Regalo de navidad 2/2


Los ojos ámbar detallaron cada milímetro de la brillante pieza. Baekhyun inclusive podía distinguir su reflejo en ella. La joya resaltaba en la almohadilla forrada en seda roja.

Chanyeol vio a su gatito acariciar el cascabel apenas con la punta de sus dedos, como si temiera romperlo. El menor sintió con sus pulpejos el grabado al dorso de este, y se apresuró a buscarlo con sus ojos.

C&B

Las iniciales de ambos interrumpían la superficie perfectamente lustrosa.

-Esto... quiere decir que... ¿me conservarás? -murmuró el menor alzando la vista hacia el alto -¿Has decidido quedarte conmigo? ¿Seré solo tuyo?

El mayor se inclinó, apoyando una rodilla en la alfombra mientras regalaba una suave sonrisa al minino -Esa decisión ya fue tomada desde el momento en que te vi en esa caja la mañana de navidad -confesó en tono cariñoso.

-¡Nyaa! -el maullido murió contra el pecho de Chanyeol, pues el gatito se había lanzado a sus brazos apenas terminó de pronunciar la frase. Dos segundos después, los ojos brillantes estaban otra vez sobre los del alto -Pónmelo, por favor -pidió agitando las orejas, demasiado entusiasmado como para poder contenerse.

El alto asintió y ofreció la palma de su mano para tomar el objeto que Baekhyun le extendía. Fue a acomodarse en el borde de la cama del menor, y el minino no perdió tiempo en sentarse en sus piernas, dándole la espalda y agachando un poco la cabeza para mostrar su cuello.

Cuando acabó de fijarlo, dejó un suave beso allí, y susurró un Listo con los labios acariciando la suave piel del cuello del gatito.

Como si este gesto fuera un interruptor, el menor volvió a tener los pies en la alfombra un segundo después, corriendo a verse en el espejo de cuerpo completo de una de las puertas de su armario.

Chanyeol solo se dedicó a contemplar la inquieta figura de su bebé.

Había comprado el collar el día después de navidad. Como se convirtió oficialmente en el nuevo dueño de Baekhyun, pensó que lo apropiado sería regalarle un collar suyo al minino.

Le gustaba el de cuero negro con el dije de plata, pero había optado por algo más cómodo y adecuando a sus gustos. Por ello, ahora Baekhyun llevaba una cinta de terciopelo azul marino, fijada por un elegante moño en la parte posterior, y un gran cascabel de oro adornando su garganta en la parte delantera.

El minino se balanceaba de un lado a otro, riendo travieso cada vez que hacía sonar el cascabel de su nuevo collar. Dio un par de brincos más, y luego fue nuevamente a los brazos de su papi.

-Gracias daddy, prometo que no te arrepentirás de aceptar que me quede a tu lado -suspiró con los brazos rodeando el cuello de Chanyeol.

-Jamás podría arrepentirme lindura -sonrió cariñoso -Ahora ven, mira -alzó al pequeño y los llevó a ambos a un lado de la habitación -Dejé los estantes libres para que pudieras acomodar tus peluches allí.

Se giró a encontrarse con el labio inferior de Baekhyun atrapado entre sus dientes, y un leve ceño enmarcando su mirada.

-¿Qué tienes bebé? -preguntó curioso.

-Esto... quiere decir que... ¿ya no dormiré más con daddy? -susurró sin atreverse a mirarlo a los ojos.

Chanyeol rió, y dejó un beso en la frente del menor para borrar el gesto -Yo siempre voy a querer que duermas conmigo, cariño.

Las palabras del mayor devolvieron la luminosidad que había perdido el rostro del híbrido, que volvió a agitarse entusiasta en sus brazos antes de pedir que lo bajara para ir a abrir su maleta.

-¿Quieres que te ayude a ordenarlos? -se ofreció el azabache.

-¡Sí! -chilló el gatito antes de correr a arrastrar a un sonriente Chanyeol hasta hacerlo caer de rodillas junto a la gran maleta.

Esa sería una tarde muy entretenida.

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