres se lo llevaron a otro país, en otro continente, muy lejos de mí. Él se sabía mi número de memoria y yo el suyo, así que seguíamos hablando de todas formas, cuando sus padres no estaban en casa. Tomé la decisión de terminar con él cuando pasó un mes de que se había ido. Él lo tomó bien y quedamos como amigos, sin dejar de comunicarnos por celular. Faltaban algunos días para que yo cumpliera dieciséis, y él me llamó un día antes, diciendo que haría lo posible para estar conmigo el día de mi cumpleaños. Pero no pudo hacer nada; sus padres lo escucharon hablando de eso y creyendo que seguía de novio conmigo, lo encerraron en un psiquiátrico, pagando montones de dinero para que tomaran la homosexualidad como una enfermedad. Ellos estaban locos. Prohibieron que mi ex tuviera cualquier contacto con la realidad, y no duró ni dos meses cuando me mandaron su carta de suicidio.

JungKook abrió los ojos, y limpió las lágrimas que se deslizaban por las mejillas del castaño silenciosamente.

—Yo lo quería mucho, él me quería mucho. Fue mi primer todo y yo fui su primer todo. En la carta decía algo así, y finalizaba poniendo que si podía, fuera a su funeral. Hice lo posible por ir, pero cuando llegué, sus padres no me permitieron la entrada. Luego no volví a saber de ellos. No supe nada más de mi ex, parecía como si nunca hubiese existido. En ese momento ya me había mudado de Busan, así que estuve muy solo durante los próximos meses. Puse esa foto en mi habitación porque además de ser mi ex, fue un gran amigo que prometí no olvidar, y también, ese día fue algo mágico para mí.

Tomó aire y se acurrucó en el pecho contrario, limpiando las lágrimas que le quedaban.

—Esa es la historia. —murmuró.

JungKook se quedó quieto, procesando todo lo que JiMin le acababa de decir. Sus brazos seguían abrazando al castaño por los hombros y cintura, pero estos parecían palos de madera en vez de brazos.

JiMin había sufrido incluso más que él.

—Por eso odio a los homofóbicos. —no pudo evitar murmurar, completamente furioso.

Pero, ¿furioso por qué?

 Por todo lo que el ex de JiMin había pasado. Por todo lo que los gays pasaban en ese momento. Porque aunque un homosexual se viera más seguido que antes, la sociedad no pudiese aceptarlo. Por todo eso y mucho más, JungKook estaba furioso.

—En ese entonces no tenías a nadie que fuera tu apoyo, ¿no? —JungKook susurró en el oído de JiMin. — Ahora me tienes a mí.

Al castaño le entraron ganas de llorar, de nuevo. ¿Por qué JungKook tenía que ser tan perfecto?

—Nunca te dejaré, JiMin.

—Lo sé.

Los dos se abrazaron, cerrando los ojos para disfrutar más el momento.

Lo malo de todo esto, es que a veces las promesas se pueden romper. Que a veces, cuando alguien quiere algo para él, no siempre se puede conseguir. Que a veces, una simple situación puede complicar todo lo perfecto que existía.

Pero ellos no lo sabían. Ellos recién eran amigos, a los cuales les quedaba un largo camino por recorrer para llegar a ser más que eso.

—Eres mi amigo, JiMin.

—Lo sé —murmuró en respuesta.

No estaban preparados para lo que se avecinaba.

Soy esto:

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