13

Algo que sorprendió a JungKook en la hora del receso fueron las ojeras que JiMin tenía bajo los ojos.

Parecía como si no hubiera podido dormir toda la noche, y aunque sabía que el ojiazul usaba maquillaje para taparse las imperfecciones (las cuales eran muy pocas), estas ojeras se notaban mucho más de lo que normalmente hacían.

Ese día con suerte compartían una clase, la cual era español, y no podían hablar nada ya que era hora de examen. En resumen se vieron con suerte tres veces en el día; una cuando JiMin fue corriendo a buscar sus libros y no se dio cuenta de que JungKook lo llamaba; otra cuando estaban en el examen de español; y la última fue en la hora de almuerzo.

Ninguno habló del tema que había pasado el día anterior. Sí, los dos querían sacar la conversación respecto a eso, pero no sabían cómo hacerlo.

"Oye, quiero besarte de nuevo, ningún problema, ¿cierto?"

"Fue una pena que mi madre nos interrumpiera, ¿lo intentamos de nuevo?"

Mil veces no.

Las clases terminaron temprano. Alrededor de las cuatro JiMin y JungKook se encontraban saliendo de la escuela cuando el castaño se acordó de algo en su casillero y dejó solo al azabache en la puerta por lo que parecieron horas.

Pero lo que no sabía JungKook, era que mientras esperaba, su lindo castaño estaba siendo intimidado por otro chico mucho más alto que él, ojos café y cabello oscuro como el carbón.

Exactamente; Jackson Wang.

JiMin estaba cerrando su casillero cuando sintió que alguien lo tomaba por los hombros y lo daba vuelta, dejándolo sin escapatoria. Sus libros cayeron al suelo por el susto y miró a Jackson en frente suyo.

—Sabes... — Empezó a decir el chico, sin dejar de observar sus ojos. —... odio completamente a los chicos como tú.

Apretó su agarre en los hombros del castaño ganándose un gemido de dolor por su parte.

—No te he hecho nada. — Dijo en un susurro JiMin. — No intencionalmente.

—Oh, claro. — Jackson hizo una sonrisa falsa. — Ustedes nunca hacen nada. Siempre son los buenos de la historia, los que siempre son defendidos, pero ¿te digo algo? Son peores que yo.

—No entiendo lo que dices. — Los ojos de JiMin se cristalizaron por la desesperación. — Déjame ir y no haré nada que no te guste.

—Obviamente no entiendes lo que digo, pero deberías hacerlo. — Se acercó hasta quedar a centímetros de su cara y lo miró de forma amenazante. —Tú, maldito gay infeliz, vas a ir al infierno por demostrar lo que no se puede hacer.

De golpe, soltó a JiMin haciendo que este se fuera al suelo dejando salir un chillido. Jackson se separó y miró al chico botado en el suelo, cambiando su expresión amenazante a una sonriente.

—Que pases una linda tarde. — Le sonrió y se dio la vuelta, para luego doblar en la esquina del pasillo.

Después de unos segundos procesando lo que acababa de pasar, JiMin tomó sus libros del suelo con las manos temblorosas y salió lo más rápido posible del establecimiento. No podía pensar en Jackson. Debía enfocarse en JungKook, en lo que haría con él esa misma tarde.

Pero nuevamente, sintió su corazón romperse al ver a Nancy hablando con JungKook en la salida, los dos sonriendo felices. Hacían una pareja linda, de esas que todos querían aunque ni siquiera los conocieran.

Se acercó a pasos sigilosos hasta Nancy y JungKook. Tocó con el dedo índice el hombro del chico y este se giró quedando en frente del castaño, y juntó las cejas en un gesto molesto, pero sin pensarlo dos veces, pasó sus manos por los hombros de JiMin.

— ¿Por qué tardaste tanto? — Preguntó JungKook. — Pensé que te habías arrepentido.

—No me puedo arrepentir.

JiMin hizo una mueca disimulada por el dolor que le provocaban los brazos de JungKook alrededor de su cuello, donde minutos antes Jackson apretaba hasta hacer al castaño gemir de dolor.

—Hablando de eso. — JungKook se giró hasta Nancy. — Le comenté a Nancy sobre lo que haríamos esta tarde y le pareció genial la idea.

— ¿Qué? — El ojiazul casi gritó, sin comprender del todo.

—Los acompañaré a su tarde de compras. — Nancy dio aplausos en el aire. —Después de todo necesitan consejos femeninos para vestir bien.

La pelinegra pasó una mirada por el cuerpo de JiMin, quien vestía con jeans ajustados y una remera púrpura.

—Aunque JungKook ya te tenía a ti. — Murmuró Nancy haciendo una mueca de disgusto.

JiMin bajó la cabeza sintiéndose basura.

Sí, era verdad que parecía una chica vistiendo de esa forma, pero, ¿qué tiene? Le gustaba como le quedaba ese color y la ropa era muy cómoda. Pero si algo desanimaba al castaño, era que le dijeran cómo en realidad se veía a los ojos de un desconocido; como un chico lo bastante femenino como para hacerse pasar por una chica.

JiMin no era una chica, se sentía cómodo siendo hombre. De eso estaba seguro.

—Vamos. — Dijo JungKook, sin dejar de sonreír a la chica.

¿Eso era todo? ¿No le diría nada a Nancy?

El camino fue largo para los tres. Se fueron caminando hasta llegar al centro comercial, el cual a pesar de ser día de semana, estaba completamente lleno. Era como si toda la gente del lugar estuviera por la misma razón que JungKook y JiMin; buscar un traje para la graduación.

Pasaron por dos tiendas hasta que JungKook vio una corbata color rosado, la cual llamó su atención. JiMin, quien se encontraba a solo dos metros de JungKook, se acercó a él y tomó la corbata que sostenía en sus manos. Nancy había dicho hace unos minutos que iba a buscar camisas para los dos, por lo que los dos chicos estaban completamente solos.

—Está linda. — JiMin sonrió.

— ¿En serio? — Los ojos de JungKook se iluminaron. — Pensaba que lo sería para ti.

— ¿Para mí?

El ojinegro asintió con la cabeza.

—Podrías usarla junto una camisa blanca o... — Empezó a decir JungKook, pero se interrumpió al ver las camisas reposando a unos metros. — ¡Mira, JiMin! ¡Son camisas rosadas!

Dejó la corbata a un lado y sacó una negra del montón, luego corrió hacia las camisas y le hizo una seña al castaño para que se aproximara.

—Esto definitivamente te quedaría bien. — Murmuró, después miró de forma disimulada el cuerpo del castaño. — Sí, te quedaría perfecto.

— ¿Quién es el animado por comprar ahora? — JiMin rió.

JungKook decidió ignorarlo y dio un salto emocionado. La sonrisa de conejito que a JiMin tanto le gustaba se mostraba en todo su esplendor y no pudo evitar sonrojarse, ya que se dio cuenta segundos después que podía verse como un chico enamorado.

—Puedo usar eso si quieres. — Ofreció el castaño.

—Por supuesto.

— ¿Lo harías? ¿Por mí?

Los dos se vieron interrumpidos por una voz femenina, la cual obviamente pertenecía a Nancy desde algún lugar de la tienda. Ella traía algunos pantalones y alrededor de dos camisas, una blanca y otra azul. Les sugirió las prendas de vestir pero a ninguno de los dos les gustó algo, así que solo compraron la camisa y la corbata para JiMin.

Fueron así de tienda en tienda hasta completar su objetivo. Nancy había sido de mucha ayuda al recomendar las prendas (al principio no había acertado, pero a medida que pasaba el tiempo supo cuales cosas escoger y cuales no) y al final de todo, JungKook quedó con un traje y corbata negra, junto con una camisa blanca. La corbata la había escogido JiMin, ya que tenía diseños extraños que llamaron la atención del castaño desde que entró a la tienda. Y JiMin quedó como JungKook se lo imaginaba; traje y corbata negra, y una camisa rosa pálido, la cual quedaba hermosa en la piel del ojiazul.

Decidieron tomar algo al casi finalizar la tarde de compras. No habían comido desde que salieron de la escuela, por lo que pasaron aproximadamente tres horas sin comer. Lo suficiente como para tener a Nancy, JungKook y JiMin muertos de hambre por las tiendas del centro comercial.

Entraron a un local pequeño en el que vendían café y cosas dulces como galletas o tartas de manzana. JiMin solo pudo pedir un cappuccino cuando tuvo que ir al baño. Dejó todas sus cosas en la mesa donde Nancy y JungKook estaban, y salió corriendo siendo perseguido por los ojos del azabache.

—Dime una cosa, JungKook. — Nancy puso un mechón detrás de su oreja y se acercó al mencionado para hablar en un susurro. — ¿Solo tienes al chiquito de amigo o hay más en la escuela?

—Solo a él. No creo necesitar a nadie más. — Respondió el azabache. — ¿Por qué?

—Oh, nada. Me preguntaba cómo no tienes más amigos si en tu antiguo establecimiento tenías a casi toda la escuela detrás de ti.

—Creo que cambié. — Le dio un mordisco a su tarta de frambuesa. — Ya no quiero los falsos de antes. Es mejor JiMin que todos los demás.

Nancy juntó las cejas.

— ¿Ni siquiera has conocido a una chica?

—No, no tengo tiempo.

—Apuesto a que la pasas todos los días con ese chico y por eso no estás de novio con una cualquiera. — Intentó adivinar la pelinegra.

—Podría decirse que sí. Pero no me quejo; me gusta pasar tiempo con JiMin.

—En fin. — Nancy le restó importancia haciendo un gesto con su mano. —Supongo que tengo que agradecerle a JiMin.

— ¿Por qué?

—Ya sabes, por alejar a todas las zorras de ti.

—Oh.

JungKook siguió comiendo, sin darse cuenta de que los ojos de la chica en frente de él, lo escaneaban de forma divertida. Nancy soltó una risa y volvió a sentarse.

—Eres muy ciego. — Murmuró demasiado alto, con intención de que JungKook escuchase.

—No entiendo de qué hablas.

—Ya sabes. — Nancy se levantó de su asiento y tomó el puesto que JiMin ocupaba, al lado de JungKook. — Puede haber una chica mostrando los pechos frente a ti y tú estás en otro mundo.

—Ninguna chica ha intentado hacerlo hasta ahora. — JungKook se quedó en su lugar, un poco confundido por la actitud de su amiga.

—Exacto. — Murmuró y tocó el brazo del azabache. — Creo que te gusta alguien.

JungKook dejó de comer de golpe y tensó sus manos.

—Interesante. — JungKook suspiró.

— ¿Puedo adivinar? — Preguntó, y sin esperar respuesta comenzó a hablar. — ¿Podría ser Somin, tu vecina anterior? ¿O tal vez Jiyeon?

— ¿Qué intentas? — JungKook se giró hasta la chica, mirándola a los ojos.

—O también. — Prosiguió — ¿Podría ser... yo?

— ¿Qu-

JungKook se vio interrumpido por los labios de Nancy, intentando hacer un beso sin mucho éxito. La pelinegra estaba casi encima de él, pasando sus largos dedos por el cabello ajeno, y JungKook mientras tanto, hacía lo posible para alejar a la chica. Nancy era una mujer, y no podía simplemente golpearla para terminar ese beso.

Solo hicieron falta segundos para que el azabache por fin alejase el cuerpo de Nancy. La chica tenía una gran sonrisa plasmada en el rostro, demostrando lo feliz que estaba por compartir ese momento con JungKook.

Justo cuando el azabache iba a reclamar, se dio cuenta de algo. Metros adelante, un chico castaño miraba todo con ojos abiertos y sostenía en sus manos su celular.

Eso no fue lo que causó que JungKook se pusiera triste. Fueron los ojos de JiMin, que estaban con brillo por las lágrimas formándose en ellos. JungKook odiaba ver a JiMin llorar, y probablemente el castaño lo haría en cualquier segundo.

—Siento interrumpir. — Susurró, y se acercó solo unos pasos. — Mi hermana ha llamado y tengo que irme.

JiMin se sorprendió de la forma en la que habló tan normal.

—No hay problema. — Respondió Nancy por JungKook.

El azabache no podía responder. Se encontraba en estado de shock.

Sin esperar alguna otra respuesta, JiMin tomó todas sus cosas y salió de la tienda, sin olvidar dejar dinero por el café que había comprado. Se fue casi corriendo del centro comercial, con las lágrimas asomándose por sus ojos y sintiendo la misma traición que años antes había vivido.

¿Por qué tenía que ser tan tonto? ¿Por qué no se dio cuenta que JungKook era heterosexual? ¿Por qué JungKook había jugado con sus sentimientos días antes, haciendo ilusiones al besarle?

Solo faltaban dos manzanas para llegar a su casa cuando rompió a llorar, sin poder contenerse ni un segundo más.

Un chico, solo, con el corazón roto.

¿Quién diría que terminaría así?

🍒

No me los merezco TT son unos bebés tiernos y hermosos, estoy tan agradecida con ustedes, lo que comentan y lo que dejan en mi tablero aveces me hace llorar TnT porque ustedes son tan lindos y yo NO PUEDO CON TANTO AMOOR así que, yo cuando pongo que los amo, es porque realmente los amo. Muchas gracias por todo, de verdad.


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