1 de Marzo...
Era un día común, o más bien, una madrugada común, Akutagawa estaba regresando a su departamento, encontró a su pareja dormida, no le vio importancia pero si le hizo pensar ¿cuantos años habían pasado ya juntos?
Cinco años atrás, en la misma fecha, Akutagawa llegaba de un viaje a Osaka, el atardecer era presente en el muelle, se detuvo a admirar lo bello que era, el pensamiento de la vida y el por qué vivir llego a su cabeza, cansado, lleno de nostalgia y dudas, el viento movió sus cabellos desarreglados, haciéndole ver a su lado, frente a él, el chico tigre que tanto odiaba, parado de frente, serio, seguro de si incluso apretando sus puños.
Comenzó a acercarse, Akutagawa estaba listo para el ataque, pero Atsushi simplemente suspiro, cerro con fuerza sus ojos y con la misma fuerza grito - ¡FELIZ CUMPLEAÑOS AKUTAGAWA! – en cuanto alzo su rostro, el azabache se burló de verlo tan rojo, pero no admitiría que ese había sido el mejor día de su vida.
Comenzaron a frecuentarse, su convivencia era... extraña, a veces peleas fuertes y de la nada, chistes de lo que hacía o a lo que se dedicaban, incluso para ellos era extraño ese tipo de trato.
Las conversaciones se convirtieron en citas, las paleas en besos, y para cuando se dieron cuenta, estaban saliendo. No acostumbraban a celebrar nada, ni siquiera darse algo en especial. Pero Atsushi cada año en su cumpleaños, repetía aquella escena, respiraba profundo, cerraba con fuerza los ojos y gritaba con fuerza "Feliz cumpleaños Akutagawa".
El recuerdo de ello le hizo feliz, no dudo en mover a Atsushi de la cama para recibir su grito de feliz cumpleaños, pero el albino somnoliento le miro – ya llegaste – confirmo mientras tocaba las mejillas del azabache
― Sí, estoy en casa, sano y salvo – respondió aun esperando aquella felicitación
― Me alegra... duerme ya – pidió mientras se volvía a quedar dormido
Aquello era algo que Akutagawa acostumbraba, despertaba a Atsushi para avisar como llegaba, si llegaba herido o no, dependiendo de eso, Atsushi podía volver a dormir o se despertaba nervioso a cuidar o curar del azabache. Para Akutagawa eso era extraño porque todos los días era así a excepción de su cumpleaños, ese día Atsushi lo esperaba, pero este año no era así. Entonces... ¿Qué ocurría?
Akutagawa se quedó acostado mirando al techo, el albino a su lado estaba completamente dormido - ¿habrá tenido mucho trabajo? ¿Lo olvido? – Miro al albino – quizá... ¿se aburrió? Últimamente he gritado mucho, quizá... si, probablemente se aburrió – menciono el azabache cansado.
Ese era su mayor temor: que Atsushi se cansará de él y su vida de mafioso.
¿Por qué no? Es decir, el azabache muchas veces faltaba a casa por días, otras llegaba a casa tan mal herido que provocaba que Atsushi se preocupara al grado de llorar, sin olvidar la vez que le dieron una gran paliza y quedo internado por días. Esa era la vida que llevaban y probablemente una que el albino no merecía. Sus pensamiento de noche no le dejaron dormir, ¿Qué importaba el día que fuese? Le importaba más que Atsushi no lo dejará.
Se levantó de la cama temprano, fue a la cocina, en su puta vida había cocinado más allá que arroz pero para el platillo favorito de su pareja, no necesitaba nada más que arroz.
Atsushi por su parte seguía en la recamara, abrazaba la almohada con fuerza mientras abría lento los ojos, su estado aun adormilado le traiciono – Ryu... ¿Qué te hiciste? Estás suavecito y... mojadito – menciono mientras terminaba de despertar, y se sorprendió al ver a la almohada y un rastro de su saliva en ella – ¿eh? ¿Y Ryu? – le pregunto a la almohada. Se levantó de la cama mientras limpiaba la saliva con su brazo, bostezo cansado, se puso sus pantuflas animadas de tigre y camino por el departamento - ¿Ryu? – pregunto y suspiro pensando que no había llegado por la noche, pero en sus recuerdos nocturnos estaba él
― Estoy en la cocina – escucho respuesta.
― ¿eh? – Atsushi se pegó contra la pared, estaba asustado – Ryu jamás entra a la cocina...
Comenzó a andar como "un ninja" por las películas que había visto, se asomó dejando ver solo sus ojos saltones mirar al azabache – soy yo, no soy un extraterrestre – dijo el azabache, conocía a su pareja. Atsushi salió de su escondite y le apunto con su dedo como si este fuese una pistola
― ¿Quién eres y que has hecho con mi Ryu? – pregunto y el azabache sonrió de lado, era más algo burlón
― Probablemente me lo comí en la noche y ahora tendré que comerte a ti – menciono igual de burlón. Atsushi comenzó a reír
Se acercó al azabache, beso su mejilla y lo abrazo, el azabache admitía que odiaba el contacto pero cuando venía de Atsushi, vaya que era lo que más amaba. Miro lo que hacía - ¿Chazuke por la mañana, preparado por mi Ryu? ¿Qué celebramos hoy? – pregunto el albino
― Pues, ya sabes lo de cada año – respondió el azabache y Atsushi lo miro extrañado - ¿Qué?
― Nada, - sonrió el albino – pondré la mesa
― Claro
Atsushi comenzó con poner agua a hervir para el té del mafioso, y Akutagawa lo miraba de reojo, ¿en verdad no recordaba su cumpleaños? No iba a mentirse, quería escuchar aquel grito como cada año. Atsushi dejo el té en la mesa y se sentó. El azabache uso a Rashoumon para servir los platos y el albino sonrío – gracias Ryu – dijo alegre mientras el azabache se sentaba con su ligera tos – aun creo que deberías ir a ver a Yosano-sensei
― Que sean tus compañeros de trabajo y ligeramente me acepten no involucra que me curen, estoy bien con los tratamientos del doctor clandestino
― Pero Ryu estoy seguro que lo erradica, ¿no dices que lo mejor es cortar cabezas?
― El agente hablando como mafioso
― Ryu – le llamo mientras comía su chazuke - ¿pasa algo? – pregunto
― No, nada. ¿Qué harás hoy?
― Iré al centro a comprar víveres de la casa y un nuevo limpiador de manchas de sangre
― ¿no quieres que vaya yo por el limpiador?
― No, la última vez los asustaste mucho
― No sé, no me gusta que te involucres con esos temas
― Oye, yo soy quien lava tu ropa, por lo menos puedes agradecerme con algo
― ¿así? ¿con que? – pregunto el azabache.
Atsushi junto sus labios y lo volteo a ver – con un besito – dijo con sus labios juntos y Akutagawa sonrío tiernamente, se acercó y lo beso. Ambos cerraron sus ojos y el albino sonrío amplio – te quiero Ryu – dijo alegre y el azabache no respondió pero si volvió a besarlo.
Terminaron de desayunar, y el albino se metió a bañar, Akutagawa revisaba el periódico cuando en ese instante reacciono, recordando la escena previa, miro con sorpresa hacia su habitación – yo... nunca le he dicho que lo quiero – se dijo a sí mismo - ¿por eso está molesto? – fue hasta su habitación y vio a Atsushi salir del baño con una toalla atada a su cintura y la otra tallando su cabello - Atsushi – le llamo y el albino se sonrojo
― Ry-Ryu – la verdad, lo había sorprendido - ¿Qué sucede? – pregunto
― Quiero salir contigo – dijo firme pero se sintió avergonzado con eso y agrego – por las compras
― Ah, claro – respondió el albino – ponte tu camuflaje
― S-si claro – menciono nervioso. – una vez más y es cierto, jamás he hecho algo por esta relación – se dijo a sí mismo en su mente.
Era cierto, con el recuento de sus años, todo inicio con Atsushi deseándolo un feliz cumpleaños, continuo con Atsushi pidiendo una conversación, fue Atsushi quien pidió una cita, y fue Atsushi quien lo beso primero, también... fue Atsushi quien dijo el primer "te quiero" y fue Atsushi quien comenzó a quedarse en el departamento. ¿Cuándo había dicho un simple "Te quiero" o un simple "quédate" o un simple... "me importas"? Era Atsushi quien se preocupada, el que se aseguraba que estuviera bien, quien lo cuidaba o sanaba, incluso cuando no iba a trabajar o el albino llegaba tarde o cansado, primero que nada revisaba al azabache o le atendía. Entonces... ¿Dónde quedaba su orgullo de gran hombre?
El azabache se cambió mientras Atsushi se vestía, 3 años viviendo juntos calmaba cualquier cosa, incluso si Atsushi usaba un bóxer negro con un jeans negro, esos de moda con rasgos rotos y una playera roja de manga larga. Su pareja sabía ser sexy cuando lo deseaba.
Salieron de su hogar con firme paso al centro, lo que Atsushi compraría seria... literalmente todo para Akutagawa, una vez más cayendo en gracia del azabache. Limpiadores de sangre, ropa extra de color negro, suavizante sin olor para tela negra... si, todo era para el azabache y su trabajo, Akutagawa miraba como Atsushi con gran rapidez y análisis tomaba los mejores productos y los acomodaba en el carrito de compras. Hizo lo mismo en la tienda de armas donde el albino entro, Akutagawa tenía una en casa pero el albino había preferido ponerla a su nombre y renovaba el contrato una vez al año, prefería eso a poner en riesgo su casa. Una vez más el azabache se sorprendió de ello, ¿Qué tanto hacia el albino por él?
Caminaban de nuevo a casa, el azabache se encontraba nervioso, miro al albino y sonrío – Jinko
― ¿mmm? – volteo a verle
― ¿quieres... ir al parque de diversiones?
― ¿eh? ¿en serio? – dijo sorprendido y después sonrío – si, oh pero... debemos dejar las cosas en casa primero – menciono. Claro un sutil error en sus cálculos
― Claro, vamos
Una vez en casa, Atsushi se puso a acomodar todo, y también a hacer la comida, el azabache se sintió ignorado, pero era cierto, no le había invitado a comer ¿Cuántos errores podía cometer? Lo peor del caso, un golpe más a su hombría, pues el albino había cocinado un platillo de higos. A pesar de todo, estaba molesto consigo mismo, claro que esto lo reflejaba en Atsushi. El albino no era tonto, noto el molestar el azabache, lo conocía muy bien – Ryu, ¿aun quieres ir a la feria? – pregunto algo temeroso
― No – respondió serio, su ceño fruncido lo delataba. Atsushi suspiro y volvió a sonreír
― Bien, entonces limpiaré un poco
Akutagawa de nueva cuenta cayo en su crudo error, estaba cansado, molesto y simplemente, dejo de pensar en ello. – Atsushi – le llamo molesto y el albino solo sintió su piel erizarse
― ¿si? – pregunto mientras se acercaba
― Escúchame bien – dijo serio y el albino trago saliva – Yo te... - esta vez el trago saliva, dio cuenta de sus palabras – te... te quiero... - no, no podía evitarlo – en mi cama – agrego – ahora
Atsushi se sonrojo y asintió con la cabeza, iba a la cocina a dejar los platos sucios mientras el azabache se auto golpeaba imaginariamente. ¿Cómo podía arruinarlo de esa manera? Atsushi ni siquiera había respondido, seguramente estaba mal. Muy mal.
Lo vio ir hacia la habitación, bueno quizá esa sería su mejor opción, corrió hasta la habitación, el albino apenas estaba desabrochando su pantalón cuando el azabache lo abrazo desde la espalda, provocando obviamente que el albino se sonrojara en grande - ¡lo siento! – Expreso el azabache haciendo a Atsushi voltear a verlo – te quiero, me gustas, me encantas... ¡lo siento! La verdad es que... te amo, vivir juntos, estar juntos, ver todo lo que haces por mí, como te preocupas por mí... eres único y sin igual, te deseo siempre a mi lado, ese... ese es el mejor de los regalos
― Ryu, eso...
― No lo digas – pidió el azabache quien tomaba la cintura del albino – simplemente... jamás me dejes – pidió.
Tomo la barbilla de Atsushi, usándola para no soltarlo y besarlo. El albino se sonrojo, sonrío continuando el beso, una vez que el azabache le soltó ligeramente, el albino pudo voltearse bien y abrazar el cuello del mafioso. Su beso continuaba con sus cabezas yendo de un lado a otro para lograr profundizarlo mejor, poco a poco, Atsushi se montó en la cadera del mafioso para que esté caminará a la cama. Con sus besos cayendo por sus cuellos y pechos, con los primeros quejidos llegando, todo fue... lo que debía ser.
Akutagawa comenzó por quitar el pantalón mientras que Atsushi le quitaba la camisa a su pareja, no podía evitarlo, Atsushi amaba marcar a Akutagawa, comenzaba mordiendo su mejilla y bajaba por su cuello como si se tratase de una tradición. El azabache se acomodó entre las piernas del albino y tan rápido como audaz le quito la camisa para poder jugar con sus pezones. Solo así lograba que el albino dejase de morderle.
Atsushi arqueaba la espalda a tal grado de dejar su cabeza hacia atrás, el azabache amaba ver así el cuerpo de su pareja, los gemidos aumentaron y el azabache logro sentir en su pelvis la erección de su pareja. – Atsushi, ¿tan pronto? – dijo burlón
― No es fácil controlarse, si me dices que me quieres – menciono, con eso basto para sonrojar al azabache
Coloco sus codos a los lados de la cabeza del albino, aplastando ligeramente su cara, dejándolo inmóvil y mirándolo a los ojos – jamás lo dudes... te quiero – dijo una vez más. El albino sonrío, habían vuelto a besarse.
Una vez desnudos, el azabache se dedicó a expandir a su pareja, se acurrucaban juntos, amaban hacerlo juntos, Akutagawa estaba encima de su pecho, sus dedos dentro y sus labios en el cuello del albino. Atsushi por su parte cantaba la melodía favorita del azabache, sus gemidos. Se movía al ritmo de sus dedos y le daba crédito de ello con su tierna voz al profesar – por favor, ya. Te necesito dentro – decía entre gemidos haciendo al azabache sentirse aún más orgulloso de lo que él ya era.
Abrió las piernas del albino, dejo la punta de su miembro en el aro de Atsushi, entró con firmeza pero suavidad, creando que los gemidos de Atsushi aumentaran, su cuerpo tuvo ligeros espasmos y su sudor comenzaba a llenar su piel. Atsushi abrazo al azabache comenzando a rasguñar su espalda, era increíble la sensaciones que se prestaban el uno con él otro.
― Esta dentro – dijo el azabache al llegar al fondo - ¿estás bien? – pregunto al ver las ligeras lágrimas en los ojos de su pareja
― S-si... siento que lle-llego más profundo – dijo el albino nervioso – ju-justo lle-llegaste a ese punto – menciono
El azabache sonrío picaron y se movió solo unos milímetros - ¡aagh! – gimió Atsushi.
― Sí, es el punto – sonrío orgulloso – juguemos con él
― N-no Ry-Ryu ter-terminaré rápido
― ¿Qué importa? Tenemos toda la noche – sonrío el azabache
Beso a su pareja mientras comenzaba a moverse, era cierto, estaba justo en el punto y Atsushi no lo soportaría mucho. Para el mafioso era lo mejor, Atsushi solía decirle donde estaba más o menos en su tercera ronda, cuando ya estaba cansado pero al poder encontrarlo solo significaba que podía hacer algo, claro sí. Hacerlo venirse cuantas veces quiera y justo gracias a su punto G.
El azabache daba sus estocadas como todo un mafioso, directas, rudas y sin clemencia, Atsushi debajo suyo actuaba como una pareja, moviéndose a su ritmo, besándolo y pidiendo más, no había nada que no disfrutaran más que el sexo juntos. Fue rápido a decir verdad, si están presenciando en tu punto G, será más rápido para cualquier hombre pero no comparaba el cansancio mayor que involucraba. Después de la primera ronda, el azabache comenzó la segunda cambiando al posición, volteo a Atsushi y mientras dejaba su cabeza aplastada en la cama y su trasero levantaba el azabache disfrutaba, bien ¿Por qué no? A pesar de todo era su cumpleaños ¿no es así? - haz eso que me gusta – dijo el azabache, más bien pidió.
― Aahm... ¿a-ahora? – pregunto el albino
― Si, ahora – confirmo el azabache
Akutagawa se deleitó de ver a Atsushi activar parte de su habilidad, su cola y orejas de tigre. Si, el azabache tenía una especie de fetiche por ello. ¿Por qué no? Alguien tan poderoso que podía tener a un tigre sometido, sí, eso suena a Akutagawa Ryunosuke.
Tomo la oreja del albino haciéndole gemir más y acariciaba su cola haciendo que Atsushi se abriera más a él. Literalmente lo tenía bajo su complacer.
Los movimientos continuaron, Atsushi gemía sin poder parar, Akutagawa había encontrado nuevamente ese punto, parecía que ese día era un experto por alguna razón, pero no importaba, cada que Atsushi lo miraba, no, en todo momento desde que lo dijo. La voz de Akutagawa estaba en su mente como si fuese un virus que le había dañado, una y otra vez se repetía "Te amo" con su voz, una y otra vez venía a su mente cada palabra que dijo y eso lo tenía semi inconsciente.
El azabache termino una vez más dentro dejando a Atsushi gritar una vez más. Le miro con gracia, se volvieron a besar, la noche era corta y su amor, largo.
Al llegar la madrugada, el azabache estaba sobre la cama recargado sobre la pared de cama, Atsushi sentado encima suyo, estaba siendo penetrado mientras estaban sentados, mirándose a los ojos, Atsushi sonrío al ver la hora, abrazo del cuello a Akutagawa. Aquello lo sorprendió, pues... estaban en pleno coito.
Atsushi lo beso con gran gracia, fue un beso que inicio delicado y siguió a algo más erótico, se separó y cerro sus ojos con fuerza - ¡Feliz cumpleaños Akutagawa! – grito una vez más, el azabache lo miro sorprendido, sus ojos automáticamente y misteriosamente (para él) se llenaron de lágrimas, sin evitarlo comenzaron a salir mientras el azabache abrazo con fuerza el cuerpo del albino el cual, fue algo doloroso pues tenía el miembro completamente a dentro. – uugh... Ry-Ryu, du-duele – se quejó entre gemidos
― Lo siento... yo... estuve esperándolo todo el día, creí que estabas molesto – menciono. Atsushi tomo las mejillas del azabache, estaba curioso
― ¿molesto? ¿Por qué? Ryu, tu cumpleaños acaba de compensar – menciono confundido
El azabache le miro con sorpresa, miro el calendario del reloj que tenían de mesa. Así era, 1 de Marzo con apenas 00:03 minutos... el azabache volteo a ver a Atsushi - ¿estás diciendo que todo el día no fue mi cumpleaños?
― No, era febrero todavía – dijo el albino y el azabache comenzó a reír. Atsushi estaba confundido pero alegre de ver a su amado reír así – ahora si – dijo el azabache serio mientras tumbaba a Atsushi una vez más en la cama aun con su miembro dentro – tendrás que decirlo una y otra vez hasta que termine – le ordeno
Atsushi se puso nervioso, así era, cada estocado Atsushi debía decir "Feliz cumpleaños" y por cada una su voz se iba degradando, eran más fuertes, duras y en la última. Atsushi cerro con fuerza los ojos y grito - ¡FELIZ CUMPLEAÑOS, RYU! – mientras sentía como el azabache terminaba dentro suyo
― Gracias – dijo alegre el azabache mientras salía del albino – este será el mejor cumpleaños de todos – menciono mientras Atsushi caía rendido.
A la mañana siguiente, el albino tuvo que pedir permiso, no podía ni moverse. Quiso quedarse en cama pero ese... era su mayor error, Akutagawa había decidido quedarse y recibir muchos "Feliz cumpleaños", una nueva tradición había llegado a sus vidas. Cansado, agotado. El albino se liberó de la entrepierna del azabache por unos minutos, tenían hambre.
No quería hacer nada y Atsushi no podía, así que Akutagawa salió por algo de comida. Aprovechando, Atsushi decido su tiempo a sacar su sorpresa, dejándola encima de la cama y lográndose dar un baño.
Adolorido y caminando lento, escucho al azabache volver, fue a recibirlo usando únicamente un bóxer y una camisa – Ryu – sonrío el albino una vez más - ¡feliz cumpleaños! – dijo alegre mientras el azabache volvía a sonreír
― Estoy en casa
No iban a perder tiempo, claro que no. El azabache llevo la comida que compro a su recamará, fue allí donde lo vio - ¿es para mí? – pregunto.
― Sip – respondió Atsushi mientras se sentaba en la cama – ábrelo
El azabache obedeció, se acercó. Tomo aquella caja y abrió. Un anillo negro se presentaba junto a un dije rojo con forma de tigre – no sabía si era lo indicado pero sé que no puedes usarlos, pensé que quizá... podrías usarlos en casa y – el albino miro al azabache, se veía molesto. Una vez más lo había arruinado o...
― Esto es malo – dijo el mafioso sentándose en la cama
― Lo siento, si no te gusta puedo...
― Me encanta – dijo besando al albino y lo miro serio – simplemente... odio que seas el primero n estas cosas – sonrío amplio – no lo negaré ni ocultaré más... Te amo Nakajima Atsushi
Atsushi se sonrojo, sonrío amplio y abrazo al azabache – ¡Te amo! ¡Te amo mucho Ryunosuke! – expreso alegre. El azabache se colocó su anillo haciendo al albino sonreír una vez más. Olvidando la comida, Akutagawa había tomado a Atsushi una vez más debajo de él
― Escuchemos cuantos "Feliz cumpleaños" puedes desearme
Atsushi trago saliva, había creado un monstruo. Su alegría fue grande, pues en pleno coito, mientras tomaban sus manos, pudo sentir aquel anillo en la mano de su pareja, definitivamente, valía la pena.
Sus cumpleaños ahora tenían otro motivo, una felicidad más que el haber nacido, pues aquel anillo no se quitaría ni siquiera en su trabajo, claro está que... sus "Feliz cumpleaños" ahora tenían un significado más especial al lado de su tierno y joven tigre.
...
El cumpleaños de Akutagawa Ryunosuke ha llegado y lo mejor para darles es esto... Se que es poco pero es en verdad de todo mi corazón.
¡Feliz Cumpleaños Akutagawa Ryunosuke!
¡Gracias por leer!
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