ⵌ uno
—Si seguimos así van a pensar que nos vamos a suicidar con azúcar —comentó la peliplata escogiendo que galletas llevar.
—Bien... eso fue raro —la señaló pero ella solo se encogió de hombros—. Además, no es fácil llenar seis estómagos sin fondo.
—Espera —volteó a verlo pero éste estaba tomando algunas sodas con una sonrisa en sus labios—. ¿Dijiste seis? ¿Osea que yo también tengo un estómago sin fondo?
—¡Vamos, no lo niegues! —rió.
Lo golpeó en el hombro sin mucha fuerza. Siguieron haciendo las compras hasta que creyeron que era suficiente, o al menos hasta que ya no cupiese más en el carrito.
Claro que ambos no podían pagar por todo eso ya que según la política de aquella tienda, solo podía pagar alguien mayor de edad. Y ellos a penas tenían trece y doce años.
Lo cual era terrible ya que la hermana mayor de Kai se quedó en el auto alegando que no se movería de ahí. Así que estaban solos.
Solos hasta que vieron una cara conocida.
—¡HyunA Unnie! —se adelantó la peliplata.
La anteriormente llamada se volvió tratando de encontrar la voz hasta que se encontró con ambos jóvenes. Al hacerlo sonrió y no dudó en acercarse.
—Hola chicos —saludó.
Ambos correspondieron el saludo con una leve inclinación de cabeza. Compartieron una mirada cómplice antes de hablar.
—¿Cómo ha estado Noona? —dijo esta vez el chico.
—Muy bien, gracias por preguntar —respondió con un poco de duda. Notó aquella mirada que ambos compartieron e intuyó que algo sucedía pues la conocía muy bien—. ¿Puedo ayudarles en algo?
—Nosotros...
HyunA sonrió.
—Pueden pedirlo, no tengo ningún problema con ello —animó.
El par le contó sobre su situación y ella estuvo dispuesta a ayudarles. Tomaron su propio carrito y acompañaron a HyunA a terminar sus compras mientras hablaban de cosas triviales. Cuando terminaron fueron a pagar todo aquello, los menores dándole la tarjeta para que pudiese pagar la parte que les correspondía a ellos.
Mientras pagaban el chico del mostrador los miraba con extrañeza.
—Disfruten de su compra —dijo el chico y antes de que se fueran agregó—: y espero que sobrevivan a esto.
—¡Lo haremos chico del mostrador! —gritó la chica alejándose.
Al salir agradecieron la ayuda de HyunA.
—Prometemos visitarla para jugar con los niños —dijo la menor.
—Será un placer recibirlos, adiós muchachos, cuidado con tanta azúcar —se despidió con una de sus manos.
—¡Noona es la mejor! —exclamó el peliamarillo.
—¡Oye! —se quejó—. Ella es casada y con hijos.
—No te pongas celosa Jeongie —picó una de sus mejillas.
—No lo hago Junnie —negó.
Como no había nadie en el estacionamiento tomaron el carrito y empezaron a correr y a gritar por doquier hasta llegar al carro donde les esperaba un impaciente pelirrojo
—¡Oigan, hay cuatro chicos hambrientos aquí y yo estoy incluido! —regañó—. Me parece bien que se diviertan pero deberían hacerlo otro día.
—No seas aguafiestas TaeHyun —murmuró YeonJun.
—Si, además traemos para hacer tteokbokki —sonrió.
—Mmm esta bien, tendré piedad de ustedes —aceptó volviendo al auto.
—Creo que TaeHyun me da más miedo que mi mamá—susurró la chica hacia su amigo.
—Confirmó —susurró de vuelta.
Una castaña sonriente los veía desde el asiento del conductor.
—Vaya, si lograron comprar todo.
—No fue gracias a ti Lea —reprochó YeonJun.
—Oigan no se quejen, yo los traje hasta aquí —chasqueó—. Por cierto ¿cómo lo hicieron?
—Nos encontramos con HyunA Unnie y amablemente nos ayudó —contestó esta vez JeongHui.
—¡Vamos dense prisa! —gritaron desde la parte trasera.
—Si si, ya vamos.
La razón para comprar tanta comida chatarra era porque los seis habían acordado hacer una pijamada en casa del menor de todos, inicialmente solo serían ellos pero debido a que Lea —hermana mayor de Kai— los llevó hasta la tienda, también se había unido. Aún no habían comido nada y por eso había tantas quejas por parte de ellos.
El mayor se cansó de escucharlos por lo que les lanzó algunas papas al menos para que se tranquilizaran en el camino.
Como pudieron se acomodaron dentro del auto. YeonJun iba de copiloto mientras que en la parte de atrás, Kai iba sobre SooBin, JeongHui en el medio y BeomGyu sobre TaeHyun. Aunque iban apretados no estaba tan mal, además, YeonJun no permitió que su mejor amiga se sentara en el regazo de nadie y se lo advirtió al restor.
El trayecto de vuelta a casa fue bastante ruidosa, los chicos discutían sobre cualquier tema al azar e incluso Lea se unía a ellos.
Y es que, hace exactamente seis años atrás, aquellos amigos se conocieron. Desde entonces han sido inseparables, pero había un par que era más cercano que el resto.
Choi YeonJun y Min JeongHui.
El recuerdo donde se conocieron por primera vez parecía lejano. Pero su amistad no cambió en lo absoluto, hasta podría decirse que ahora era mejor.
Jamás tuvieron una pelea de verdad, normalmente era por tonterías. Tal vez esto se debía a que el recuerdo de la pelea que tuvieron de pequeños seguía presente en la mente de YeonJun. Se prometió a sí mismo no volver a repetir algo así.
Ambos se apoyaban uno al otro, cuando más se necesitaban, ellos estaban ahí. Jamás pensaron en ampliar su grupo pero así pasó, conocer a aquellos cuatro chicos fue algo muy bueno. Pero hasta ellos veían que lo que tenían JeongHui y YeonJun era especial, llegando a pensar que eran algo más que amigos. Pero éstos lo negaban al instante.
Amigos desde niños. Pero ahora no son niños y cualquier cosa puede pasar.
—𝑃𝑎𝑟𝑘 𝐽𝑒𝑜𝑛𝑔𝐻𝑢𝑖
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