Karoline.

Mi pecho se tranca; no quiero dar un paso más porque allí lo veo: mi mejor amigo está a punto de irse.

—Hey, pensé que ya tenías todas tus maletas listas —digo viendo a todos lados.

—Sí, ya están en el maletero del taxi.

—¿Tan rápido? —Inquiero.

Poco a poco siento un gran vacío.

—Tengo que irme antes de que se haga más tarde —dice mirándome, triste.

—Oye, yo estaré bien si eso es lo que te preocupa.

Le sonrío tiernamente y enseguida oculta sus manos en los bolsillos de sus pantalones.

—No es eso, tenía que decirte algo, pero... mejor lo digo luego.

—¿Es bueno o malo?

—No lo sé, eso depende de ti —Contesta, tocandome los hombros con ambas manos.

—Ah, bueno.

Mi piel se eriza y su mirada se pone triste: —Me tengo que ir, Karol...

Le sonrío y lo abrazo con fuerza:—No puedes irte sin darme un beso —susurro.

Él se acerca a mí y justo cuando me estoy  inclinando para darle un beso, (no precisamente en la mejilla), saca una chupeta de su bolsillo, le quita la envoltura y la mete a su boca.

«Lo hizo de nuevo»

—Deliciosa —Me guiña el ojo y yo suelto una risita —Te quiero, princesa —Y enseguida me da un beso en la frente.

«Odio que haga eso, siempre le gusta jugar con mis sentimientos hacia él».

—Hasta luego. Espero te trate muy bien New York, señor Pettyfer.

— ¡Gracias! Le agradecería que se cuidara mucho, señorita Willons —dice montándose en el taxi.

—¡Así será!

La verdad es que no sé qué hacer con esta situación. Estoy completamente enamorada de mi mejor amigo y él solo me ve como su hermana menor y ahora más que nunca lo voy a extrañar mucho.

El apartamento de Alex solo está a cinco cuadras del mío, así que decido caminar un poco.

Quiero relajarme.

Suspiro; estoy a punto de llegar a mi apartamento y me sorprendo al ver quién me está esperando.

—Hola, Karoline, ¿te gustaría tomar una malteada conmigo?

—Behati, ¿qué ha-ces aquí? —pregunto, más que confundida.

—Necesito hablar contigo algo importante.

—Está bien, hay una cafetería al frente si quieres...

—Sí, sí. Allí está bien —dice alborotando un poco su cabello.

«Algo le está pasando, pero ¿por qué vino a buscarme? ¿A hablar de qué?».

—Karoline, la razón por la que vine hasta acá es porque quiero disculparme por todo —Y al decir esto se derrumba en la silla.

—¿Por todo? Tú no me has hecho nada que yo recuerde.

—Yo no, pero Adam sí. Él te ha tratado muy mal durante estos últimos años y siento que es mi deber pedirte una disculpa.

Exhalo, es realmente incómodo esto para mi.

—No, para nada. Es cierto lo que dices, pero el que tiene que disculparse conmigo es él, no tú —Considero.

—Lo sé, pero él no lo hará jamás. Y su manera de pensar, cómo se ha comportado últimamente eso...eso me tiene desecha.

—Un momento, Behati, Adam te ha hecho daño, ¿acaso te maltrató?

—No, no. Él jamás llegaría a esos extremos, es solo que... él ha cambiado mucho, ya no es el mismo. Se ha convertido en una persona que no le importa ni se preocupa por los que estén a su alrededor, no hace más que pensar en él y solo en él —Expresa y puedo ver sus lagrimas salir.

«¿Qué le pasa a ese sujeto?, no le basta con tratar mal a las personas que le trabajan sino que también lo hace con su esposa»

—Es cierto que él piensa de una forma muy egoísta pero jamás me imaginé que ustedes pudieran tener problemas, digo, es que para todo el mundo ustedes son la pareja perfecta.

—Karoline, no hay parejas perfectas, no hay matrimonios perfectos, nadie es perfecto.

Suspira; se ve muy triste.

—Yo creo que deberías hablar con él, eso es todo lo que puedo decirte, y no te preocupes por mí, ya estoy acostumbrada —Le hago saber, tranquila.

—Ay, por favor, no digas que estás bien, sé que lo miras con rabia, obviamente quieres matarlo —Yo sonrío, jamás pensé que se podía dar cuenta. Behati ríe al ver mi cara y me cubro con ambas manos por un momento —Hablé con él y le di un descanso.

—¿Lo mataste? Porque si no lo hiciste yo puedo hacerlo por ti —digo, bromeando.

—¡No! —Ríe —Me refiero a que terminé con él.

—¿Se divorciaron?

«Oh por Dios esto está muy mal»

—Karoline, no. Digamos que le di unas vacaciones fuera del matrimonio. Le dije que pidiera ayuda, necesita pensar bien las cosas —dice, tomando agua.

Tomo mi café con un solo trago e intento no mostrarme tan sorprendida.

—¿Y... qué harás ahora?

—Me quedaré unas semanas en casa de Candice, una amiga.

—Candice. Si sé quién es.

Behati se levanta de su silla me abraza y susurra: —Creo que ya tengo que irme, gracias por escucharme.

—De nada. No te preocupes ¡Cuídate!

—Eres una gran persona, no cambies jamás —Opina, marchandose con su típico estilo.

Comienzo a caminar y con un nudo extraño en mi garganta entro al apartamento. Aparte de querer que Alex se regrese como un Principe, me siento decepcionada... Pensé que Adam era así solo con las personas menos importantes que él, pero con Behati nunca se me habría ocurrido que llegara a comportarse así.

Adam es un idiota y no merece nada bueno de nadie.

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N/a: En el multimedia tenemos a Alex 😍