Capítulo 1
Un enorme felino blanco corría con gran velocidad por el bosque, esquivando árboles con gran agilidad. Un ruidoso rugido resonó por todo el bosque, causando escalofríos al felino.
-¡Maldito mocoso!- gritó su perseguidor con voz profunda- ¡No escaparás!- el felino sin perder un segundo más aceleró mucho más el paso, dejando atrás todos sus problemas. O al menos eso creía.
Jadeando cansado, detuvo su carrera justo al final del bosque, observando los edificios de aquella ciudad con algo de nostalgia. Para anunciar su llegada, rugió con todas sus fuerzas, un rugido lleno de rabia y dolor, acompañado de felicidad por ser al fin libre.
En otro lugar de Beacon Hill...
Pov Scott
Levanté la cabeza de la cama aún adormilado, escuchando con atención aquel poderoso y fuerte rugido que posiblemente procedía del bosque. Estaba seguro que un nuevo enemigo había llegado a la ciudad, y como siempre ahí estaba mi manada para derrotarlo. ¿Qué sería esta vez? ¿Un hombre lobo? ¿Un vampiro? ¿Un kitsune tal vez? La verdad es que eso no me sorprendía para nada, estamos en Beacon Hill después de todo.
Mi móvil me sacó de mi pequeño trance, contestando de inmediato, era Derek.
Llamada telefónica:
-¿Has escuchado eso?
-Así es ¿Qué podrá ser esta vez?
-No lo sé, puede que un hombre lobo o cualquier otro cambiante.
-¿Quieres que vayamos a comprobarlo?
-Está bien, en diez te veo en mi la puerta del instituto, algo me dice que estará por allí
Fin de la llamada telefónica.
Gruí sin ganas levantándome de la cama para después vestirme con unos vaqueros, una camiseta sencilla de color blanco y mis viejas vans negras, no me apetecía preparar mi ropa.
-¿Scott vas a salir?- me preguntó mi madre apoyada en el marco de la puerta.
-Así es, voy a salir con la manada- agarré mi móvil y caminé hacia el garaje para coger mi moto.
-Scott- me llamó mi madre -Ten cuidado-
-Lo tendré- le dí dos besos en las mejillas y salí de allí con rapidez en dirección al instituto, el cual no tardé mucho en llegar.
-Hey Derek ¿Has visto algo? - saludé con un gesto en la cabeza mientras que aparcaba mi moto en uno de los aparcamientos, al ser sábado y de noche no había nadie en el instituto.
- Todavía no he entrado pero he captado un olor extraño- olisqueé el aire asintiendo en acuerdo, era bastante parecido al olor de un... ¿Gato? ¿Sangre? Nos adentramos al interior del instituto siguiendo el olor hasta llegar al campo de lacrosse, quedándonos sorprendidos al ver aquella imagen.
Un enorme leopardo de colores negros, grises y blancos se comía con hambre un enorme ciervo muerto, al parecer el mismo lo había cazado. Levantó sus redondas orejas mirándonos con atención con esos hermosos ojos azules y el hocico lleno de sangre, si no me equivocaba era un cambiante ¿Por qué sus ojos eran azules? El enorme felino ladeó la cabeza al parecer sorprendido.
Ninguno de los dos se atrevía a mover un solo músculo por desconocer la fuerza del cambiante, observando como sus ojos se escurecían a medida que con lentitud se iba levantando al parecer cada vez más enojado.
¿Por qué se había enojado?
-¡Scott, Derek!- escuché la voz de Liam a mis espaldas, sentía como la sangre se me iba del rostro al escuchar su voz.
-¡Liam!- antes de que pudiera reaccionar el enorme felino se abalanzó con gran rapidez y destreza contra nosotros, tirándome a mi contra el suelo. Y entonces ocurrió algo que nos dejó a todos sorprendidos. Su rasposa lengua comenzó a lamerme jugetón como si un pequeño gato se tratara, contento y feliz de verme.
-¿Pero qué demonios?- sentí como el felino se quitaba de encima mía para empezar a lamer y refregarse contra Derek con gran cariño, como si fuera alguien que conocía de toda la vida.
-¿Qué demonios acaba de ocurrir?- pregunté confundido mirando como el felino no dejaba en paz a Derek.
El enorme leopardo se sentó en el suelo comenzando a cambiar a su forma humana mientras que los tres lo observaban con curiosidad por saber quien era.
Su enorme pelaje dejaron ver a una piel algo morena y unos músculos algo desarrollados pero sin exagerar en absoluto decorado con bastantes lunares, sus azules ojos se cambiaron a un color miel que nos observaba con cariño, en todo este tiempo había crecido varios centímetros y su rostro se había vuelto más atractivo.
-Stiles...- dijimos al unísono mirándole petrificados.
-Hola chicos- su voz se había vuelto más ronca y profunda, la sonrisa que adornaba su rostro desapareció en menos de un segundo -debéis iros de aquí- gruñó con fuerza.
-¿Qué?- preguntó Derek confundido.
-Ellos vienen- susurró -están cerca- sus ojos se tornaron de nuevo azules y unas garras aparecieron en sus manos, al igual que unos colmillos algo más grande que los míos.
-¿Ellos quién Stiles? No pienso abandonarte- gruñó Derek.
-Había olvidado lo tercos que sois- sonrió con nostalgia asintiendo con la cabeza, enseñando sus colmillos -si veis en cualquier momento que no podéis con ellos marchaos de aquí, no os preocupéis por mí- el sonido de unas pisadas comenzaron a notarse no muy lejos de aquí.
Pov Stiles
Olisqueé el aire para saber cuantas personas eran, encontrándome con el olor de tres personas, todos hombres-pantera.
-Son tres, dejadme a mi al más fuerte- dije comenzando a transformarme por completo.
-Pero Stiles...- protestó Derek, pero yo hice caso omiso a sus protestas.
Tres panteras del color de la noche salieron a toda velocidad de detrás de unos arbustos.
La pelea había comenzado.
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