xlvi.
luke despertó ante el movimiento repetitivo en su costado, michael estaba casi sobre él y temblaba, quizás era el frío, o la alta temperatura que tenía. eran las tres de la madrugada, su mejor amigo temblaba, tenía fiebre y no sabía qué carajos hacer.
"mikey, mikey." susurró moviéndolo, pero de una manera inconsciente michael se aferró a su mano y la apretó en su pecho.
"quédate aquí."
"¿qué? no me voy a ir."
"quédate, el suelo está frío."
"¿el suelo?"
"cuando caí me dolió un poco, ¿cómo le digo a mis padres? ellos son religiosos." balbuceó.
estaba alucinando por la alta temperatura.
"a mí también me dolió la caída, michael." susurró, aunque él chico no sabía si lo oía. "me dolió, siempre fuiste tú, podía verte a mi lado, y sólo me hundías más, me hundías en este sitio que no sé cómo denominar."
"te quiero." murmuró. "te quiero hoy, mañana y por mucho tiempo."
"yo también." trató de quitar su mano para abrazarlo y el mayor se quejó, aún con sus ojos cerrados.
"no me dejes ir." rogó oyéndose tan asustado. luke posó un beso en sus labios de manera suave.
"no te dejaré ir."
y michael se sintió protegido.
-
si yo me enfermo quiero que alguien me cuide así y me diga que me quiere :-(
salí iralbi morirás sola.
¿quién más está muriendo con esto? ¿nadie? ¿no? okso bai.
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