Karoline.

    Mis pasos se vuelven pesados cuando me acerco a la puerta de la casa de Adam.

«Estoy haciendo lo correcto, estoy haciendo lo correcto»

—¿Qué haces aquí? —Inquiere al verme, sorprendido.

—¿No querías hablar? —Pregunto, sintiendo un nudo en la garganta y unas inmensas ganas tanto de abrazarlo como de partirle la cara.

—No podemos hablar de esto ahora, cariño, yo...

—Hey, Karol... ¿Cómo estás? —Se nos acerca Behati

Mi corazón no para de latir.

—Vine a hablar con ambos, necesito decirles algo —Expreso, frotando mis brazos.

Adam me ve fijamente, como suplicándome algo, que sí, sé que es, y me decepciona tanto.

—Está haciendo frío, pasa —Me dice ella.

—¿Cómo sigues tú? —Inquiero entrando, notando que se ha recuperado rápido.

—Voy mejorando —Me sonríe y me señala que puedo  sentarme.

—Señor Levine, volvió a teñir su cabello —Digo, tratando de sonar casual, pero el frío que recorre mi piel persiste más en mi cuerpo.

—Sí, es que mi estilista no respondía los mensajes —Dice, regalándome una mirada como si no tuviera importancia y en ese momento ella toma su mano con una sonrisa.

«Génesis tenía razón, puede que todo no esté bien por aquí, pero no quiero hacer daño a nadie, y menos a Behati »

Adam suelta la mano de su esposa carraspeando garganta y la mira: —Amor, ¿podrías traer algo de jugo para Karoline?

Ella sonríe: —¿Mora o Fresa?

—Mora... —Contesto, sintiéndome apenada.

Behati se desplaza lentamente por la sala hasta perderse en algún sitio.

—¿No vas a contarle nada cierto? —Se acerca él, rápidamente.

Exhalo.

—No, Adam, no soy lo suficientemente mala como para hacerle daño a alguien por un error que yo cometí.

Él chistea expresando molestia, mirando hacia algún sitio: —No fue un error Karoline... —Dice, mientras yo dejo que su piel toque la mía —Necesito tiempo, no puedo dejarla ahora ¿Entiendes? Me necesita.

Escucho pasos acercarse y me alejo de  su tacto, sintiendo un gran vacío.

Behati llega con un gran vaso de jugo y al beber un poco, miro a Adam el cual se nota muy frustrado, mientras su esposa sonríe.

—¿Qué es eso tan importante que tienes que contarnos, cariño?

—Vengo a renunciar —Expreso —No puedo seguir siendo estilista de Adam.

Aunque no había pensado en eso antes, sentí que debía hacerlo, no puedo seguir estando ni un minuto más al lado de Adam sabiendo que está con Behati y que en cualquier momento su amor por ella podrá más que unas simples semanas conmigo y una noche de pasión.

—Pero... ¿por qué? —pregunta ella arrugando la cara.

Adam sólo mira al suelo, sus manos juegan entre sí y un constante movimiento en su pie me indica que he causado impacto con mi renuncia.

—Me voy de Los ángeles...

«Habían mejores excusas como "No quiero terminar de arruinar tu matrimonio"»

—¿Un trabajo mejor? —Inquiere ella.

Respiro profundo: —No, es solo que quiero volver a mi ciudad natal, estudiar allá y graduarme allá... Extraño a mi familia.

Adam levanta la mirada, sus ojos están rojos.

—Te comprendo, Karoline y... Amor ¿no tienes nada  qué decir?

Él traga hondo y puedo ver cómo prensa su dentadura.

—Si es tu decisión, no puedo obligarte —Dice sin verme —Hiciste un... Buen trabajo.

Los siguientes minutos consisten en mi salida de la gran casa Levine y mi pena por haber entrado a su matrimonio de esa forma.

—Discúlpame por todo, lo siento —Expreso dándole un fuerte abrazo a ella.

Al Behati cerrar la puerta no puedo evitar llorar.

—Él no es para ti Karoline, fue sólo un buen momento —Me digo, parando mi llanto.

El taxi se tarda más de lo usual pero al tomarlo mi mente vuela a algún lugar lejano fuera de todo.

—Adam, por favor —Digo al responder su llamada —No intentes convencerme de esperar más, tienes que entender.

—No puedes irte, no puedes Karoline —Balbucea —Te amo.

Mi corazón se estruja y el llanto vuelve a salir.

—No puedo hacerle esto a Behati Adam, lo siento. —Cuelgo la llamada y apago mi teléfono.

Llego a mi apartamento, ya son las nueve de la noche y caigo en cuenta de que no he comido casi nada durante el día por lo que me tumbo en la cama, encendiendo la televisión para intentar distraerme con algo.

Mi corazón tiembla al timbre sonar, yo levantarme y ver a Alex... Ahora que necesito a alguien para llorar él aparece y lo único que puedo hacer es abrazarlo, como quizás nunca lo había hecho.

—¿Qué sucede, pequeña? —Inquiere, limpiando mis lágrimas.

—Pensé que estabas en New York —Me repongo, regalándole una sonrisa a medias.

Mi mejor amigo entra al apartamento y se instala en el sofá, haciendo que me siente a su lado y me recueste en su pecho.

—Hace tiempo no me sentía segura —Digo, honesta.

Él me hace sentir así y eso es completamente importante para mí.

—¿Estás así por él?

Exhalo.

—Desgraciadamente.

Alex suspira besando mi frente.

—Deje a Kelly, por ti —Confiesa, causando que un gran hoyo se forme en mi pecho —Juré hacer todo con tal de estar contigo, incluso romperle el corazón a alguien que sé que me ama.

—Dios...

«De verdad lo hizo»

—Tiré a la borda nuestro compromiso solo por ti.

El corazón me llega a la garganta: —No debiste hacerlo porque...

Él me calla y me toma de las manos: —Te enamoraste de él, eso ya lo sé —Vuelve a besar mi frente  —te conozco muy bien, pero Karoline, sientes algo por mí y quiero que me des una oportunidad.

—Alex...

—Te amo —Expresa, apretandome a su pecho.

Eso me deja devastada y con la mente en blanco porque acaba de decir y hacer lo que siempre soñé y no... No me siento como debería, como imaginé que sería.

Ya el día de hoy dos hombres distintos me dijeron Te amo y de una manera y en un momento muy diferente.

—No te voy a presionar, sé que es difícil y es mi culpa, así que te pido perdón por no haberme dado cuenta que estaba haciendo mi vida con la persona equivocada.

Mi corazón late desolado. Lo que me tiene asustada es no poder olvidar a Adam y hacer perder el tiempo de Alex, esas dos cosas  sin duda son mi mayor preocupación.

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N/a: ¿Qué opinan ustedes de todo esto?