Me desperté, me alisté y fui a hacer todas las compras para esa noche. El plan era sencillo: mi novio saldría más temprano del trabajo, pasaríamos por nuestros amigos y nos iríamos directo a la playa donde rentamos una linda palapa con electricidad, baño, y una bella vista al mar. 

Pero claro, las cosas no siempre salen como planeas... Ale (mi novio) salió más tarde de lo que se suponía, a penas alcance a tener todo listo para prepara los sándwiches allá, después pasamos por nuestros amigos, y todavía tuvimos que detenernos a comprar unas cosas que faltaban, llegamos por gasolina y al fin agarramos camino, íbamos tan tarde que las personas que nos rentaron el lugar ya estaban recogiendo las sillas porque creían que no íbamos a ir, apenas los alcanzamos para que nos dieran las llaves, además de la noticia de que no íbamos a tener electricidad como nos habían dicho antes, así que lo primero que hicieron los chicos fue ir a buscar leña y encendieron una fogata, en lo que las chicas nos quedamos armando las casas de campaña ayudándonos con linternas y el flash del celular.

Al terminar todos acercamos sillas alrededor del fuego, después de un rato llegaron más amigos que venían aun mas tarde que nosotros, al estar todos, empezamos a hacer los sándwiches para cenar, comimos botanas, refrescos y jugos, preparamos micheladas y de postre asamos bombones en la fogata.

La noche estuvo de lo más tranquila, hasta nos pareció interminablemente larga, cuando veíamos la hora solo habían pasado pocos minutos que se sentían como horas, platicamos de todo, reíamos con bromas, y cuando el fuego disminuía algunos iban en busca de más leña, como la marea estaba baja, había un gran bloque de arena entre la cerca, que dividía el terreno de la palapa, y el mar.

Eran las 11:45 cuando colectivamente decidimos acercarnos al agua, no nos meteríamos porque estaba demasiada fría, además de muy obscuro por lo que la noche se veía de lo más hermosa, las estrellas brillaban con esa intensidad que es imposible de apreciar desde la ciudad.

Mis amigos entre sus ocurrencias, reían, tomaban fotos de los cerros, del mar, de la ciudad pesquera que se miraba a lo lejos, mientras Ale y yo tomados de la mano nos alejamos un poco, él me abraza y quedamos frente a frente, me mira a los ojos, y a las 12:00 en punto me susurra tiernamente al oído - Feliz cumpleaños amor – entonces me besa bajo esa perfecta noche con billones de estrellas como testigo, solo nos separamos al escuchar a una de nuestras amigas gritar con emoción - ¡Miren una estrella fugaz! – mientras apuntaba al cielo, haciéndonos voltear a todos hacia esa dirección – Pidan un deseo – pero yo solo pude pensar "Tengo todo lo que desearía en este momento".

Después de eso, otra de mis amigas corrió a abrazarme y felicitarme, luego todos los demás lo hicieron, incluso uno de mis amigos me regalo un carrito pequeño y metálico, que había encontrado unos momentos atrás en la arena, afirmando que era un regalo de parte de todos, incluso del mar.

Al terminar los abrazos y buenos deseos regresamos a sentarnos alrededor del fuego, seguimos platicando, riendo y en los momentos de silencio reflexionando, hasta que se dieron las 3:00 am, como algunos ya nos estábamos quedando dormidos en las sillas fuimos a descansar un rato a las casa de acampar.

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* Créditos de la foto de portada a Frida Yong.