19
Hace media hora que los dos se habían despertado, uno observando al otro al momento de abrir los ojos, y el otro siendo observado. JungKook mantenía sus ojos pegados en el rostro del rubio, quien sonreía solo por sentir su mirada sobre la suya.
Los dos estaban muy felices. Se podía notar a kilómetros lo que había pasado entre ellos.
—Luces lindo hoy. — Habló el azabache, con voz somnolienta.
JiMin estaba radiante. Su piel blanca se veía como de bebé, con algunos lunares y chupones en partes que nadie se imaginaba. A JungKook le parecían perfectos cada uno de sus lunares.
Realmente los dos estaban en las nubes.
—Tú también. — Contestó el rubio, admirando el cabello desordenado de JungKook.
JiMin se movió en la cama, intentando buscar sus pantalones que seguramente se encontraban en el mismo lugar donde los dejó la noche anterior, pero no alcanzó a mover ni un pelo cuando un ligero dolor en su espalda baja le hizo volver a la posición inicial.
— ¿Te duele mucho? — Preguntó el de cabello largo preocupado, moviéndose para quedar más cerca del pequeño rubio.
— ¿Quieres que sea sincero?
—Sí.
—Entonces sí, me duele. — Respondió — Aunque valió la pena.
—Lo sé. Tus gritos ayer fueron escandalosos...
— ¡JungKook! — Le interrumpió, dándole un golpe en el brazo. — Cállate.
El mencionado sonrió y besó sus labios cortamente.
—Cállame. — Susurró en su boca.
Siguiendo las órdenes de JungKook, se lanzó a sus labios, ocultando una sonrisa y mordiendo su labio inferior. Este gimió contra su boca y se separó de él.
—Tranquilo. Acabas de despertar.
—No he hecho nada. — Se defendió inocente.
—Sí, claro. — Contestó con sarcasmo.
Luego, unos golpes en la puerta se hicieron presentes y los dos abrieron los ojos, alarmados.
—JungKook, hijo — llamaron — ¿Está JiMin allí?
—Sí, sí, ¿por qué, mamá?
—Su padre está llamando y pregunta cuando irá a casa.
JiMin abrió todavía más los ojos y volvió a moverse para buscar su celular, pero otra vez el dolor en su espalda baja vino y tuvo que volver a acostarse.
—En diez o veinte minutos. — Respondió el azabache, buscando la ropa interior de los dos por la cama.
—De acuerdo. — Se escucharon los pasos de la mujer por el pasillo, alejándose de la puerta.
JungKook se levantó de inmediato cuando estuvo seguro de que su madre no estaba cerca. Movió su cuerpo desnudo por toda la habitación, intentando encontrar la ropa que se habían quitado la noche anterior. Localizó todo a unos pies de la cama, doblado de tal forma que parecía para una tienda. No le dio mucha importancia a eso, simplemente tomó lo que estaba en el suelo y caminó hasta la cama, donde JiMin observaba el cuerpo contrario con un fuerte sonrojo en las mejillas.
— ¿JiMin? ¿Tienes fiebre? — Preguntó preocupado.
— ¿Qué? No, no, para nada... — Negó y alcanzó su ropa interior, poniéndoselo por debajo de las sábanas — ¿Por qué lo dices?
—Luces como un tomatito. —Contestó. — Pero me gusta.
Si JungKook creyó que el rubio estaba sonrojado, pues hizo mal, porque ahora estaba mucho más rojo que antes.
JiMin se vistió en unos minutos bajo la atenta mirada del azabache sobre él. Hubo un momento en el que tuvo que detener lo que estaba haciendo para decirle a JungKook que se coloque la ropa, lo que el chico hizo con una mueca en el rostro. Terminó mucho después que JungKook, aplicándose uno de los productos labiales que tenía en su bolsillo y que su hermana le había regalado hace unos días.
Los dos caminaron hasta llegar a la puerta y salieron, lo más normal que pudieron. Uno de ellos venía intentando caminar, y el otro hacía todo lo posible para tapar los diversos chupones que JiMin le había dejado. Sus pasos se detuvieron en la puerta, donde JungKook le sonrió al rubio y tocó su mejilla.
— ¿Quieres que te vaya a dejar? — Preguntó.
—No, yo puedo ir solo.
—Entonces anda con cuidado, cariño — Dejó un beso en sus labios y cerró los ojos, disfrutando del roce que se creaba por juntar sus bocas.
JiMin se quedó quieto en su lugar, con los ojos abiertos y mirando a la nada. ¿JungKook le había dicho cariño? ¿No se suponía que los novios se decían eso?
— JiMin — El azabache pasó una mano por su cara, rompiendo el sueño que tenía. — Estás bien, ¿no?
—Sí, sí, perfectamente perfecto, todo bien, absolutamente. — Respondió demasiado rápido.
JungKook sonrió confundido.
—De acuerdo. — Le restó importancia. — Recuerda llamar cuando llegues a tu casa, no quiero que te pase nada...
—No lo olvidaré. — JiMin sonrió.
Se puso de puntas para alcanzar los labios ajenos, y cuando lo logró, no pudo evitar sonreír todavía más amplio.
Para los ojos de cualquiera se veían como novios enamorados, cuando en realidad, ninguno de los dos había preguntado al otro si quería ser su pareja oficial.
Y claro, a JiMin no le molestaba en absoluto que Jung Kook no le haya preguntado si quería ser su novio, ya que le gustaba ir lento (aunque ya habían tenido sexo, lo que no tenía mucho sentido) y no estaba tan desesperado para ser de un día a otro el novio de JungKook. Pero todo ese tema se volvió un poco pesado cuando, al llegar a casa, dos de sus hermanas corrieron hasta él preguntando millones de cosas a la vez.
— ¿Ya aflojaste?
— ¿Hicieron el delicioso?
— ¿Es bueno en la cama?
— ¿Te ha gustado?
— ¿Son novios?
—Deberías preguntarle si quiere ser tu novio.
— ¿No podrías llevar a JungKook a una cita?
— ¿Ya se maman...digo, aman?
Entre otras cosas que JiMin apenas alcanzó a procesar.
Tuvo que detener a Eunha y Nayeon con la mano en alto, pidiendo que se callaran por un segundo. Las dos chicas no paraban de hacer preguntas y eso ya tenía un poco sofocado a JiMin.
—No somos novios. — Contestó a la única pregunta que recordó.
— ¿Qué? —Eunha casi gritó — ¡Pero JiMin!
—Se nota a metros que ustedes dos se quieren. — Prosiguió Nayeon.
—Y necesitan estar juntos. ¿Acaso no se han dicho te quiero todavía?
JiMin rodó los ojos y siguió con lo que estaba haciendo. Intentar escapar de sus hermanas.
—Apenas tenemos cinco días de estar intentándolo. — Murmuró.
— ¿Y qué? ¿No te acuerdas de papá y mamá?
—Ellos fueron mejores amigos por cinco años, se besaron un día y al otro eran novios.
El rubio ya estaba perdiendo los nervios. Las chicas parecían estar de acuerdo en todo lo que salía por sus bocas.
—Sí, bueno, pero yo soy JiMin y él es JungKook, no somos mamá y papá.
—Pero...
—Hey, chicas, ya dejen al pobre JiMin. — Interfirió una voz más madura que las otras dos — ¿No ven que lo ponen incómodo?
—Gracias, Yuju — Le agradeció a su hermana mayor, y salió del lugar donde estaba para subir a su habitación.
Eunha y Nayeon se miraron con una ceja alzada, y luego compartieron una mirada con Yuju. Las tres chicas volvieron a observar la puerta por donde su hermano había salido, y dos de ellas sonrieron.
— ¿Viste como caminaba? — Preguntó una a la otra.
—Ya lo hicieron. — Susurró sin ocultar su sonrisa.
—Ustedes son imposibles. — Yuju negó con la cabeza. — Además, no puedo creer que se dieran cuenta ahora. Tenía su cuello cubierto de chupones.
— ¿En serio? —la menor de las tres preguntó.
Se quedaron un tiempo más conversando acerca de la extraña relación que JiMin tenía con el azabache, hasta que tuvieron que salir. Pero mientras ellas conversaban de eso, JungKook ya estaba siendo interrogado por alguien mucho peor; su madre.
— ¿Por qué no le pides que sea tu novio? — Preguntó en la cocina, preparando el almuerzo.
—No lo sé, JiMin no se ve como un chico de noviazgos.
—Pero me dijiste que él había tenido un novio, ¿no?
—Podría haber sido uno muy importante.
— ¿Y tú no lo eres para él?
JungKook se quedó callado.
Sí, sabía que al rubio le gustaba. Y sabía que él también le gustaba. Pero no tenía idea si el ritmo de JiMin era rápido o lento con respecto a las relaciones, o si le agradaría que de un día a otro JungKook le preguntase si quería ser su novio.
Era estúpido pensar en el ritmo de JiMin cuando la noche anterior habían tenido sexo sin siquiera ser novios.
—Realmente no lo sé. — Respondió.
—Yo creo que sí, ¿sabes? — Su madre contestó — Y aunque él no lo demuestre, estoy segura de que JiMin está esperando a que le preguntes sobre eso.
— ¿Eso piensas?
—Bueno, no lo pienso, lo sé. Sé cómo te mira él y sé cómo tú lo miras; es igual como yo miraba a tu padre.
JungKook se tensó al escuchar la mención de su padre y miró a su madre con lástima.
— ¿Lo llevas bien? — Preguntó.
—Sí, ya está superado. Pero no hablamos de mí, hablamos de tu relación con JiMin.
Hye volvió a moverse por la cocina, buscando uno de los ingredientes de la cocina.
—Estoy segura que te dirá que sí, si lo preguntas. Y quién sabe, quizás duren tantos años hasta tener sesenta y estar casados.
JungKook se sonrojó y escondió su rostro en sus manos.
—Lo haré. — Decidió.
—Y yo te ayudaré — Hye sonrió.
(🍨)
Maraton o q?
Like y maraton LARGOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
👊👌😔
O
MG OMG NO RECORDABA DEJAR TAN ABANDONADA ESTA HISTORIA OMG
PERDÓN PERDÓN
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