Capitulo 2. 01/03/2022
Feliz cumpleaños Akutagawa 2022
Los sentimientos de aquel día resaltaban en su pecho; no podía dejarlo pasar por un día común y corriente como todos los demás. Su hermana, era quien le había traicionado ante sus superiores hace años. 01 de Marzo.
Así que cada primero del mes de Marzo; Akutagawa Ryunosuke huía de la port mafia.
Su primer año celebrando su cumpleaños con la Port Mafia fue especial, fue mágico; y lo que nunca deseó. Por lo que, con el descenso de su gran admiración Osamu Dazai. Akutagawa había acordado con el mismo no celebrar nada tan esplendido como aquel día.
Aún podía recordarlo a la perfección.
Cuatro años atrás. Lucia un traje, no muy diferente al que usaba gracias a Dazai.
La reunión había sido en la Columna más alta de las tres torres guías de Yokohama.
A Chuuya le encantaba que sus subordinados disfrutaran en grande, para el más bajo, todos eran familia.
Era una reunión cordial. La comida era deliciosa. Gin se veía alegre y con ello Akutagawa estaba feliz.
Todo se volvió especial cuando Dazai encendió las velas para su pastel. Lo acercó a él y le sonrió diciendo la frase "ahora puedes pedir un deseo. Excepto pedir cariño o dinero; por que ahora lo tienes aquí, en la Port Mafia "
Después de su gran frase había volteado a ver a Oda Sakunosuke quien asintió orgullo del castaño.
Entonces se sintió nublado, incluso su mentor tenía a alguien por quien decir cursilerías. Entonces, deseo.
Frente las 16 velas frente a él que iluminaban en un intenso dorado.
Cerró sus ojos, "Quiero conocer esa misma sensación". Fue su deseo.
Sopló sus velas y la Port mafia aplaudió de ello. Akutagawa miró a todos cortar y tomar rebanadas de aquel pastel pero el cumpleañero solo había logrado ver aquel atardecer
El viento soplando y el sol ocultándose mientras la oscuridad llegaba, parecía ser una pelea entre el morado y el dorado.
Le pareció simplemente lo más hermoso que había visto.
Cuatro años habían pasado desde aquello, el sentimiento de compañerismo desapareció junto con Dazai; y aunque Chuuya siempre mantuvo la llama, Akutagawa siempre busco algo más.
Era su cumpleaños nuevamente y lo último que buscaba era tener compañía, no era creyente pues su vida no le permitía creer, pero ese día, obtuvo un milagro, un deseo de cumpleaños que llegó cuatro años tarde.
Caminaba por la ciudad de Yokohama como incógnito, usando un cubre boca negro y una vestimenta negra, además de llevar su fiel y adorable abrigo color negro cerrado. Evitaba el aire que dañaba cruelmente sus pulmones.
En su caminar, se detuvo en una cafetería bastante regular, un lugar minimalista rodeado de muchas flores, había una enorme barra para sentarse, y decidió hacerlo pero en una esquina de aquella barra. Suave y oscuro, era perfecto con las plantas colgando dándole oxígeno y sin darlo pero también dándole más oscuridad para no ser reconocido y disfrutar su café. El cual ordenó con total paz
En el fondo podía escuchar "My Way" de Frank Sinatra. Su taza de café fue dejada frente de él. Acercó su nariz sintiendo el olor a granos de café, continuó por darle un pequeño sorbo y reconociendo el delicioso sabor de este. Aún que hacía falta algo. Se adueñó de la taza con azúcar colocando exactamente tres terrones. Volvió a probar y se relajó por completo, era perfecto
La cafetería comenzó a llenarse.
A su lado llegó un muchacho a sentarse, no le tomó importancia, pero sabía que era hombre, las mujeres no se acercaban; excepto su hermana.
Su café daba tanta paz, su cuerpo le estaba dando una sensación tan tranquila, vio al barista colocar al chico su café, y entonces lo escuchó — Disculpe, ¿podría tener un momento el azúcar?
Así es después de ver a sus lados, el chico noto que el único bote de azúcar estaba en posesión del azabache.
Entonces Akutagawa lo miró, provocando a sus ojos un profundo asombro y bastante irritabilidad al ver quien estaba tan cerca de él — Jinko.
— Por favor no hagas escándalo. Solo vine por el café de aquí — pidió rápidamente — no vengo a molestarte y mucho menos incomodarte pero ya no hay asientos.
Akutagawa miró alrededor, era cierto que no había ni un solo puesto más.
Suspiró aunque fue más un quejido de horror.
Pasó la taza de azúcar sin cambiar su expresión de fastidio al chico.
Atsushi la tomó alegre y colocó tres terrones. El azabache llevó su mano a su mejilla. — ¿Tres?
— si, tres
— ¿por que tres?
— Me gusta con tres.
El azabache tampoco quizo insistir. Solo siguió tomando su café. Miró al albino hacerlo también, delicado y despacio. Mientras revisaba los mensajes que recibía.
El azabache estaba algo curioso, así que ¿por que no decirlo? Estaba de chismoso viendo los mensajes del menor a su lado.
Eran mensajes simples de:
"Quiero irme"
"Quédate, haz caso"
¿Que era lo que ocurría? Aquella situación era extraña pero a él eso no le interesaba — Jinko
— ¿Si? — respondió tartamudo y nervioso
— ¿Quien te pide estar aquí?
— Dazai-san me pidió venir, sentarme aquí y tomarme toda una taza de café como una persona normal.
— ¿por que Dazai-san haría algo así?
— No quiero ni saberlo.
Akutagawa simplemente bajo sus esperanzas. Entre su decisión de irse o quedarse, pudo escuchar su celular. Lo levantó mirando el contacto y sus ojos se engrandecieron.
"Dazai-san" contestó en aquella llamada telefónica
"No vayas a gritar, le encargué a Atsushi-kun una gran misión y necesito que lo acompañes, ¿podrás hacerlo?"
— lo imaginaba, ni siquiera recuerda que día es hoy — pensó
"Por supuesto Dazai-san" respondió como siempre.
En cuanto colgó su llamada, pudo escuchar como Atsushi recibía varios mensajes seguidos, uno tras otro. El albino solo llevó su mano izquierda a su frente y jalo su cabello entre sus dedos, liberando su frente y suspirando con ello — Dazai-san — llamó su nombre en un quejido.
Akutagawa lo miró — ¿Quiere que hagamos algo juntos?
— ¿te dijo?
— así es, ¿terminaste tu café?
— Acabo de terminar
— Vamos entonces, te sigo.
Salieron de aquella cafetería después de pagar, la calle seguía soleada, y aún se sentía el frío.
Atsushi comenzó a caminar y Akutagawa lo siguió — ¿No me interrogaras por nuestro destino?
— Donde sea que vayamos, es igual.
Atsushi sonrió de ello, no tendría que dar explicaciones de nada.
Caminaron por el jardín de Yokohama, viendo aves volar y una que otra flor otoñal aún en sus lugares y arbustos.
Era frío, pero era algo verdaderamente encantador incluso a los ojos de Akutagawa; entonces, lo noto.
Atsushi llevaba un abrigo, ¿como no lo noto? Seguía siendo invierno.
Atsushi entró a una casa donde sus puertas y paredes estaban completamente tapizadas con enredaderas, arbustos y algunas flores. El azabache se sorprendió en grande, era un hermoso lugar que desconocía. Allí volvió a escuchar la voz del menor
— Disculpe, vengo por el encargo. Soy Nakajima Atsushi y me mando Osamu Dazai-san de la agencia armada de detectives
Una señora anciana lo miró y sonrió
— Oh mi Niño, el pedido, claro que si.
Buscó en una puerta trasera, y regresó con aquello. Era un ramo de flores moradas y amarillas — La dedicatoria esta en la nota. Que suerte tiene su novia
— Ah... Gracias.
Entonces salieron de allí. Akutagawa vio al menor batallar con aquel enorme ramo, así que, usó a su habilidad para darle estabilidad — Gracias Akutagawa, gracias Rashomon.
— ni lo menciones — pidió molesto.
Entonces, volvieron a caminar hacia el jardín, esta vez cambió su ruta hacia un pequeño parque en Yokohama, era cerca de la playa, pero el viento era perfecto pues los arbustos eran frondosos.
Entonces...
Los vio
La port mafia reunida junto con Dazai, una mesa de campo y un gran pastel en medio. Atsushi trago saliva — ¡Atsushi-kun! Por fin trajiste al cumpleañero — dijo Dazai sonriente.
Se acercó tomando a ambos chicos de sus hombros, esto hizo a Rashomon desaparecer y el menor quien confiaba en ello, terminó con las flores encima de él.
¿Destino? ¿Predicción? No, solo era Dazai. Quien había actuado rápido antes de tocar a los chicos.
Así que allí estaba, Akutagawa contemplando las flores encima del menor y a aquel chico con un moño rojo de regalo — Feliz cumpleaños Akutagawa
Atsushi miró a ambos — ¿e-he?
Hirotsu encendió su cigarro y con ello las velas del pastel. Akutagawa fue con sus compañeros. Su hermana pudo verlo aún con el cubre bocas puesto. Estaba sonrojado
Mientras Atsushi miró a Dazai — ¿por que me puso un moño a mi?
Dazai sonrió — es buen sabido por su hermana y por mi, que le gustas
— ¿Está loco?
— Es cierto Atsushi-kun, lo sabemos su hermana y yo
— Está loco — confirmó el menor.
Dazai solo lo tomó del brazo y lo llevó cerca del pastel. La port mafia terminaba de cantar para el — Ahora puedes soplar las velas Akutagawa
El azabache miró a todos reunidos, y sus ojos lo llevaron al menor quien estaba contra del atardecer, su piel parecía brillar y sus ojos se fundían con el amarillo del sol y lo morado de la noche. Allí sonrió sorprendiendo al albino y haciéndole sonrojar — Creo que mi deseo ya se cumplió — mencionó, soplo las velas y miró a la port mafia — Gracias
Quizá no podía expresarlo, ni tenerlo al 100%, pero ese atardecer entendió todo
Dazai le dio el mejor regalo de todos. Pues había entendido que podía pasar una tarde tranquila, una velada perfecta, y llena de amor si era al lado de esa persona especial.
Su deseo de cumpleaños aquel año fue aún mayor. Aunque el menor desconocía completamente lo que venía con ello.
Era algo más que flores amarillas y moradas.
...
Algo tierno, sencillo.
Honor a quien honor merece.
Akutagawa Ryunosuke 2022
¡Gracias por leer!
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