Azúcar

《Daddy, ¿puedo ir de paseo al centro comercial con el tío Chen y el tío Min?》

Recordaba haber recibido ese mensaje cerca de las seis de la tarde, y era la razón por la que a estas horas le estaba marcando a Jongdae.

Era pasada la media noche, y Chanyeol aguardaba con el celular en la oreja a que el idiota de su amigo contestara, mientras observaba a Baekhyun hacer estragos en la sala. Saltando de un sofá a otro, mientras cantaba a viva voz el karaoke que el alto le había puesto en la televisión, con nada más que una playera suya como vestimenta.

-¿Tienes puta idea de la hora que es? -al fin oyó la voz de su amigo del otro lado de la línea -Déjame disfrutar de mi noche de viernes.

¿Quién es? Pudo oír la voz de Minseok al fondo.

-Solo es un idiota que llama a arruinar la diversión de fin de semana de otros –respondió soez Jongdae, la indirecta fue más que clara, pero a Chanyeol no podía importarle menos.

-Te llamo porque solo tú puedes explicarme por qué Baekhyun está destruyendo todo departamento. ¿Qué hicieron exactamente esta tarde? -preguntó exasperado, yendo a dejar el bol vacío de palomitas a la cocina.

-No mucho. Paseamos por el centro comercial, le compramos un juego que quería, y fuimos a tomar un helado.

Helado.

-A ver, ¿tomaron “un helado”? ¿Cuánto es exactamente eso? -indagó receloso, mientras se frotaba el puente de la nariz y volvía a la sala a toda prisa para evitar que Baekhyun se colgara del velador de techo o saltara por la ventana diciendo que era Superman.

-Fue solo un helado Chanyeol -rumió su amigo, aunque podía notarse el nerviosismo en su voz. Algo no terminaba de encajar en esa historia. El alto fue hasta el sofá donde Baekhyun estaba, tomando uno de sus brazos para detener los brincos y que le prestara atención.

-Baekhyunnie, cariño -habló con ternura, haciendo que los ojos del híbrido brillaran -¿Cuántas bochas de helado el tío Chen te compró hoy?
El gatito ensanchó su sonrisa, mostrando con los dedos de su mano la respuesta a la pregunta del azabache.

Al verla, Chanyeol quedó con la sonrisa tiesa, mientras Baekhyun volvía a reír alegre, retomando sus saltos y usando el control de micrófono.

-Oye Chanyeol... -empezó su amigo con voz nerviosa.

-¡CINCO BOCHAS! -explotó el mayor, haciendo que al otro lado, Jongdae  alejara el celular de su oído para no quedar sordo -¡Le diste cinco bochas, Jongdae!

¿Que le diste cuántas? De fondo, se oía a Minseok regañando a su novio. ¿Te dejo con él solo una hora y lo llenas de azúcar Kim Jongdae?

Chanyeol oía la discusión de sus amigos, mientras Baekhyun le cambiaba la letra a la canción, cantando los sabores de helado que se había tomado esa tarde.

Chocolate... Granizado... Dulce de leche... Vainilla... Americana...

Y luego empezó la lista de las coberturas, le siguieron las chispas de chocolate, y coronando la canción, los colores de las gomitas que también le agregó al postre.

-Ok, lo siento, fue mi error. Tal vez me excedí un poquito -bufó Jongdae al otro lado de la línea.

-¿Solo un poquito? Sabes que solo puede comer dos bochas. Y solo una cobertura ¡Hay cosas que está nombrando que ni siquiera sabía que existían!

-Bueno, ¿y qué querías que hiciera? Me puso esa carita que me puede, ¡y sabes muy bien a cuál me refiero! Ese gato es un manipulador. ¡Yo soy la víctima aquí!

-Creo que aquí la única víctima es mi sofá -comentó Chanyeol, girando luego hacia la cocina hecha un chiquero, donde hace unas horas Baekhyun intentó hacer un pastel -Y tal vez la chica de la limpieza -agregó en una mueca.

-¿Y qué quieres que haga? No es como si pudiera ir a sacarle el azúcar de la sangre con una jeringa. Solo hazlo gastar la energía y déjame vivir, que por tu culpa ya me quedé sin diversión de fin de semana, idiota -se lamentó su amigo.

-Por eso Minseok hyung me cae mejor que tú -canturreó Chanyeol antes de que Jongdae le cortara en la cara.
El alto dejó el celular a un lado y se desplomó en el medio del sofá. Dejó que su mirada resignada siguiera al híbrido, que ahora lo usaba de obstáculo para saltar de un mueble a otro.

Chanyeol rebotaba en su lugar cada vez que Baekhyun pisaba cerca de donde estaba. Sus ojos vagaron por la hiperactiva figura; tenía la piel perlada en sudor, y la playera del alto ya empezaba a adherirse a su cuerpo. Su flequillo estaba mojado y pegado a su frente, pero él seguía corriendo y saltando, con la respiración acelerada y la sonrisa intacta.

Chanyeol mostró una sonrisa, suspirando con resignacióny encogiéndose de hombros.

-Baekhyunnie bebé -llamó, ganándose la atención del minino en un segundo -Hoy montarás a daddy.

El gatito sacudió las orejas, y enseñó los brillantes colmillitos en una amplia sonrisa, antes de ir a lanzarse al regazo de Papi, que ya lo esperaba con los brazos abiertos y una sonrisa de labios que él quería besar toda la noche.

Tal vez un poco de exceso de azúcar de vez en cuando no estaba tan mal.

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