14
JungKook recién pudo salir de su estado de shock cuando JiMin salió del local. Nancy lo observaba con una sonrisa en el rostro, pero luego se fue borrando al notar que el chico no estaba tan feliz como ella esperaba.
Entonces pudo comprender todo.
Miró en la dirección que JiMin se había ido, luego devolvió sus ojos hasta JungKook y repitió la misma acción dos veces más.
—No te gusto yo, ¿verdad? — Murmuró la chica, alejándose unos centímetros del azabache.
JungKook no respondió.
—Te gusta el castaño. — Adivinó. — Y yo acabo de arruinarlo todo. ¿Me equivoco?
—N-no, ¡No! Pero JiMin... —JungKook se movió inquieto en su lugar, sin saber qué hacer.
— ¿Por qué no me dijiste que eras gay? — Preguntó Nancy totalmente dolida.
—P-porque y-yo... — Empezó a explicar.
—Hey. — La pelinegra cambió su rostro a uno sonriente y detuvo a JungKook con una mano. — Después me lo explicas. Deberías perseguir al chiquito.
— ¿Perseguir?
—Exacto. ¿No viste su expresión? Parecía que en cualquier momento se iba a morir. Si tanto te importa JiMin, es necesario que lo vayas a buscar.
— Pero estará ocupado.
—Apuesto a que era un simple invento. — Le dio palmadas en la espalda. — Ahora empieza a correr. Yo llevaré las cosas a casa.
JungKook reaccionó segundos después. Sin importar cuan ridículo se podía ver, dejó su silla, dejó el local, dejó el centro comercial y dejó a Nancy en la tienda solo para correr hasta donde quedaba la casa del castaño.
Agradeció en silencio a JiMin por darle las indicaciones de llegar a su casa sin perderse. Sus pasos eran apurados, los cuales solo se detenían para esperar en un cruce, pero volvían a moverse de la misma forma cuando podía cruzar las calles. Todo en él parecía agitado, como si fuera tarde para una cita o entrevista de trabajo.
Cuando en realidad, podía perder a un amigo si no llegaba a tiempo.
Se pasó dos veces la casa de JiMin por su rapidez, pero no se demoró nada en darse cuenta. La casa era gigante, por lo que cuando por fin estuvo en frente a ella, no pudo evitar darse un golpe al ser tan tonto como para pasarse.
Tocó la puerta de forma desesperada. No abrieron hasta que él tocó por segunda vez, y una chica apareció por el otro lado, mirándolo con una mueca.
—Hola, ¿qué desea? — Preguntó educada.
La chica era linda. Pelinegra, de ojos oscuros y piel hermosa. Pero parecía un adulto joven que iba a la universidad.
—Busco a JiMin. —Respondió el chico. — Soy JungKook...
— ¿JungKook? — Se preguntó ella misma.
El azabache ya estaba por botar la puerta y volver a correr hasta la habitación de JiMin. Solo quería llegar de una vez.
—Hola JungKook — Saludó Nayeon desde adentro, haciendo un lado a la otra chica. — Ella es Yuju, una de nuestras hermanas. Nunca se habían visto, pero JungKook es amigo de JiMin hace como dos meses.
—Oh — Yuju asintió. — Dice que busca a JiMin.
— ¿Y por qué no lo has dejado entrar, entonces? — Nayeon se hizo a un lado, dejando un espacio para el chico.
—Ya sabes, porque puede pasar lo mismo que...
—Vale, ya entiendo. — Interrumpió la menor. Se giró hasta JungKook y le sonrió — JiMin está arriba. Nosotras vamos a salir, así que no hagan ninguna fiesta. Dile a JiMin que Eunha se quedará hasta tarde en clases de teatro.
—De acuerdo. — Murmuró.
JungKook se dio media vuelta para empezar a subir las escaleras de a dos. Escuchó mientras llegaba al segundo piso la puerta de entrada cerrarse, así que concluyó que las dos hermanas ya habían salido.
Así que JiMin y JungKook estaban completamente solos.
De solo pensarlo se estremeció.
La puerta de JiMin estaba cerrada, por lo que el azabache tuvo que tocar levemente para llamar la atención del ojiazul.
—No quiero hablar, Yuju.
A JungKook se le encogió el corazón por escucharlo. Su voz estaba rota, como si estuviera llorando recientemente.
Abrió la puerta de forma lenta y asomando la cabeza solo un poco.
—No soy Yuju. — Murmuró.
Algo en su interior le hizo abrir la puerta de golpe y cerrarla, para quedar sumergido en la completa oscuridad. Se acercó a pasos lentos y se sentó en la cama del castaño.
— ¿Qué haces aquí? — Preguntó el castaño luego de unos segundos. —Deberías estar con Nancy, hacen linda pareja.
JiMin solo se podía ocultar entre las sábanas. No quería que JungKook lo viera en ese estado, menos por él.
—Te fuiste demasiado rápido.
—Tenía cosas que hacer.
—Estás acostado.
—Porque ya las hice.
JungKook pasó una mano por su cabello y luego tocó la figura de JiMin.
— ¿Has estado llorando? — Preguntó en un susurro.
—No.
—Mírame.
—No.
JungKook rodó los ojos por la terquedad del pequeño castaño.
—Será mejor que te vayas, JungKook. —Murmuró JiMin. — Me gustaría estar solo.
—No quiero irme.
—Yo quiero que te vayas.
—Pero yo no.
—Fuera de aquí, JungKook — El castaño sintió sus labios temblar y usó el tono más rudo que podía tener. — Por favor, fuera.
—No me iré.
JiMin sintió al azabache tomar su manta y forcejeó para que este no le quitase su escudo. Terminó perdiendo, por lo que se dio la vuelta para no mirar a JungKook, pero él lo tomó por los hombros y dejó su cuerpo mirando hacia arriba.
— ¿Por qué lloras?
JiMin se mantuvo en silencio. ¿Por qué lloraba? Por JungKook, por su corazón roto, por el beso que había visto, por querer al chico tanto como lo hacía en ese momento...
—Porque eres un mentiroso.
Obviamente, JiMin nunca le diría eso a JungKook. O eso creyó.
— ¿Desde cuándo?
— ¡Desde siempre! — Gritó el castaño, explotando completamente. — ¡Dijiste que no te gustaba!
— ¿Quién?
— ¡Nancy, esa "amiga" que tanto quieres!
JungKook juntó las cejas por los gritos de JiMin.
—No me grites.
— ¡Yo te grito si quiero, joder! — Se sentó en la cama. — ¡Maldito idiota!
— ¡¿Qué te he hecho yo para que me trates así?!
—Eres una mierda.
JungKook abrió los ojos al escuchar a JiMin decir esa palabra.
— ¡Eres una mierda, mentiroso, idiota y bueno para nada!
El castaño sintió como las lágrimas se acumulaban en sus ojos y las quitó de forma brusca.
—JiMin...
— ¡¿Por qué me besas y luego haces lo mismo con otra?! —Exclamó. — ¡¿Por qué me haces ilusiones de ese tipo...?!
JiMin calló cerrando la boca de golpe. Había dicho demás. Ahora todo se iría a la mierda, y solo por su culpa.
— ¿Estás celoso? — Una pequeña sonrisa apareció en el rostro de JungKook.
— ¿Qué si lo estoy?
Si había empezado, debía terminarlo.
— ¿Te gusto?
—No contestaré eso. — Apretó la mandíbula al mismo tiempo que sentía el cuerpo de JungKook acercarse — ¡Aléjate hijo de perra!
—Tranquilo...
— ¡No me digas qué hacer! ¡No quiero volver a verte!
Nuevamente, sintió las lágrimas deslizarse por sus mejillas, pero no hizo nada por quitarlas.
— ¡Tú y tu maldita estupidez de andar besando a la gente como si nada! — Bajó la mirada. — Me haces daño, JungKook.
—No podría hacerlo.
—Lo estás haciendo ahora.
—JiMin. — Lo llamó y tomó sus mejillas para mirarlo mejor. — Te prometo que nunca te haré daño.
—P-pero no q-quiero verte...
—No me importa.
Limpió sus lágrimas con los dedos pulgares y se acercó más a él.
—Estoy enojado contigo.
—No me importa.
Tocó sus labios con un dedo, sin quitar sus ojos de la boca de JiMin. El castaño se veía perfecto. Era perfecto.
—Quiero besarte. — Susurró sobre sus labios.
—No puedes hacerme enojar y besarme, simplemente no puedes.
Aunque JiMin demostrase negación, estaba que se moría de los nervios por sentir nuevamente los labios de JungKook sobre los suyos.
De pronto, todo el enojo se evaporó y olvidó por completo a Nancy, a sus hermanas, a Jackson, a absolutamente todo el mundo, menos a JungKook. Miró los ojos del azabache y tocó su brazo, desesperado por algún contacto entre los dos.
—No me importa. — Susurró JungKook por última vez.
Sin esperar alguna otra negación por parte de JiMin, juntó sus labios lentamente, disfrutando de la sensación que el castaño le causaba. Los suaves labios de JiMin acariciaron los suyos y se sintió en los cielos.
Si ese era un sueño, JungKook le rogaba a los dioses para que nunca se acabase.
Las manos de JiMin subieron por su brazo hasta quedar en su cuello, acercándolo más a él. Primero empezó con un beso lento y tímido, donde los dos intentaban disfrutar de las caricias que sus labios proporcionaban. Pero luego, no fue suficiente. El beso se transformó en uno salvaje, con JungKook teniendo todo el control de la situación.
JungKook metió su lengua de forma rápida, sorprendiendo a JiMin y haciendo a este dar un jadeo en sus labios. Aprovecharon ese momento para tomar aire y seguir con el beso, que parecía nunca acabarse. Sus bocas se movían con sincronía, las dos hechas la una para la otra. Podía decirse que ninguno de los dos quería acabar con el beso, pero luego de unos segundos, donde JungKook se inclinó un poco para llegar mejor al castaño, tuvieron que separarse.
Fueron solo unos centímetros los que estuvieron lejos. Mantenían los ojos cerrados, todavía sin poder creerse que habían dado el primer paso, uno de los muchos que se aproximarían en el futuro, pero al fin y al cabo; el primer paso.
JungKook dejó tres besos pequeños en la boca de JiMin, y luego soltó su cuello y se alejó para poder apreciarlo. JiMin, al notar que el azabache se alejaba, abrió los ojos de golpe y observó sus ojos.
JiMin se veía demasiado perfecto para ser verdad.
Sus ojos, un poco hinchados por el reciente llanto y sus labios rosas no hicieron más que sacar un suspiro por parte de JungKook. Tenía su cabello un poco desordenado, al igual que la ropa, y sus brazos seguían afirmándose por el cuello del azabache.
Casi una obra de arte para JungKook.
JiMin, en cambio, a pesar de estar muy feliz por el beso que había compartido con su "amigo" (ya no sabía si llamarlo así o no), no pudo evitar pensar que JungKook luego de besarlo, se sentiría arrepentido.
Se suponía que JungKook era heterosexual, ¿cierto?
—JiMin. — Lo llamó — Yo te gusto, ¿verdad?
El castaño se sonrojó y parpadeó varias veces, nervioso.
— ¿Gustar de qué forma?
—No como amigos. Como algo más que eso.
Claro que le gustaba. Le encantaba. Sentía que a su lado todo estaría bien, que nadie lo podía dañar como lo habían hecho antes. Pero no quería decirlo.
— ¿Yo a ti te gusto? — Respondió con otra pregunta.
—Vamos a ver... — JungKook juntó las cejas en un gesto falso de confusión. —Eres lindo, usas ropa genial, tienes un gran sentido del humor...
Miró a JiMin, escondiendo una sonrisa.
— ¿Cómo no me podrías gustar?
—P-porque yo s-soy...
—No importa, me sigues gustando. — Tomó las manitos del castaño y las entrelazó con las de él. — Pero la pregunta es si tú gustas de mí.
JiMin sonrió un poco. Nunca había sido bueno para expresar sus sentimientos a alguien, pero no le gustaba dejar pasar esa oportunidad de ser sincero solo por no saber decir un "me gustas".
Volvió a pasar sus manos por el cuello de JungKook y lo acercó a él.
—Si te digo que sí, ¿qué haces?
—Te besaría.
—Entonces deberías hacerlo.
JungKook sonrió grande pero no lo besó.
— ¿Eso es un sí?
—Eso es un 'me gustas y quiero que me beses'.
El azabache siguió las órdenes que JiMin le daba, juntando sus labios otra vez. Los dos sonrieron en medio del beso, y olvidaron completamente por qué habían terminado en esa situación. Lo único importante en ese momento era besar al otro, diciendo sin palabras lo mucho que sentían con solo un pequeño roce.
Porque los dos, se gustaban. Y estaban felices de demostrarlo.
🍒
mE CALMO
Hoy estoy de buen humor porque hay fiesta en mi kza y va a haber mucha comida mexica TT MAÑANA ES 15 HAAAA LPM
¡VIVA MÉXICO! Y QUE CHINGUE SU MADRE TRUMP
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