Berrinche 2/2

Chanyeol dejó escapar un largo suspiro con la vista clavada en el colorido cartel colgado en la puerta, antes de animarse a tocar suavemente.

Aguardó unos segundos pero no recibió una respuesta, así que se aventuró a volver a golpear la madera con los nudillos, abriendo esta vez la puerta solo lo suficiente para poder asomar la cabeza.

-Baekhyun, ¿puedo pasar? -habló bajito, cuidando no perturbar al minino.

-¡No! -se oyó la negativa amortiguada por las múltiples almohadas que cubrían al híbrido tirado en su cama hecho un ovillo.

-Baekhyun, solo quiero hablar contigo, ¿me dejas? Por favor... -volvió a pedir el alto, suavizando su tono aun más.

-E-Esta bien -la voz temblorosa se hizo oír apenas en un susurro.

Sacando el aire que hasta el momento estaba reteniendo, Chanyeol avanzó a paso lento hasta quedar próximo a la pequeña cama.

-¿Puedo sentarme junto a ti? -murmuró el mayor, divisando solo la cola y la blanca cabellera, que se alborotó cuando el bajito agitó la cabeza de manera afirmativa.

Chanyeol ocupó su lugar cauteloso, quedando unos segundos en silencio, a la espera de que el peliblanco le hiciera frente, pero eso no pasó.

-Baekhyun, quiero hablar de lo que pasó allá abajo -volvió a hablar cuando cayó en cuenta de que el otro no lo haría.

-No quiero -maulló desde los confines de su escondite.

El pelinegro suspiró, y empezó a remover los cojines que cubrían al minino -Baekhyun, necesitamos hablar de esto -insistió. Cuando el pequeño cuerpo estuvo descubierto, el mayor estiró la mano hasta alcanzar el esbelto cuello intentando llamar su atención -Solo será un mom-

-¡NO! -chilló el minino entrando en pánico y sobresaltando al alto que lo miró preocupado. El gatito se arrastró hasta la esquina de su cama, temblando y encogiéndose contra las paredes -No me lo quites. Seré bueno -lloró aferrándose a su cascabel -¡No me devuelvas!

Chanyeol sintió su corazón estrujarse al ver los ojos rojos e hinchados, las lágrimas bañando las mejillas, las orejitas caídas y los labios temblorosos. El minino se aferraba con ambas manos al cascabel del collar, como si su vida dependiera de ello, y es ahí cuando el alto lo comprendió.

-Yo no, Baekh-

-¡No! No me llames así. Eres mi daddy, y yo soy tu bebé -gimió suplicante-Ya no lo volveré a hacer, lo prometo. Me portaré bien, solo no me regreses. Por favor -sollozó inconsolable.

El mayor tomó uno de los brazos del híbrido, y tiró de él, arrastrándolo hasta aferrarlo contra su pecho. Lo abrazó con fuerza, sintiendo el menudo cuerpo temblar contra el suyo.

-Oh amor, eres mi bebé -se apresuró a reafirmar, llenando su coronilla de besos mientras lo mecía suavemente -Eres mi bebé... mi bebé... y jamás te alejaría de mi lado -habló con la garganta hecha un nudo. Acariciaba la cabecita mientras sentía las lágrimas empapar su camisa, oprimiéndosele el pecho con cada maullido ahogado que llegaba a sus oídos.

-Lo siento, daddy... -se disculpaba el menor con el rostro oculto en el pecho del alto. Sus uñas rascaban a los costados de la tela en rasguños nerviosos, moviendo la cola de un lado a otro, intranquilo -E-Es que extra-ño que no estés -hic- aquí conmigo y-y p-pensé que como el almuerzo era so-pa tú vendrías a dárme-la y m-me acariciarías -hic- la cabe-za como siempre lo haces... y... y yo... yo...

Chanyeol sentía cada hipido perforar su conciencia, recordando con angustia que la sopa de verduras no era el plato favorito del minino, así que había tomado el hábito de dársela él mismo, premiándolo por cada cucharada hasta terminar su porción.

-Shhh shhh... No sigas lindura. No debí levantar la voz. Lo lamento tanto bebé -susurraba mientras frotaba la espalda del gatito de arriba abajo -Estos días fui a la oficina y no te expliqué nada. Desde un comienzo debí hacerlo. Lo siento.

Permanecieron así unos minutos en lo que le tomó a Baekhyun ralentizar sus latidos y su llanto. Luego, lentamente asomó su carita y miró a Chanyeol por encima de sus pestañas embebidas en lágrimas.

-Entonces, ¿no me devolverás por causarte problemas? -preguntó curioso y con algo de temor en la voz.

El alto besó las perlas salinas que se acumularon en los ojos del gatito, y dejó un beso más en la temblorosa boquita antes de contestar.

-Eres perfecto bebé. Yo fui el que cometió el error. No tienes la culpa de nada -suspiró hondo antes de dibujar una amplia sonrisa -Gracias a ti, hoy tengo la tarde libre, así que, ¿qué quieres hacer? Soy todo tuyo -le guiñó un ojo, juguetón, buscando levantarle el ánimo.

El gatito cubrió su boca, soltando una risita ahogada antes de empezar a ronronear -¡Quiero un helado de chocolate en cucurucho! -exclamó con ojos brillantes.

El alto rió jovial -Te gusta el chocolate, ¿eh?- Baekhyun asintió frenético, agitando las orejas y mostrando una gran sonrisa de colmillos brillantes -Entonces un helado será -canturreó cargándolo en brazos, feliz de volver a oír la risa contagiosa de su bebé.

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