ya hacía una semana que michael había enviado la carta, obviamente esta había sido entregada y posteriormente leída, pues sus padres nunca dejaban una carta sin leer por más de dos horas, era algo típico de ellos. no obtuvo respuesta, quizás estaban lo suficientemente decepcionados como para no hablarle. pero a él no le importaba, luke sostenía su mano, susurraba en su oído y acariciaba su pelo. ¿por qué habría de importarle si sus padres no soportaban que fuese gay? tenía algo más importante que una respuesta. tenía a luke.

"cariño, no importa si ellos no responden."

"los decepcioné, luke. ¿sabes cuántas veces repetía que sería exitoso y me casaría con una mujer hermosa? mamá creía todo eso, papá se sentía orgulloso."

"¿te avergüenza? ¿estar conmigo?" luke dijo con su mirada tornándose aguada.

"me avergüenza decepcionarlos."

"bien." tragó, quitando su mano del pelo del mayor. "no lo hagas, ¡sal de aquí y consigue a una mujer hermosa!"

"luke."

"¡luke un carajo, michael!" gritó exasperado. "tienes todo el santo día quejándote de que podrían estar decepcionados, ¡si tanto te duele ve y haz que estén orgullosos!"

"¡quizás sí debería hacerlo si reaccionarás así cada vez que necesite tu apoyo!"

"oh, no. ¡a mí no me cortas con una hoja de papel mojada! cada maldito día que necesitaste de mí ahí estuve, ¡joder, si no estuve! he estado desde hace un año y medio viendo sólo hacia ti. haz lo que quieras."

michael vio al menor salir de ahí, con toda aquella rabia enrojeciendo su cara.

y sintió que había roto a la única persona que jamás le fallaría.

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díganle sí al odio.